El Real Madrid cierra una temporada de ensueño con la celebración por las calles de Madrid de la decimoquinta Champions de su historia. Una fiesta que dio comienzo en el Santiago Bernabéu, desde donde los jugadores partieron hacia la Catedral de La Almudena y que acabó en el mismo punto, pero con el estadio repleto de madridistas. Destacado fue el número de madrileños que se echaron a la calle para celebrar el título junto a los jugadores.
El conjunto blanco, con la Copa de Europa al frente, hizo su primera parada en la catedral, donde no cabía un solo aficionado más en los alrededores. Los futbolistas accedieron al templo y ofrecieron el trofeo a la Virgen de la Almudena. Además, el club entregó una réplica del trofeo, una camiseta autografiada por la plantilla y realizó una ofrenda floral.
La expedición fue recibida por el arzobispo de Madrid José Cobo Cano. "No sé de qué equipo será Jesús, pero está con los futbolistas buenos, sacrificados y nobles. María acoge esta copa y la hace bendición para vosotros y toda la familia madridista", dijo Cobo Cano, destacando el deporte como herramienta para "hacer un mundo mejor" y ayudar a una "sociedad desanimada" por los conflictos.
Tras la visita a la catedral, el conjunto blanco se dirigió a la Puerta del Sol para visitar la sede de la Comunidad de Madrid. A las puertas de la Real Casa de Correos esperaba Isabel Díaz Ayuso, que recibió uno por uno a todos los miembros de la expedición. "Si estamos aquí son buenas noticias. Estamos muy felices, otra vez somos campeones de Europa. Se dice fácil, 15 veces, algo increíble. Seguimos haciendo historia, este club no se cansa de ganar, de ser los mejores. Ojalá sean muchas veces más", dijo Nacho Fernández desde el atril, para dejar paso a la entrada en escena de Florentino.
"Aquí está la decimoquinta Copa de Europa. El Real Madrid ha vuelto a conquistar el corazón de millones de personas. Nuestro club es universal, pero Madrid como siempre digo es nuestro origen y punto de partida, con los valores esenciales para la conquista que ha vuelto a emocionar a los madridistas", afirmó, agradeciendo el recibimiento y la compañía en Londres a Díaz Ayuso.
Por su parte, Díaz Ayuso, con la camiseta que le habían regalo ya puesta, destacó una nueva hazaña del club blanco en representación de la capital. "Recibimos al mejor equipo de fútbol del mundo en su casa, en la Comunidad de Madrid, en el mejor momento de su historia. Una vez más, comprobamos que el Real Madrid es un club tan madrileño como internacional, tiñendo de blanco las calles de Londres, mientras 350 millones de personas seguían el partido por televisión", apuntó.
El broche a la visita fue la oportunidad para los jugadores de asomarse al balcón de la Casa de Correos, con toda la afición entregada. Nacho volvió a ser el primero en hablar, con el agradecimiento a todos y el "campeones, campeones", igual que Dani Carvajal destacó el cántico de "reyes de Europa".
Además, Kroos tuvo que dirigirse a la gente, por alusiones, en su despedida, dando las gracias por "diez años inolvidables", y Rüdiger, "el loco", Vinícius y Thibaut Courtois, se despidieron de Sol para poner rumbo al Ayuntamiento y Cibeles.
Bromas con el atlético Almeida
El Ayuntamiento de Madrid también recibió al conjunto blanco, con el alcalde José Luis Martínez-Almeida al frente. Pese a ser colchonero, se deshizo en elogios con los futbolistas blancos, aunque evitó ponerse la camiseta. "Se lo vamos a perdonar porque en casa tiene a Teresa que es muy madridista y ha tenido el detalle de venir con una camisa blanca y significa que está cambiando", ha señalado Nacho.
El alcalde ha tenido unas bonitas palabras hacia Toni Kroos, al que ha calificado como "un madrileño de Alemania" y elogió a los cuñados Joselu y Carvajal: "Uno de los cuñados nos llevó a Londres y el otro nos ha traído la Copa de Europa a Madrid"
Después, a Cibeles
El autobús, ya descapotable, se paseó por la Castellana hasta llegar a la Cibeles. Ahí, los jugadores se subieron a la pasarela que se instaló alrededor de la diosa y comenzó la fiesta. Allí, los aficionados cantaron aquello de "Toni quédate", pero el alemán solo confirmó su marcha: "Gracias por toda la ayuda y todo el cariño, han sido diez años inolvidables para mi". Aprovechó el momento para ceder el testigo y su dorsal, el 8, a Fede Valverde.
La afición pidió el Balón de Oro para Vinícius y corearon el nombre de Ancelotti, que culpó a la grada de que "90 minuti en el Bernabéu son molto largo". Además, el técnico dio protagonismo a Arda Güler, a quien definió como "un chico tímido". Un gesto importante para un jugador prometedor pero que no ha tenido demasiados minutos esta temporada.
Tras el paseo por Cibeles, solo faltaba un último escenario: el Santiago Bernabéu. El Estadio, lleno hasta la bandera, recibió uno por uno a sus jugadores, aunque con especial cariño, de nuevo, a Toni Kroos. También hubo grandes gestos hacia Luka Modric, que ha decidido renovar un año más.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación