La victoria de la candidatura de Río de Janeiro en el proceso de selección para la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 habría sido fraudulenta. Así se desprende de la investigación realizada por el diario francés Le Monde, que habla de pruebas de irregularidades que ya tendría en su poder la policía gala.
El rotativo se refiere a una transacción de un millón y medio de dólares de un empresario brasileño al hijo de Lamine Diack, por aquel entonces presidente de la IAAF (Federación Mundial de Atletismo) y uno de los miembros del COI (Comité Olímpico Internacional), órgano que decide la ciudad que albergará los Juegos.
Este pago se habría realizado tres días antes de la votación, en la que Madrid ganó en la primera ronda. El vuelco que se produjo en la segunda votación, que decantó los juegos para Río, dejó a la capital de España sin la ansiada elección, perseguida también (sin éxito) para los de 2012 (Londres) y Tokio (2020).
El desenlace, en octubre de 2009, fue extraño: Madrid ganó por dos votos (28-26) a Río en la primera votación, pero en la segunda, la ciudad brasileña se impuso por un claro 66-32, una vez eliminadas de la criba Tokio y Chicago.
Existen ciertas sombras sobre la figura de Diack, el destinatario de ese dinero: ya fue acusado de corrupción y se quedó fuera de la presidencia de la IAAF tras admitir la recepción de sobornos de parte de Rusia para cubrir los positivos en dopaje del atletismo ruso. Además, Le Monde publicó en 2015 que Diack había pedido dinero a Moscú para financiar su carrera política en Senegal.
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