Marc Márquez se acababa de convertir en Valencia en campeón del mundo de Moto GP. Sin embargo, en Cataluña estaban más preocupados de la bandera española que el piloto de Cervera cogió para celebrarlo, que de valorar y festejar el increíble hecho de que un crío de 20 años haya sido capaz de debutar en la categoría reina y ganar, no una carrera, sino el campeonato.
La locura separatista que invade Cataluña provocó que las redes sociales se colgaran fotomontajes de Marc Márquez con la estelada, la bandera independentista catalana, junto a una frase que decía: "la bandera con la que sueña el campeón". Al mismo tiempo, había gente que acusaba a las empresas españolas que le patrocinan de prohibirle llevar la bandera catalana. Es decir, unos y otros estaban más ocupados en ver el color de la bandera que Márquez llevaba o dejaba de llevar que en celebrar la hazaña del piloto catalán.
Ser campeón del mundo de cualquier modalidad es muy difícil, pero la manera cómo Marc lo ha conseguido en la categoría reina del motociclismo, las formas, su estilo, son únicos. Sólo por ello la gente debería valorarle como merece y no criticarle por si lleva una bandera u otra. Quedarse con esto y olvidar la grandeza de su victoria, demuestra el poco valor que se le da al campeón.
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