Uno de los asuntos más delicados que afectan a Marco Reus es la aparente fragilidad por las continuas lesiones acumuladas desde 2014 en sus tobillos. Las articulaciones del alemán han sufrido lo suyo desde hace un año privándole del Mundial de Brasil, primero, y dejándole KO la pasada temporada durante varios meses. El último percance, hace sólo unos días, durante un entrenamiento con el Borussia Dortmund encendió las alarmas aunque todo quedó en un susto. Pese a ello hace tiempo que tanto el Atlético de Madrid como Wang Jianlin, gran impulsor de su fichaje, solicitaron sendos informes médicos para indagar y tener todos los datos sobre el estado real de sus tobillos. Los análisis realizados no cambiaron el estado de las cosas ni desaconsejaron su contratación que ha seguido adelante. Fue única y exclusivamente una medida más de seguridad para acometer sin sobresaltos la bomba del proyecto rojiblanco.
Esa fragilidad de los tobillos lastraron a Reus en un nefasto 2014 que se extendió a parte de 2015. Primero se lesionó el tobillo izquierdo, lo que le impidió participar en el Mundial de Brasil. Tras recuperarse, en septiembre, en un amistoso contra Escocia se lo volvió a dañar y estuvo de baja cuatro semanas. El calvario llegaría casi a fin de año con una rotura de los ligamentos externos del maléolo derecho que le tuvo tres meses en el dique seco. Desde entonces, sus tobillos y las respectivas recuperaciones se convirtieron casi un asunto de Estado en el Borussia Dortmund, pero también el Atlético de Madrid. De hecho, las consultas sobre este problema fueron una constante y siempre se descartó un problema crónico o secuelas que desaconsejaran su contratación.
Para algunos clubes, esa presunta fragilidad tan pronto les echó para atrás y descartó cualquier posibilidad (Real Madrid) como que después no significó inconveniente alguno. El Atlético de Madrid para curarse en salud indagó, preguntó y solicitó informes que en ningún momento fueron contrarios. Además, la mayoría de las lesiones sufridas por Marco Reus en sus tobillos llegaron como consecuencia de contusiones fuertes y directas por parte de rivales como esta la última de un compañero en un entrenamiento. Quizá, eso sí, las continuas agresiones sufridas en las zonas sensibles del futbolista requieran un tratamiento de mayor fortalecimiento de las mismas para evitar en lo sucesivo nuevos inconvenientes.
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