Siete años han tenido que pasar para que llegue ese momento. Kylian Mbappé, el eterno deseo de Florentino Pérez, ya le da títulos al Real Madrid. Los de Ancelotti ganaron a una Atalanta que fue muy inferior y ya tienen el primer trofeo de la temporada 2024-2025.
Una primera parte un tanto imprecisa, acorde con el momento de la campaña en el que nos encontramos, dió paso a una segunda en la que Bellingham brilló con luz propia e hizo bailar a su equipo. Fede Valverde, tras una jugada mágica de Vinicius, abrió el marcador.
Con esta nueva conquista, Carlos Ancelotti se pone a la altura del mítico Miguel Muñoz como el entrenador más laureado del equipo merengue. El técnico de Reggiolo ya 14 títulos al mando del Real Madrid, igualando el récord de Miguel Muñoz. El entrenador español también puede presumir de 14 trofeos --9 Ligas, 2 Copas de Europa, 2 Copas y 1 Copa Intercontinental-- en el banquillo del Real Madrid en 14 temporadas, de 1960 a 1974.
Asimismo, con esta Supercopa de Europa, Luka Modric se ha convertido en el jugador con más títulos (27) del conjunto blanco, dejando atrás a Nacho Fernández (26), que abandonó la entidad este verano.
El centrocampista, a sus 38 años, agrandó en Varsovia su leyenda en el conjunto madridista. Nadie tiene un palmarés como el suyo en la entidad. El croata llegó al Real Madrid el 27 de agosto de 2012 y solo dos días después debutó en el partido de vuelta de la Supercopa de España ante el FC Barcelona, cuando levantó su primer trofeo como merengue.
Desde entonces, ha celebrado seis Ligas de Campeones --tres de ellas consecutivas (2016, 2017 y 2018)--, cinco Mundiales de Clubes, cuatro Ligas, cinco Supercopas de Europa, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España, para llegar a los 27 trofeos históricos en más de 500 partidos.
con la camiseta blanca.
Un arranque impreciso
Se encontró el conjunto blanco en el arranque con un rival de ideas claras; intenso en la presión, dispuesto a salir cuando podía a la contra en grupo y rápido, desprovisto de complejos para buscar el contacto cuerpo a cuerpo a la mínima necesidad.
Una amarilla antes de los diez minutos contuvo el ímpetu en general y el de Éderson en particular, vital en el eje del centro de campo toda vez que su compañero de faena, el capitán Marten de Roon, estaba entregado en cuerpo y alma a su papel de sombra de Jude Bellingham. Anulado el inglés, a los suyos les faltó chispa para sacar el balón desde atrás y agitar el ataque.
Llegaron entonces gestos esporádicos de desesperación entre los de arriba, con problemas para encontrar continuidad en sus acciones y generar peligro. Así, a la media hora el vigente campeón de Europa solo se había acercado en un golpeo desde dentro del área de un volátil Mbappé, tapado por la defensa; y en un centro desde la derecha de Dani Carvajal que no lograron desviar hacia la portería Rodrygo Goes y Vinicius Jr.
Demasiado poco que llevarse a la boca para un equipo que parecía buscar soluciones y solo encontraba más dudas mientras se diluía su favoritismo; obligado a acelerar en cuarenta y cinco minutos su proceso de readaptación. Pese a todo, Rodrygo Goes se encontró con el larguero en el añadido de la primera mitad.
Y de pronto Jude Bellingham
La segunda mitad comenzó con un gran susto para el Real Madrid. Mario Pasalic remetó solo de cabeza desde el punto de penalti un centro que, en el enésimo milagro de Thibaut Courtois, llegó una kilométrica estirada que evitó el que hubiera sido un disgusto imprevisto.
El miedo agitó al Real Madrid, que se levantó con energías renovadas de su mal sueño. Y entonces sí, comenzó a carburar con Vinicius Jr. al volante. No necesitó demasiado el brasileño para venirse arriba y cuando lo hizo pasaron cosas positivas. La más importante de ellas el 1-0, servido por él tras una excelente acción individual en el lado izquierdo y rematado a placer bajo el larguero por el uruguayo Fede Valverde.
Hubo más, porque el 'siete' madridista tuvo el segundo en sus botas, pero falló en el mano a mano con Juan Musso después de una excelente entrega en profundidad de Bellingham. Pudo también anotar el inglés, pero el portero se lo negó con acierto hasta en dos ocasiones. Bellingham estuvo genial en la segunda mitad y fue clave en el triunfo del Real Madrid.
El partido había entrado en un punto óptimo para el Real Madrid, con un Atalanta que había dejado de dar constantes vitales aunque seguía en cuerpo sobre el campo. Pese a todo faltaba ponerle el sello y de eso se encargó Mbappé, que no se marchó de la oficina en su primer día sin facturar.
Lo hizo con brillantez, lanzando un desmarque hacia el borde del área primero y cortando acto seguido hacia el punto de penalti para poner el balón en la escuadra tras un gran pase atrás de Bellingham.
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