McLaren-Honda tocó fondo en Suzuka. El circuito que se creó como pista de pruebas del motorista nipón ha sido la última bofetada de realidad a un proyecto que, dos años después de su estreno, sigue desconcertando. La de Japón se nos había vendido como la carrera definitiva en la que McLaren daría el salto a la élite, en parte impulsado por el motor que tan buen rendimiento dio en Malasia y que con tanto celo se había guardado hasta el país del sol naciente. Sin embargo, McLaren firmó el peor fin de semana de toda la temporada. Sus dos pilotos lograron el sábado su peor clasificación del año, y aún así empeoraron el resultado el domingo. Al final, 16º y 18º posición. Decepcionante de queda corto.
Aunque quizá sí la más fuerte, no es la primera vez que unas expectativas demasiado altas desde McLaren acaban en decepción. No es necesario bucear mucho en la hemeroteca para encontrar estas declaraciones: "Fernando Alonso luchará por el Mundial en 2016, sin lugar a dudas". Son de Luis García Abad, agente del piloto asturiano, hace algo más de un año, motivado después de que Alonso condujese con maestría hasta la quinta posición del Gran Premio de Hungría un coche que era de los peores de la parrilla. Huelga decir que tan optimista predicción no ha estado ni remotamente cerca de cumplirse. El propio Alonso afirmó justo hoy hace un año que "McLaren será uno de los mejores coches la próxima temporada, estoy seguro al 100%", lo hizo después del Gran Premio de Japón de 2015, posiblemente arrepentido por haber dicho por radio durante el mismo que su coche "parece un GP2".
Pero, por supuesto, la venta de humo no viene solo desde los pilotos. Antes de los test de pretemporada, según palabras de Éric Boullier, jefe de equipo, el McLaren era "un coche muy rápido pero que se rompía demasiado a menudo". Solo después de dos carreras, Yusuke Hasegawa, jefe de Honda, tuvo que corregirle a la luz de los primeros resultados: "vamos a usar los tokens tanto para la potencia del motor como para su despliegue. Para la fiabilidad no necesitamos usarlos".
Los malos son los de Honda
Es el discurso que parecía instalado. McLaren es la quinta esencia de la ingeniería pero Honda les lastra con su deficiente mecánica. Pero esa excusa se está agotando. Las velocidades punta de los coches de Woking ya no son un lastre. Sin ir más lejos, Fernando Alonso fue el séptimo piloto con mayor velocidad punta en Malasia, solo seis km/h más lento que el más rápido, Nico Rosberg, lo que le valió para realizar multitud de adelantamientos desde la última posición a la que McLaren, por estrategia, le había condenado hasta la séptima final.
No fue la primera vez que un circuito de motor da a McLaren los mejores resultados. De hecho, desde que se unieron a Honda todavía no se ha conseguido una mejor posición de parrilla que la quinta de Jenson Button en Austria, que después por diversas sanciones sería tercera. El Red Bull Ring austriaco es un circuito en el que una vuelta dura 68 segundos y se mantiene el acelerador a fondo el 70% del giro. Para los que sean moteros, sepan que el Mundial de MotoGP se ha estrenado allí este año y ha arrasado con un doblete Ducati, que llevaba años sin ganar una carrera. Pura velocidad punta.
"McLaren tiene uno de los mejores chasis de la parrilla. Su paso por curva es el segundo mejor sólo por detrás del de Red Bull". Son, de nuevo, declaraciones de Fernando Alonso. Es un mantra afianzado dentro del paddock, pero que no se termina de afianzar con los resultados en la mano. En ninguno de los tres circuitos donde el chasis es más determinante, Mónaco, Hungría y Singapur, McLaren ha sido el cuarto equipo, tras los tres grandes. En todos se coló por delante Force India y/o Toro Rosso, pese a que nunca se destaca la valía aerodinámica de estos humildes equipos, sobre todo del primero.
Absoluto desconocimiento del monoplaza
Pero lo peor de todo es la sensación de que nadie dentro del equipo tiene un conocimiento muy claro de qué es lo que tienen entre manos. De hecho, el nuevo motor de Honda se montó en Malasia para que Alonso penalizase allí, un circuito poco favorable por sus largas rectas, y así pudiese llegar limpio de sanciones a Suzuka, un trazado revirado al que el McLaren se adapta bien. La realidad distó totalmente de la previsión. En el trazado malayo McLaren estuvo más cerca que nunca de los Mercedes y Alonso llegó hasta la séptima posición pese a salir último. Con una posición de parrilla normal, lo lógico sería haber terminado quinto, también delante de Pérez y Bottas, de los que solo les separó cuatro segundos al final.
No es la primera vez que les pasa. En Bélgica también hubo penalización por cambio de motor para Alonso, aprovechando un circuito desfavorable y de mucha velocidad punta. Desde la última plaza, Fernando llegó a la cuarta en solo ocho giros y al final terminó séptimo, otra posición que pudo mejorar sensiblemente, incluso hasta la cuarta, de haber tenido un sábado normal.
Un nuevo ejemplo se vivió en China. Antes de la carrera, Boullier afirmó que "las enlazadas del primer sector y las curvas de alta velocidad del segundo nos serán muy favorables". Después de que Alonso y Button fuesen 12º y 13º respectivamente, mismas posiciones en las que salieron, el propio Boullier tuvo que rectificar sobre la marcha: "sabíamos que China sería un circuito complicado para nosotros durante la carrera, y sufrimos con el ritmo de los neumáticos hasta el final. La próxima será peor". En la próxima, Gran Premio de Rusia, Fernando Alonso fue sexto, segundo mejor resultado del año.
Ante este panorama, y con cuatro carreras por delante, habrá que ver como termina este Mundial. Fernando Alonso ya dijo hace unas semanas que en las últimas carreras "seremos el cuarto equipo y lucharemos rueda a rueda con Ferrari". Además señaló a las de Austin, la próxima, y Abu Dabi, la última, como mejores carreras de todo el año. Habrá que estar atentos a si, una vez más, está vendiendo la falsas promesas y errores de calibración de McLaren o si terminaremos al año con un halo de esperanza de cara a 2017, el que podría ser el año de su retirada.
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