Fernando Alonso ha vivido últimamente muchas decepciones, pero ninguna duele tanto como las que sufres en tu casa, ante los tuyos. Mucho tiene que mejorar el fin de semana para que el piloto español le perdone a McLaren Honda el ridículo que le ha hecho pasar este viernes.
En el primer día de entrenamientos libres, el asturiano apenas pudo pilotar su coche. En la primera sesión dio una vuelta y el McLaren se paró en medio de una humareda. Alonso se bajó del coché, llegó al garaje y, tras cambiarse de ropa, se fue del circuito a jugar al pádel con su preparador físico.
Una hora y cuarto después, regresó a la pista de Montmeló, tal y como él mismo lo cuenta en Instagram:
Una publicación compartida de Fernando Alonso (@fernandoalo_oficial) el 12 de May de 2017 a la(s) 3:49 PDT
No fue mucho mejor la segunda sesión de entrenamientos. Sí, al menos pudo darse unas vueltecitas de agradecimiento a los entregados aficionados, pero poco más.
A las 14:28 horas, el ovetense comenzó una breve e improduciva jornada laboral en la que dio apenas 21 giro, muy por debajo de la media de todos los pilotos, unos 35, y de los 36 de su compañero de quipo, el belga Stoffel Vandoorne. Y, cómo no, firmó el peor tiempo de la parrilla, 1:24.077, a más de tres segundos del mejor, su enemigo íntimo Lewis Hamilton.
Mercedes ha vuelto a hacerse visible nuevamente en lo alto de la clasificación. Hamilton, veloz por la mañana, lo ha vuelto a ser por la tarde, dejando al mejor de los Ferrari, el de Kimi Raikkonen, a tres centésimas, margen suficiente como prever que el dominio de Mercedes puede volver a manifestarse en Barcelona, a no ser que ocurra un incidente como el del año pasado, en el que los dos coches alemanes acabaron fuera de la carrera en la primera vuelta.
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