Seas el mejor jugador de fútbol del mundo o el hombre más poderoso de la Tierra, cuando en una sentencia tu nombre y apellidos van ligados a la palabra "cárcel" tu pulso se acelera. Y en el caso concreto de Leo Messi no ayuda precisamente el incesante goteo de noticias referidas a problemas judiciales con Hacienda de futbolistas o exfutbolistas del FC Barcelona.
Neymar, Villa, Xavi, Etoo, Mascherano... La lista parece interminable y, aunque demasiadas veces da la sensación de que las estrellas del balón viven en su jaula de cristal ajenas a todo, por sus barrotes de oro se cuelan como puñales estos requerimientos y/o sentencias.
El Parlament ya ha fijado como fecha límite para un referéndum vinculante sobre la independencia de Cataluña el mes de septiembre de 2017
El contrato que une a Messi con el Barça expira el 30 de junio de 2018. Deportiva y personalmente, el argentino está encantado en el club y en la Ciudad Condal. Es el amo del vestuario y el ídolo máximo en la calle. Sin embargo, "cárcel", "Hacienda", "juicio", "antecedentes penales", etc. son palabras que le intranquilizan.
El padre de su compañero y amigo Neymar lo dijo claramente cuando el brasileño estaba también en proceso de renovar: "Necesitamos seguridad jurídica y tributaria". Se ve que la obtuvieron porque en julio pasado el delantero amplió su contrato hasta 2021.
Si la sentencia condenatoria fuese firme es improbable que Messi ingrese en prisión, pero cargaría para siempre con antecedentes penales
El caso de Messi es diferente. Tiene 29 años, cinco más que Neymar, y sus problemas con Hacienda no son, como en el caso del brasileño, por razón de su fichaje. Leo se crió en la cantera azulgrana, así que los presuntos delitos provienen de sus ingresos por diferentes conceptos.
La Audiencia de Barcelona le condenó a 21 meses de cárcel por tres delitos fiscales y le impuso una multa de dos millones de euros. Su padre, Horacio Messi, fue castigado con la misma pena de prisión y una multa de 1,6 millones. La incorrecta tributación por los famosos derechos de imagen y por algunos contratos firmados en el extranjero son las razones de la denuncia y la sentencia.
La Fiscalía, que había anunciado su intención de recurrir, finalmente no lo hizo. Otro palo que no ayuda. Solo lo han hecho, en solitario, los abogados de la familia Messi. Si dicho recurso prospera y el '10' del Barça sale bien parado, parte de sus reticencias se disiparán.
En cambio, si la sentencia fuese firme es improbable que el argentino ingrese en prisión, pero cargaría para siempre con antecedentes penales, lo que supondrían cárcel automática en caso de otra hipotética condena. Evidentemente, esto sería aplicable solo en España. En ningún otro país... ni en una Cataluña independiente.
En pleno proceso secesionista -apoyado sin rubor y oficialmente por el Fútbol Club Barcelona-, la Generalitat acelera la asunción de competencias en materia de Hacienda. Según se anunció en el Parlament, la intención es haber duplicado plantilla propia e ingresos tributarios en julio de 2017.
"El Govern prevé asumir el grueso de las funciones de recaudación ejecutiva dentro del primer semestre del 2017", declaró en septiembre el secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó. Esta es una primera fase que aprovecha todo el margen que da el actual marco autonómico, para acometer seguidamente una segunda con plenas competencias en materia tributaria en una Cataluña independiente.
Este plan concreto coincide con el proceso general de independencia dibujado por el Parlament, que ya ha fijado como fecha límite para un referéndum vinculante el mes de septiembre del año que viene.
Si para entonces Messi aún no hubiese firmado la renovación, el Barça sabe que el jugador podría negociar abierta y oficialmente con cualquiera a partir del 1 de enero de 2018. Eso supondría que el astro argentino se iría libre, sin que el club catalán percibiera un euro, lo que seguramente revertiría en el propio Messi en forma de suculenta indemnización proveniente de su nuevo equipo, que se ahorraría los 250 millones de la cláusula de rescisión.
Aunque no suene demasiado democrático, el victimismo recurrente que llega desde Barcelona tras cada demanda de Hacienda y cada sentencia de la Justicia españolas permiten deducir que una Hacienda y Justicia catalanas serían más transigentes con los "suyos". Y a Messi lo consideran "muy suyo".
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