El mundo del fútbol llora otra dura y repentina pérdida y, de nuevo, Alemania es la principal afectada: Andreas Brehme, mítico futbolista alemán de 63 años, ha fallecido este martes tras sufrir un repentino y fulminante paro cardíaco durante la noche del lunes. El lateral germano pasó a la posterioridad gracias a su polémico gol de penalti en la final del Mundial de Italia de 1990 que supuso la conquista de la tercera estrella para la selección entrenada, en aquel entonces, por Franz Beckenbauer, fallecido hace apenas un mes.
Según informa el periódico alemán BILD, Brehme ingresó en la clínica de Ziemssenstrasse, un hospital cerca de su apartamento en la localidad alemana de Múnich, tras una llamada de emergencia a las 23:30h de la noche del lunes. El campeón del mundo recibió varios intentos para ser reanimado de camino al centro de salud, pero la situación tomó un rumbo irreversible. Durante la noche, la clínica alemana comunicó a sus familiares la triste noticia, siendo su esposa la encargada de hacer pública y lanzar la información.
"Con profundo dolor comunico en nombre de mi familia que mi compañero Andreas Brehme murió inesperadamente de un paro cardíaco. Pedimos en estos momentos difíciles que se respete nuestra esfera privada", anunciaba Susanne Schaefer, en un comunicado. Posteriormente a ello, las redes sociales se han ido inundado de notas de prensa, documentos y otros mensajes dedicados al jugador alemán, procedentes de todo tipo de clubes de fútbol, federaciones deportivas y compañeros de profesión.
Entre ellos destacan, por ejemplo, los mensajes de Karl-Heinz Rummenigge o Uli Hoeneß, dos nombres propios enmarcados en la historia de la selección alemana. "Estoy profundamente afectado y conmocionado por la noticia de su muerte. Jugamos juntos el Mundial de 1986 en México y fue un gran jugador de equipo. Su alegría por la vida siempre fue contagiosa", defiende el primero de los mencionados, mientras que Hoeneß ensalza la lealtad y confianza del ex jugador alemán "como persona y como amigo".
Fallece Andreas Brehme, el verdugo de la Argentina de Maradona
Andreas Brehme, 86 veces internacional con Alemania, será siempre recordado tras marcar el gol de la victoria de la selección germana a cinco minutos de la conclusión de la final en el Mundial de Italia de 1990. Brehme tiró el polémico penalti con su pierna "menos buena", la derecha, logrando desconcentrar a Goycoechea y colocando el definitivo 1-0 ante la Argentina de Maradona, Sensini o Ruggeri.
No obstante, dieciséis años después, durante una entrevista en 2006, Andreas Brehme reconoció que nunca hubo falta del mediocampista argentino sobre Völler en la decisiva pena máxima señalada por Edgardo Codesal: "No fue penalti. Antes de esa jugada le habían hecho uno a Augenthaler, pero el que yo marqué no había sido penalti. La entrada de Sensini fue correcta", confesó la leyenda.
Jugaba habitualmente de lateral izquierdo, aunque al final de su carrera también lo hizo como líbero. Sus lanzamientos de falta con la pierna zurda eran temibles, sin embargo, en el penalti de 1990, decidió rematar con la pierna derecha. Esa versatilidad de poder escoger el pie con el que lanzar un tiro no es propio de cualquier jugador, algo que hacía destacar aún más al héroe de 1990. En la final, Andreas Brehme recibió un golpe en el zona del tobillo izquierdo, de ahí que escogiera su diestra para marcar el tanto de la victoria.
Pero el procedente de Hamburgo nunca estuvo en los planes de Beckenbauer para lanzar el penalti. El principal candidato siempre era Lothar Matthäus, pero alegó en ese instante no encontrarse seguro debido a que tuvo que cambiar sus botas por unas que habitualmente calzaba sólo en los entrenamientos. Entonces, la responsabilidad recaía sobre Rudi Völler, que era el que había recibido la falta que ocasionó el penalti. Pero si algo dejó claro Beckenbauer sobre los penaltis fue la idea que defendía que quien había recibido la falta no debía lanzar nunca un penalti importante.
Andreas Brehme se coronó así como una de las leyendas alemanas que le han dado un título mundial a su país. Siendo este el gol más importante de los ocho que marcó como internacional, el ambidiestro pasó entonces a formar parte de la lista que en 2014 completó, por el momento, Mario Götze y en la que ya se encontraban Helmut Rhan (1954) y el gran Gerd Müller (1974).
Por otro lado, como jugador, a lo largo de su carrera Andreas Brehme militó en diferentes equipos, como el Saarbrucken, el Bayern de Múnich, el Inter de Milán, el Zaragoza (durante la temporada de 1992/93) o el Kaiserslautern. Con todos ellos, el jugador ambidiestro logro otros títulos destacados a lo largo de su carrera, sobre todo con los 'nerazzurri', conquistando la Serie A (1988/89), la Supercoppa de Italia (1989) o la Copa de la UEFA (1990/91). Como entrenador, dirigió al Kaiserslautern y Unterhaching y ayudó en el Stuttgart.
El útimo baile de Brehme con el Kaiserslautern: la segunda Bundesliga
La temporada de 1996 iba a ser la última de Andreas Brehme como jugador de fútbol: “Había decidido retirarme en 1996”, confesó posteriormente a los medios el alemán, “pero tras descender el Kaiserslautern me quedó claro que no podía acabar así”. El mítico equipo germano era uno de los cuatro que nunca habían descendido desde la creación de la actual Bundesliga, junto al Eintracht Frankfurt (que también cayó en aquella temporada), el 1.FC Köln (que también lo haría en 1998) y el Hamburgo (cuyo descenso se dio en 2018).
Sin embargo, los 'Red Devils' regresaron con fuerza a la Bundesliga, ganando el título de la segunda división alemana el mismo año del descenso bajo la dirección del laureado Otto Rehhagel. Pero la sorpresa se daría al año siguiente: contra todo pronóstico, el club alemán se alzaría con su segundo título nacional gracias a figuras como la de Andreas Brehme, goleando en la penúltima jornada al Wolfsburgo (4-0) y superando en cuatro puntos al Bayern Múnich.
La proeza se cuenta sola y Brehme pudo cerrar, tal y como se prometió, de la mejor manera posible su carrera como deportista. En total, el ambidiestro disputó 297 partidos con la elástica del Kaiserslautern, convirtiéndose en el décimo jugador de la historia del club germano en conseguir esta cifra, de ahí su especial vínculo.
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