Deportes

Una federación, un dorsal y mucho valor: otras mujeres que cambiaron el deporte

Uno de los temas más comentados en los últimos días en las redes sociales ha sido la decisión del equipo alemán femenino de gimnasia de cambiar el tradicional maillot de

Uno de los temas más comentados en los últimos días en las redes sociales ha sido la decisión del equipo alemán femenino de gimnasia de cambiar el tradicional maillot de este deporte por un traje de cuerpo entero, con el objetivo de evitar la sexualización. Las gimnastas han defendido con este acto la necesidad de que todo el mundo se sienta cómodo y mostrar "a todos que pueden vestir lo que quieran y estar estupendos", tal y como explicaba Sarah Boss, de 21 años, una de los componentes del equipo alemán.

También han sido noticia las chicas noruegas de voleibol, que fueron sancionadas por negarse a llevar biquini durante la competición. En la línea del discurso anterior, defendían que no era justo que ellas tuvieran que llevar esta indumentaria y los hombres no.

La presencia de la mujer en el mundo del deporte ha sido mínima hasta hace muy poco tiempo. Pero con el esfuerzo de mucho, ya se puede empezar a hablar de igualdad, aunque todavía queden cosas por cambiar.

A raíz de este pequeño gesto, por el que las deportistas han dejado claro que todo el mundo tiene derecho a elegir cómo vestir, evitando la sexualización, desde Vózpopuli hemos preparado una lista con otras cinco mujeres que han cambiado la historia del deporte femenino.

Alice Milliat

Esta mujer, nacida en Francia en 1884, hizo historia en el mundo del deporte al conseguir legalizar la participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos. No fue hasta 1928 que las olimpiadas acogieron el deporte femenino, después de mucho esfuerzo por parte de Milliat. Su principal enemigo fue el barón de Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos. El barón declaró en más de una ocasión que "la única misión de las mujeres es coronar a los vencedores".

Alice Milliat, promotora de la participación de la mujer en los JJOO. Autor desconocido.

Milliat por su parte, se dedicó a crear organismos que defendían el deporte femenino, como la Federación Deportiva Femenina Internacional (FSFI), y a organizar cuatro ediciones de Juegos Mundiales femeninos. El éxito de estos juegos fue tal que finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) amplió el programa olímpico para las mujeres en 1938. Si no hubiese sido por esta francesa, quizá hoy no estaríamos celebrando a Maialen Chourraut.

Lilí Álvarez

En España, una de las primeras mujeres que revolucionaron en mundo del deporte fue Elia María González-Álvarez y López-Chicheri, más conocida como Lilí Álvarez. Practicó todo tipo de deportes, aunque su especialidad fue el tenis. Después de participar junto a Rosa Torras en los Juegos Olímpicos de París de 1924, año en el que se convirtieron en las primeras mujeres españolas en participar en estos campeonatos, decidió jugar en Wimbledon en el año 1926.

La tenista española, LilÍ Álvarez

Llegó a la final y desde entonces su carrera fue imparable. Fue una abanderada de los derechos de la mujer en general y de las deportistas en particular. Tanto es así que en el año 1941, época llena de hostilidades para la mujer, le retiraron un título por acusar al jurado de machista, ya que las mujeres tuvieron que esperar a que terminara la prueba masculina para competir. Aparte de triunfar en un mundo de hombres, su otra gran aportación al deporte fue intelectual, porque tras retirarse, se dedicó a la investigación sobre feminismo y deporte.

Alice Coachman

El logro de esta deportista estadounidense no radica solo en el hecho de ser mujer, sino en que también era negra. En 1948, se convirtió en la primera mujer afroamericana en conseguir una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, concretamente en salto de altura. En la mentalidad de la época, en la que ser negro implicaba tener que pelear todo el doble, este hecho supuso una gran revolución.

Alice Coachman, deportista afroamericana. Por berria.eus

Llegar hasta el podio no fue fácil para ella, porque por las leyes de segregación no podía jugar con los niños blancos y no podía utilizar sus instalaciones deportivas. Así que tuvo que conformarse con materiales caseros y con los caminos de su casa. Se enfrentó con sus propios padres, que no veían con buenos ojos su afición al deporte, ya que consideraban que por ser mujer y negra no iba a conseguir nada. Pero gracias a su tesón y a su capacidad de superarse ante las críticas, pudo cumplir su sueño de llevarse el oro. Por ella, muchas otras mujeres afroamericanas siguieron pelearon esta batalla de la igualdad.

Kathrine Switzer

A esta alemana con nacionalidad estadounidense las críticas de otros atletas no le frenaron para convertirse en la primera mujer en correr una maratón de manera oficial. Hasta 1967, cuando ella tenía 20 años, solo participaban en este deporte los hombres, ya que estaba mal visto que lo hicieran las mujeres y se creía que eran incompetentes para ello.

La primera mujer en correr una maratón, Kathrine Switzer. De Recuerdos de Pandora

Switzer se sobrepuso a las críticas que podría recibir, se colocó en su chándal gris el dorsal número 261, salió de la línea de salida ignorando las quejas de otros atletas y acabó la prueba en cuatro horas y 20 minutos. En su momento se formó un gran revuelo, pero su valor fue clave para demostrar que los hombres y las mujeres pueden correr en las mismas condiciones.

Lusia Harris

La fuerza, la pasión y el trabajo llevaron a esta estadounidense nacida en Mississippi a convertirse en la primera mujer en formar parte de la NBA. Después de batir récords en los Juegos Panamericanos de 1975 y en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, se situó en el punto de mira del baloncesto estadounidense. Como no había entonces una liga profesional femenina, fue seleccionada por los New Orleans Jazz (actualmente Utah Jazz), alzándose con el valioso título de ser la primera jugadora femenina en la liga de baloncesto americana.

Sin embargo, Harris no llegó a jugar ningún partido con ellos porque se quedó embazada y prefirió formar parte de la WBA, la liga menor de baloncesto americano, renunciando así a la primera línea de juego.

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