Croacia regresa al podio en un Mundial cuatro años después de su histórico subcampeonato en Rusia. El combinado europeo ha sabido dominar a una histórica Marruecos, la selección africana que más lejos ha llegado en una Copa del Mundo, pero que se queda a las puertas de poder morder un metal. Lo ha hecho en un partido descafeinado, aunque era algo esperado: quizá jugar este partido, en el que no hay nada en juego, sea algo indeseable para unos futbolistas que ya tienen la cabeza puesta en volver a sus clubes.
Quizá por este motivo, la concentración defensiva fue baja durante los primeros compases del encuentro. Si a esto le unimos una buena eficacia en el ataque, obtenemos como resultado los diez minutos iniciales de este choque: Josko Gvardiol, en el minuto 7, adelantó a su selección, un tanto que le sirve para marcharse con un buen sabor de boca de Qatar tras su mala actuación ante Argentina. Lo hizo rematando de cabeza, rematando en plancha.
Otro central, en este caso africano, se encargó de devolver la igualdad al marcador: dos minutos después del tanto croata, Dari se encargó de anotar su primer gol del torneo. Los centrales haciendo de delanteros en unos primeros minutos de absoluta locura futbolística.
Tras estos diez primero minutos llenos de frenesí, el peso de las piernas tras un intenso torneo hizo acto de presencia y el ritmo decayó, con una Marruecos exhibiendo el mismo poderío defensivo que ha mostrado durante todo el Mundial. Croacia, a su vez, quiso no tomar riesgos innecesario para evitar que los marroquíes saliesen en tromba contra la portería defendida por Livakovic.
El segundo y último tanto del partido lo anotó al filo del descanso Orsic, que soltó un bonito disparo cruzado contra la portería defendida por Bounou. Uno de los goles del torneo, sin lugar a dudas, que casi evita el portero, ya que llegó a tocar el balón antes de entrar. Fue la única jugada que rompió la monotonía implantada durante los primeros 45 minutos, que fueron cayendo en intensidad a medida que se acercaba el descanso, aunque los 15 minutos de parón no sirvieron para revitalizar el choque.
Una segunda parte sin goles, con una Marruecos cercando la portería croata con más fe que fútbol. Livakovic tuvo algún sobresalto, aunque lo cierto es que las ocasiones más claras las tuvo Croacia para sentenciar el partido. Kovacic tuvo en sus pies la mejor oportunidad para anotar el tercero: dentro del área soltó un buen disparo cruzado que se marchó rozando el poste.
Al final del partido, en la última jugada, En-Nesyri tuvo el milagro en su cabeza: un gran centro lateral fue rematado alto por el delantero marroquí, que quiso emularse a sí mismo en el partido frente a Portugal. En esta ocasión no logró ver portería. El lamento del ariete fue la imagen del pitido final de un partido que corona a Croacia como un referente futbolístico de Europa y que sirve, a su vez, para despedir con honores a Luka Modric de una cita mundialista.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación