Francia, la vigente campeona del mundo, se ha citado con la historia y con Leo Messi en la gran final del domingo tras batir por dos goles a cero a Marruecos. La selección africana lo intentó y luchó, pero eso no le bastó para poner en apuros a los franceses.
Los goles de Theo Hernández y de Marcus Thuram permiten a los de Deschamps soñar con volver a revalidar su título de campeón mundialista. En frente tendrán a un 'maradoniano' Leo Messi que quiere hacer historia y conseguir su primer Mundial.
Una primera parte con mucho ruido y pocas nueces
Marruecos llegaba a esta semifinal espoleada por los grandes resultados cosechados durante toda la Copa del Mundo. 'Los Leones' han mostrado a lo largo del torneo que su gran 'performance' no es cosa del azar y sí cosa del trabajo y de un estilo de juego defendido, sustentado en la solidaridad defensiva y la verticalidad ofensiva.
En cambio, Francia llegaba a este partido con poco que ganar y mucho que perder. La vigente campeona del mundo se presentaba en la 'semi' como gran favorito para ganar de nuevo el título mundial y sobre todo, como 'casi' obligado a vengar a los rivales que ha dejado por el camino la selección marroquí.
Por ello, únicamente tuvieron que pasar cuatro minutos para que la selección que entrena Didier Deschamps subiera el primer gol al marcador. El tanto llegó tras una larga posesión que acabó con un pase al corazón del área recogido por Mbappè que, tras varios rechaces, hace llegar el esférico a Theo Hernández para rematar de tijera y adelantar a los europeos.
Tras el primer tanto, ninguno de los dos equipos se echó para atrás, tratando de hacer gala del estilo de juego tan diferenciado que tiene cada selección y buscando un gol que subir al marcador. Marruecos fue de menos a más durante los primeros 45 minutos, consiguiendo incluso arrinconar a los franceses e incluso meter el miedo durante las distintas fases de la primera parte. No obstante, Francia supo defender las acometidas marroquíes y aguantó.
Una segunda mitad para mostrar por qué Francia es favorita
La segunda mitad de la semifinal fue una lucha constante entre David y Goliat. Marruecos luchaba, pero no le bastaba para hacer daño a una Francia que se mostró muy superior a su rival y mandó un mensaje a los que le daban a Argentina la copa antes de la final.
Por mucho que la selección marroquí trató de acercarse al área francesa no lo consiguieron. El partido de los de Deschamps ha sido muy serio de principio a fin. No obstante, la selección africana no tiró la toalla en ningún momento tratando de mantener vivo su sueño mundialista.
Pero esas ansias se esfumaron cuando en el minuto 80, tras una falta lateral botada por Griezzman, el delantero Marcus Thuram remató un balón con la testa acabando con cualquier esperanza marroquí de alcanzar la gran final del Mundial de Qatar.
No obstante, el juego de Marruecos, su compromiso, su lucha le hacen merecedor de las semifinales que han alcanzado. Hay que quitarse el sombrero con ellos.
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