Medio mundo puso sus ojos en él durante el partido de este lunes que enfrentó a Portugal y Uruguay en el Mundial de Qatar. Las cámaras de decenas de medios internacionales se hicieron eco de la acción de Mario Ferri, un espontáneo que saltó al terreno de juego alzando una bandera LGTBI, en señal de protesta contra el Estado del Golfo y sus ataques a los derechos del colectivo durante la Copa del Mundo.
Lo que muchos no sabían es que Ferri es un habitual de los campos de esta envergadura, ya que él mismo es un futbolista. El jugador italiano de 35 años ha jugado en lugares como Emiratos Árabes, San Marino, India o en su país de origen e incluso ha llegado a jugar la fase previa de una competición europea como la Conference League.
Sin embargo, lo más curioso de su perfil no es su carrera futbolística, sino su faceta de activista. El natural de Montesilvano (Pescara) es conocido por saltar a campos de fútbol donde se están disputando partidos de alto nivel para difundir mensajes reivindicativos.
En anteriores mundiales, el joven de 35 años ha invadido varios terreno de juegos con su característica camiseta azul de Superman, junto con mensajes sociopolíticos en función del país en el que se encontraba. En 2010, en Sudáfrica, se coló en semifinales (partido de España y Alemania) con el lema "paz en el mundo".
En 2014, en Brasil, en el partido Bélgica vs Estados Unidos, donde se hizo pasar por discapacitado para estar en primera fila y colarse en el campo con una camiseta con el mensaje: "salvad a los niños de las favelas".
Ferri también ha ayudado a refugiados ucranianos desde Polonia, donde estuvo durante semanas haciendo labores humanitarias.
Libre y sin cargos
La seguridad del estadio le retuvo y fue detenido por las fuerzas policiales de Catar, que le mantuvieron en comisaría hasta las 3 de la madrugada, cuando fue liberado.
Ferri, que se describe a sí mismo como 'influencer', ha publicado este martes en sus redes sociales que es libre y que su salto al campo no le ha acarreado "consecuencias legales".
En declaraciones a RAC1, ha desvelado asimismo que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, le ayudó. "Tuve muchos problemas con la policía, pero él apareció y resolvió la situación", dijo.
Comenta que la FIFA no considera que los símbolos que portara fueran "violentos", porque era un mensaje de paz. "Quería enviar un mensaje al mundo, han impedido que lo hicieran los capitanes, los jugadores, pero no han impedido mi mensaje", insistió.
Ferri, conocido como 'El halcón', lo había intentado dos veces antes en este Mundial, durante el Francia-Dinamarca y el España-Alemania. "Me subí al techo del banquillo de Portugal y salté desde allí", ha relatado.
"Lo voy a llamar "The Last Dance", mi última carrera en un campo de fútbol. Quería mandar mensajes importantes que he vivido en mis carnes en los últimos meses", ha añadido Ferri.
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