Varios partidos amistosos previos al Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 fueron amañados con sobornos a los árbitros pagados por mafias que buscaban beneficios a través de las apuestas, según un informe confidencial de la FIFA desvelado por el diario estadounidense 'The New York Times'.
Este periódico, que también investigó por su cuenta los supuestos arreglos, detalla cómo un grupo con base en Singapur pagó a colegiados para manipular al menos cinco encuentros disputados en el país africano.
Entre ellos, 'The New York Times' destaca el caso del amistoso que enfrentó a Sudáfrica y Guatemala antes de la cita mundialista, en el que el conjunto local se impuso por 5 goles a 0 con varias decisiones muy discutidas por parte del árbitro.
El colegiado nigerino Ibrahim Chaibou, que señaló dos penaltis por manos inexistentes, ingresó horas antes del encuentro una gran cantidad de efectivo, hasta 100.000 dólares, en una sucursal bancaria sudafricana, según indica el periódico en su edición digital.
El caso es uno de los que aparece recogidos en el informe interno de 44 páginas elaborado por la FIFA y en el que se describen con multitud de detalles varios posibles amaños antes del Mundial de 2010.
Según el documento, la mafia especializada en este tipo de arreglos logró que árbitros a los que había sobornado fuesen designados por la federación de fútbol sudafricana para dirigir encuentros amistosos, ofreciendo pagar todos sus gastos y presionando a los directivos.
La investigación concluyó que "al menos cinco partidos y probablemente más" fueron aparentemente amañados en Sudáfrica antes del Mundial. En total, hasta 15 encuentros internacionales en esas fechas habrían sido objetivo de las mafias vinculadas a las apuestas en los mercados asiáticos.
En el caso concreto del Sudáfrica-Guatemala, la FIFA detectó movimientos sospechosos en las casas de apuestas sobre el número de goles que se marcarían en el partido, muy por encima de lo habitual. En el encuentro, con un arbitraje muy polémico, terminaron anotándose cinco tantos.
La investigación llevada a cabo por 'The New York Times' se apoya, además de en el informe de la FIFA, en numerosos documentos, correos electrónicos y entrevistas. El extenso reportaje destaca la facilidad con la que se amañaron partidos en Sudáfrica y subraya las dudas que eso plantea de cara a la Copa del Mundo que arrancará en Brasil el 12 de junio.
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