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Nacho Fernández, de capitán modélico del Real Madrid al "carnicero" de las redes sociales

El central madridista acumula 23 temporadas en el Real Madrid, doce en el primer equipo. Una vida deportiva intachable y al servicio del club de su vida. Sin embargo, la brutal entrada en Girona ha puesto injustamente patas arriba su trayectoria

Nacho Fernández. EP

El destino de Nacho Fernández era ser capitán del Real Madrid, club de sus amores. Aunque era un niño cuando ingresó en 2001 en la cantera del equipo blanco, la férrea e inquebrantable voluntad del alcalaíno le ha permitido alcanzar cotas que le parecían vetadas por derecho divino. Cuando renovó su contrato por una temporada más el pasado junio, los libros de historia de la entidad se abrieron de par en par para escribir con letras doradas el nombre de su nuevo e insigne capitán.

La marcha de leyendas como Karim Benzema y Marcelo dejaron huérfano el brazalete, el cual recayó, por antigüedad y méritos, en Nacho. Ambos, francés y brasileño, poseen el récord de títulos en el club con 25 trofeos, dos por encima del central, que podría igualarlos esta misma campaña. Si bien su continuidad más allá del 2024 es bastante difusa, esta temporada quedará grabada a fuego en la retina del madrileño por su peso deportivo e institucional.

Una responsabilidad, la de ser capitán, que el zaguero ha lucido con orgullo. Inmersos en la era del fútbol ficción, donde el dinero ha sustituido valores tan capitales en el deporte como la lealtad, la figura de Nacho Fernández, el one club man del Real Madrid, no hace más que reforzar la fe de ese reducido grupo de apasionados del balompié que todavía creen en el amor a los colores. 23 años en el Real Madrid, doce de ellos como jugador del primer equipo.

Sin embargo, en la era de las redes sociales, el respeto granjeado durante toda una trayectoria puede ser tan efímera como los caracteres de un tuit. El pasado sábado, en el partido que enfrentó al Real Madrid contra el Girona en Montilivi, el equipo de Ancelotti vencía por 0-3 goles cuando Nacho Fernández, fruto de un cortocircuito brutal, se tiró con la plancha por delante contra el tobillo de Portu, escenificando una de las entradas más escalofriantes de nuestra Liga en mucho tiempo.

Evidentemente, el colegiado del encuentro, Pulido Santana, sancionó con roja directa la acción del central, que se perderá los tres próximos encuentros, incluido el clásico ante el Fútbol Club Barcelona del próximo 28 de octubre. La dureza de la entrada quedó patente desde el mismo instante en el que Portu gritaba de dolor sobre el césped de Montilivi. Las formas, levantando tanto la pierna en un balón que Nacho tenía perdido, en el añadido de un partido plácido, escenificaron la crudeza de una patada salvaje.

Nacho, objeto de insultos en redes sociales

Acto seguido de su expulsión, las redes sociales clamaron contra Nacho todo tipo de insultos y descalificaciones. De "carnicero" a "asesino", la lista de improperios contra el defensa fue amplia. En 323 partidos, Nacho Fernández solo ha sido expulsado en tres de ellos, siendo la roja del pasado sábado la única directa de su carrera. Una mancha gigante, pues la gravedad e intención de la entrada son descabelladas, pero para nada marcan una tendencia en la carrera futbolística del zaguero.

Agitado como un saco de boxeo, Nacho lleva toda la semana siendo el blanco de las iras del resto de aficiones, que han aprovechado esta acción para saldar cuentas, bien con el central o con el Real Madrid. Cuando pasen los 3 partidos de sanción, volverá y, seguramente, lo hará entre pitidos y ovaciones, pues nunca llueve a gusto de todos.

Una caza de brujas, la de las redes sociales, que recuerda al macarthismo más duro, aquel que a mediados y finales de los años cincuenta en Estados Unidos hizo dudar de su patriotismo hasta al más pintado. Esta semana ha sido Nacho, otras lo han sufrido Gavi, Vinícius, Paulista o Papu Gómez, entre otros. Pese a todo, en la hoja de ruta del defensa madridista no cabe otra cosa que no sea rendir al máximo nivel los minutos que Ancelotti considere que debe estar en el tapete verde.

Un tipo familiar, sencillo y luchador

Una situación adversa que no tendrá más mella en Nacho que la sanción justa y merecida (incluso corta) que la disciplina deportiva le ha impuesto tras su patada a Portu. De adversidades sabe bastante el zaguero. A los 12 años de edad, y al poco de ingresar en la cantera del Real Madrid, los médicos le diagnosticaron diabetes. Pese a lo trascendente de la enfermedad y una primera opinión poco halagüeña, el resto de profesionales de la sanidad a los que acudió le dijeron que no tendría que dejar el fútbol, es más, el ejercicio ayudaría bastante a hacer más llevadera su condición.

Eso no quita ni un ápice de gravedad a la diabetes que sufre, la cual le obliga a inyectarse insulina y tener un estricto control de su alimentación. Gracias a su notoriedad y fama, ha podido concienciar y motivar a aquellas personas que tienen este diagnóstico a temprana edad, animándoles a cuidarse, haciendo hincapié en los beneficios que tiene el deporte para combatir la diabetes.

En el ámbito más personal, es un hombre de lo más familiar, íntimamente ligado a sus padres, hermano y mujer. Maite y Chema, sus progenitores, han cuidado de Nacho y de su hermano Alejandro, también futbolista del Cádiz. En el plano amoroso, lleva desde los 14 años con María Cortés, esposa y madre de sus cuatro hijos. No es un tipo dado a grandes excentricidades, siempre bajo el radar y sin una declaración, por norma general, fuera de tono.

En su cuenta de Instagram, donde supera los 12 millones de seguidores, solo comparte post de partidos con el Real Madrid o la selección española, a excepción de alguna fotografía de ámbito familiar, pero sin exponer en exceso a los suyos. Así es, a grandes rasgos, Nacho Fernández, el último hoplita del Real Madrid. Un capitán sin focos y un defensa "pesimista", como en su día le definió Carlo Ancelotti. De la patada se dejará de hablar, mientras que su legado estará ahí para siempre entre los anales del madridismo.

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