El argentino Andrés Nocioni, ala-pívot del Real Madrid, se retirará al final de la presente temporada, según ha anunciado él mismo en una carta publicada en twitter y que oficializará este martes en un acto en el Santiago Bernabéu.
Nocioni estará acompañado por sus compañeros del conjunto blanco y por el presidente del club, Florentino Pérez, en un acto que tendrá lugar en el palco de honor del Santiago Bernabéu.
A sus 37 años, el argentino señala en una sentida misiva que "después de tantas batallas" ha "decidido dejar de reventar la botella de agua contra el piso" cada vez que le sustituyen, "mojando a compañeros, asistentes y plateistas de primera fila. De tirar toallas, de patear bancos, de insultar al aire".
"He decidido madurar, señores", continúa. "Me cansé de discutir con los árbitros por fallos que nunca sabremos si fueron erróneos. No quiero que me cobren más faltas técnicas ni tampoco volver a pagar gimnasios o cenas de equipo a cuenta de mis multas".
"Debo progresar. Lo he meditado lo suficiente. Basta de pelear con rivales, basta de noches sin dormir por victorias con angustia o derrotas que son puñales. Se terminó... Pretendo mejorar mi conducta, mis hábitos. Y como tengo en claro que no podré cambiar mi temperamento jamás. ME RETIRO. Me voy antes de que me echen", asegura.
Nocioni señala que vivió como jugó, fue "siempre honesto" y entregó su "corazón" en cada club en el que estuvo y que deja el baloncesto de la manera que quiere: "compitiendo en el más alto nivel de Europa y en un club de máxima jerarquía mundial".
Rememora que "en el camino" ha cumplido "muchísimos sueños", que ni se "imaginaba concretar cuando comencé a jugar en Ceci de Gálvez". "Yo tenía como aspiración máxima llegar a Europa y no solo lo concreté, sino que además sumé una etapa en la NBA. No quiero ponerme nostálgico en esta carta, pero es imposible no mirar en retrospectiva y sorprenderme tirando en un arito todo roto de mi ciudad".
"Llegué más lejos de lo que esperaba. Compartí camiseta con alguno de los mejores jugadores del mundo. Y me enfrenté con muchos otros a los que veía en fotos. Me descubrí en lo más alto de un podio olímpico con la camiseta que más quise, en una tarde que jamás olvidaré. grité, sufrí, festejé, lloré: crecí. Nunca me entregué. Ni en los peores momentos, que por supuesto también los tuve", manifiesta.
El argentino dedica un capítulo de agradecimiento a su esposa Paula, a sus hijos, familia, compañeros, técnicos, preparadores físicos, cuerpos médicos, a sus agentes, e incluso a los árbitros, "que con seguridad organizarán una fiesta mañana mismo".
"Por último, valorar a todos los clubes que me cobijaron en Argentina, España y Estados Unidos. A la Selección, por el enorme orgullo que me generó representarla durante más de 15 años. A la gente de Vitoria (¡Cuántos recuerdos de momentos mágicos! y a la del Madrid, que me demuestra su cariño día a día", dice.
"En estos meses por delante daré lo mejor de mí, como siempre, para ganar la Euroliga y la temporada de ACB. Sería una despedida perfecta. Y la última oportunidad de robarme una red", asegura.
"Hasta acá hemos llegado, amigos. Ha sido un camino largo, repleto de piedras, luces, empeño y también grandes satisfacciones. Pero de algo estoy seguro: valió la pena transitarlo", concluye el jugador nacido en Gálvez el 30 de noviembre de 1979.
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