Las buenas noticias se acumulan en el Atlético de Madrid. El nuevo proyecto de Simeone se afianza en pilares sólidos, reforzados por la idea única que persiguen todos, nuevos incluidos, y el añadido de una calidad incuestionable que sale a borbotones. En esta faceta, la presencia de Óliver Torres multiplica esa virtud que atesoran los Koke, Tiago, Griezman, Vietto... y que otorgan al estilo del Atleti un tentáculo tan poderoso o más que los reconocibles en su dni (intenso, solidario, agresivo, fiable).
En la primera prueba de la pretemporada con adversario de Primera, la Real Sociedad, Simeone probó un once muy cercano al de verdad. Bien es cierto que lo hizo sin proponer una de sus máximas (Koke de mediocentro) fiándose de lo que acostumbra (Tiago-Gabi en el eje) dejando a Koke y Óliver como falsos interiores. El renovado Griezmann acompañó a un imponente Fernando Torres en el ataque una vez que Jackson Martínez había debutado por la mañana en un triangular en Leganés.
El Atleti dominó el partido en posesión, combinación y robo aunque los remates escasearan en la meta de Rulli. De hecho, un error de su zaga propició el primer gol de un choque que hubo de retrasarse por problemas en el vuelo donostiarra a Alicante. Empezó tarde pero mereció la pena ver de nuevo en acción a Filipe Luis. El brasileño volvió a la defensa que nunca debió abandonar y lució la camiseta que dejó un año para volver de nuevo. Y cómo volvió. Noventa minutos fueron suficientes para enterrar a Siqueira y, por supuesto, a Ansaldi jugando de memoria recuperando sin inmutarse los registros que le llevaron a convertirse en uno de los puñales del Cholo. Él y Juanfran desgarraron a la Real como si nada. Como antaño.
El Atlético mostró un tono suficiente para arrancar en condiciones la temporada y lo hizo bajo el pulso que le otorga un 10 que se agranda: Óliver Torres. El canterano está mostrando el nivel de excelencia que le hizo brillar en el Oporto. No está Arda, está Óliver y es otro rollo. Nada que envidiar al turco. Cada acción es un ejemplo de recursos, en la conducción, en el pase, a la hora de arbitrar soluciones, en la conexión con sus compañeros. Él eleva el nivel y sube el del equipo para una versión que complementa el poder de la marca de Simeone.
El partido tuvo poca historia por parte rival, muy timorata excepto por el veloz Bruma. El Atlético trabajó cada parte del encuentro y no perdió brillo sin Óliver. De hecho, la mejor jugada del amistoso llegó en una deliciosa acción al primer toque en la que intervinieron Tiago, Juanfran, Koke, Correa hasta rematar la excelente conexión un infalible Griezmann. Fue el colofón a una prueba más y una menos para la hora de la verdad y el arranque liguero.
Ficha técnica:
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Godin, Giménez, Filipe, Gabi, Tiago, Koke, Óliver (Correa, m. 59), Griezmann y Fernando Torres.
Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Ansotegi, Iñigo, Yuri (De la Bella, m. 78); Markel, Pardo; Prieto, Canales (Concha, m. 87), Bruma; Aguiretxe (Oyarzabal, m. 78).
Árbitro: Martínez Munuera (Colegio Valenciano).
Goles: 1-0, m. 17: Markel en propia puerta. 2-0, m. 76: Gierzmann.
Incidencias: Encuentro amistoso disputado en el estadio José Rico Pérez de Alicante ante unos 15.000 espectadores. El partido comenzó con una hora y cuarto de retraso por problemas técnicos en el vuelo que debía desplazar a la Real Sociedad a Alicante, lo que demoró su llegada al estadio.
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