Los dos equipos de nueve tripulantes -ocho remeros y un timonel-, recorrerán una vez más los 6,4 kilómetros de río desde el barrio londinense de Putney hasta el oeste de la capital británica.
A orillas del Támesis, como cada año, cientos de miles de personas se concentrarán para contemplar el desarrollo de la carrera y celebrar la llegada de la primavera, que este año comenzó con más frío del habitual en Londres.
Se trata del acontecimiento deportivo más antiguo del mundo, que se celebró por primera vez en 1829 y, tras un inicio discontinuo, solo dejó de disputarse durante los periodos de las Guerras Mundiales.
Desde entonces, Oxford ha ganado en 76 ocasiones la competición, mientras que sus rivales de Cambridge llevan por su parte 81 victorias (la edición de 1877 fue declarada nula).
En los últimos tiempos, la rivalidad entre ambas universidades se ha equilibrado: desde 2001, Oxford ha cruzado por delante la línea de meta en siete ocasiones, por cinco Cambridge.
En el pasado, sin embargo, se han dado épocas en las que una de las dos instituciones ha dominado claramente la prueba. Los años 1990 fueran territorio de Cambridge -ganaron todas las regatas desde 1993 a 1999-, mientras que Oxford se llevó 16 títulos desde 1976 hasta 1992, con una única derrota en ese periodo, la de 1986.
Esta semana se anunciaron las tripulaciones oficiales para la carrera de este domingo y los organizadores procedieron a pesar a los remeros de ambos equipos.
La diferencia entre el peso medio de los componentes de ambas embarcaciones ha roto en esta ocasión todos los récords, con cada integrante de la embarcación de Cambridge pesando 13,95 kilos más que los de Oxford.
Cambridge ha elegido una tripulación con un peso medio de 95,15 kilos por remero, la segunda más pesada de la historia, mientras que Oxford ha optado por su equipo más ligero desde 1991, con remeros que pesan una media de 81,20 kilos cada uno.
Las tripulaciones están más equilibradas en cuanto a edad media -25 años ambas- y altura: los remeros de Oxford miden de media 1,94 metros y los de Cambridge 1,95.
La tradicional regata sufrió el año pasado un incidente desacostumbrado cuando un hombre saltó al agua ante el paso de las embarcaciones e interrumpió la prueba durante varios minutos. El británico Trenton Oldfield, de 37 años, fue condenado a seis meses de prisión por perturbar la regata, si bien fue puesto en libertad con un brazalete electrónico después de siete semanas entre rejas.