El piragüista David Cal, mejor medallista olímpico español de la historia, con un oro y cuatro platas, confiesa que en los últimos cuatro años no ha recibido "todo el apoyo" que quisiera de la Real Federación Española de Piragüismo (RFEP), pero que la decisión de marcharse a Brasil para preparar los Juegos de Río "no es sólo por eso", sino porque el proyecto que le han ofrecido "es muy bonito" y podrá entrenarse en el mismo lugar en el que competirá.
"Evidentemente, durante este ciclo olímpico, en estos últimos cuatro años, no hemos recibido todo el apoyo que quisiésemos de la Federación. Hemos tenido bastantes problemas, he estado sin cobrar la beca desde enero hasta los Juegos. Son siete meses y siempre que pedimos algo, siempre hay problemas, pero la decisión de marcharme no es sólo por eso", asegura Cal, tras recibir el premio 'Ser Primero' del Consejo de Administración de Bodegas Protos en Peñafiel (Valladolid).
El medallista de plata en la final de C-1.000 en los Juegos de Londres 2012 dice que otro de los motivos es la "bonita" oferta que supone irse a Brasil y entrenarse en el mismo lugar en el que competirá en los Juegos. "El país organizador invita a entrenar a sus deportistas y a mí a entrenarme con ellos y estar allí, en la pista en la que vas a competir, voy a estar con más gente porque en Pontevedra entreno sólo, me parece un proyecto muy bueno. Creo que el cambiar de aires me va a venir muy bien", dice con respecto a su marcha.
Además, comentó que, aunque España estuviera económicamente bien, hubiera tomado "la misma decisión". "La situación económica por la que pasa España ayuda a tomar la decisión, pero seguramente si la situación del país fuese económicamente buena tomaríamos la misma decisión que estamos tomando", reitera.
Cal reconoce que por una parte "no" se siente valorado por la RFEP, pero lo entiende, ya que no están pasando "un buen momento económico". "No pueden brindarme todos los medios que necesito, tampoco es nada excesivo, simplemente los medios necesarios para poder entrenarme en condiciones. Estamos en un momento malo y seguramente si la Federación tuviese la posibilidad de darme los medios que necesito pues los tendría, pero en este momento es complicado y no se puede", confiesa.
El piragüista pontevedrés cuenta un ejemplo de la mala situación por la que pasa la RFEP al no poder proporcionarle un pulsómetro en los meses anteriores a los Juegos de Londres. "Antes de los Juegos se nos estropeó un pulsómetro, una herramienta de trabajo que utilizamos mucho, y nos decían que no nos podían dar otro hasta dentro de unos meses y era justo pocos meses antes deLondres por lo que no podíamos estar sin pulsómetro, con lo cual facilidades de este tipo en este ciclo no tuvimos", asegura.
El canoísta gallego explica que su relación con el presidente de la RFEP "es casi nula", ya que no coinciden. "Contabilizando habré hablado diez minutos con él en este ciclo olímpico. La relación que tengo con él es casi nula. No coincidimos, él es de Castilla y León, yo soy de Galicia y en las competiciones nacionales coincidimos muy poquito y en las internacionales un poquito más, pero no tengo mucha relación".
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