El presidente del PSG, Nasser Al Khelaïfi, envuelto en causas judiciales y sin opciones en la Champions League perdió los papeles tras el pitido final del partido que su equipo disputo ayer en el Santiago Bernabéu y en el que quedo eliminado de la competición europea, según han informado distintos medios.
Estas fuentes indican que el dirigente catarí bajó del palco hasta una zona habilitada por el Real Madrid para el equipo visitante gritando y buscando el vestuario del colegiado del partido, Danny Makkelie.
La última derrota del proyecto multimillonario de Qatar Sports Investments no solo ha vuelto a demostrar que en el mundo del deporte el dinero no es sinónimo de éxito. Según las informaciones publicadas, el dirigente qatarí protagonizó sendas escenas al ver cómo se materializaba un nuevo fracaso del club parisino. Estas informaciones indican que en el palco de autoridades se saltó todas las normas de protocolo profiriendo gritos a la conclusión del encuentro.
A continuación, sostienen que acompañado por su director deportivo y sus guardaespaldas, Al-Khelaïfi se dirigió a los vestuarios y aseguran que habría amenazado a un empleado del Real Madrid y que habría roto el banderín de uno de los árbitros asistentes.
La derrota en el Bernabéu fue la puntilla a una semana que comenzó con mal pie para el empresario árabe. El pasado lunes, tuvo que comparecer ante el Tribunal Penal Federal de Bellinzola (Suiza) a petición del Ministerio Público de la Confederación helvética, que le acusa de tráfico de influencias e instigación a la gestión desleal por parte del ex secretario general de la FIFA Jerôme Valcke, y solicita 28 meses de prisión para Al-Khelaïfi por la adjudicación de los derechos televisivos de las Copas del Mundo de la FIFA de 2026 y 2030 al consorcio qatarí BeIN Media Group.
Además de haber admitido una “relación amistosa desde hace años” entre ambos, Valcke se habría beneficiado durante 18 meses de una lujosa villa en Cerdeña, adquirida por una sociedad vinculada a Al-Khelaïfi meses antes de la adjudicación por parte de la FIFA de los derechos televisivos.
Otro proceso
Al margen de este procedimiento, el máximo mandatario del PSG también se encuentra inmerso en un segundo proceso: su imputación por “corrupción” por parte del área de delitos económicos del Tribunal de París, que le acusa de otro “soborno activo”. En este caso, los beneficiarios de las presuntas prácticas ilícitas habrían sido el expresidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) Lamine Diack y su hijo, quien se habría embolsado cerca de 3,5 millones de dólares procedentes de Oryx Qatar Sports Investments (Oryx QSI), compañía vinculada al fondo QSI que también preside Al-Khelaïfi.
Tras la amistad forjada en sus días como tenista profesional cuando llegó a compartir pareja en la pista con el entonces príncipe y actual emir, Tamim bin Hamad Al-Thani, Al-Khelaïfi se convirtió en 2005 en presidente de Qatar Sports Investments (QSI), la división deportiva del fondo soberano Qatar Investment Authority.
Desde entonces, Qatar se ha convertido en un actor que ha revolucionado el deporte a nivel internacional con los patrocinios de Qatar Foundation y Qatar Airways al FC Barcelona entre 2010 y 2017, el desembarco de QSI en el PSG en 2011, la citada adjudicación del Mundial de atletismo de 2017 a Doha, o la celebración de infinidad de eventos internacionales más allá de la Copa del Mundo de la FIFA (de la que Al-Khelaïfi forma parte del comité organizador). Entre ellos, la última edición del Mundial de pádel del pasado mes de noviembre en el imponente Khalifa International Tennis and Squash Complex.
El rol de Al-Khelaïfi como anfitrión del torneo –también preside la Federación de Tenis, Squash y Badminton de Qatar y la Federación Asiática de Tenis (ATF) –, estuvo acompañado de un acercamiento con la Federación Internacional de Pádel (FIP) y la posterior creación de un circuito alternativo de la mano de QSI, que algunos actores implicados en este deporte consideran que puede vulnerar el contrato en vigor entre los jugadores y World Padel Tour.
Entienden que con su ientrada en el mundo del pádel, el ministro catarí ha eliminado las bases de la “sólida colaboración”, escenificada en la última visita del presidente de la FIP, Luigi Carraro, a las instalaciones de WPT en Madrid y que está en peligro la proyección internacional de la disciplina deportiva que ha registrado un crecimiento más rápido en los últimos cinco años.
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