Rafa Nadal vuelve a ser el rey en París y con esta, ya van 14 veces que lo consigue. Una proeza histórica que le consolida, si no lo estaba ya, como el máximo dominador de la tierra batida de la historia del tenis. Con su victoria ante Casper Ruud ha conseguido tener los mismos títulos que sus dos principales perseguidores, otrora grandes mitos sobre el polvo de ladrillo: Max Decugis consiguió ocho títulos y Björn Borg posee seis.
El de Manacor no tiene límites. Está viejo (con 36 años es el campeón más mayor de la historia de Roland Garros) y también cojo (necesita analgésicos para poder entrenar y jugar), pero su tesón y talento son tan grandes que pese a estos dos grandes condicionantes, ha sido capaz de levantar por 14ª vez un título en París ante uno de sus pupilos, Casper Ruud (nº8 de la ATP), que firmó un partido notable al principio y terrible en el último tramo, sin llegar en ningún momento al nivel de excelencia necesario para poner a Nadal contra las cuerdas.
El noruego disputó en la Phillipe Chatrier de París su primera final de Grand Slam y ya en el túnel de vestuarios se mostraba nervioso. Mientras Rafa Nadal daba la sensación de ser un león enjaulado, Ruud esperaba inmóvil a que el 'speaker' le nombrase para salir a pista. Ese miedo escénico inicial paralizó al tenista de 23 años, que vio cómo el manacorí se mostraba superior en todas las facetas del juego.
El primer golpe fue para Nadal, que se puso 1-0 con su saque para imponer el ritmo del partido. Después, consiguió romper el servicio de Ruud para ponerse dos juegos arriba. El noruego, errático durante esta manga inicial, vio cómo tocaba remar para poder superar el poderoso juego de su rival. La reacción del número 8 del mundo llegó, devolviendo el 'break' para ponerse 2-1, pero esto no supuso más que un rasguño para el de Manacor, que rápidamente retomó la ventaja con un 'contrabreak'.
Con estos cuatro primeros juegos en disputa, ambos tenistas afinaron su saque e impidieron que su rival impusiese su juego desde la defensa. Rafa ahí logró el 4-1 y aunque Ruud logró ganar sus saques, ya fue demasiado tarde para remontar el primer set. Rafa empezaba dominando.
El segundo set arrancó con un Ruud dispuesto a igualar el choque. Con una velocidad más, el noruego logró ganar su saque para comenzar la manga por encima en el marcador. Nadal, le supo devolver el golpe, pero se topó con el mejor Casper de la final: juego muy psicólogico el 3-1, ya que el de Manacor recibió un 'break' en blanco.
Remontada de Nadal para destrozar las opciones de Ruud
Ahí, Rafa sacó otra de las grandes facetas que le han llevado a ser historia del deporte mundial: su mentalidad inquebrantable. Pese a estar 3-1 por debajo en el marcador, logró un 'contrabreak' que le permitió acercarse a su rival. A partir de entonces, el español comenzó a crecerse ante un Ruud que cada vez parecía más pequeño. Desde ese instante, Nadal ganó todos los juegos del partido, lo que le permitió imponerse 6-3, con dos roturas de servicio más.
La tercera manga comenzó como acabó la primera, aunque con un Ruud desorientado, incapaz de hacer daño a Rafa Nadal . El tenista de Manacor vio a su presa herida y decidió entrar a matar con un tenis muy consistente que le permitió no ceder un solo juego en todo el set. Fruto de la inexperiencia, el noruego no supo reponerse del imponente ritmo de partido de Nadal, que no mostraba un atisbo de duda a la hora de cerrar el partido.
Con esta victoria, Nadal levanta su 14 Roland Garros, quizá el más difícil de su carrera por el mal estado en el que se encuentra su pie. Algo que no le ha impedido volver a ser, una vez más, el rey de París. ¿Será este su 'Last Dance' en París? Todas las señales indican que no será así. "Me dáis la fuerza para seguir adelante", ha dicho al público de la Phillipe Chatrier, lo que hace pensar que podremos disfrutar de Rafa Nadal, al menos un año más, sobre la tierra batida de Roland Garros.
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