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Guerra abierta en el Rayo Vallecano: el femenino, en rebelión contra el presidente

Mientras el Rayo Vallecano de Iraola se lleva aplausos por su buena andadura en Primera División, los problema se le acumulan al dueño de la entidad, Raúl Martín Presa. El

Mientras el Rayo Vallecano de Iraola se lleva aplausos por su buena andadura en Primera División, los problema se le acumulan al dueño de la entidad, Raúl Martín Presa. El presidente franjirrojo tiene a su sección femenina en pie de guerra y ya es la segunda vez que esto ocurre, al menos de forma pública, en la presente temporada. En la primera ocasión, las jugadoras denunciaron junto a la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) que ellas habían estado entrenando sin haber estado dadas de alta en la Seguridad Social, algo que ya se ha solventado.

Ahora, en otro comunicado, las futbolistas protestan por su situación laboral, que ellas consideran que "no es digna” para un club que milita en la Liga Iberdrola, la máxima categoría del fútbol nacional. Los motivos esgrimidos para protestar contra una "desigualdad" respecto al equipo masculino son variados. Hemos contactado con el club para conocer su versión de los hechos y dista mucho de lo que denuncian las jugadoras. La polémica está servida.

Las futbolistas se quejan de no recibir un trato igualitario respecto al primer equipo masculino. No solicitan unos emolumentos similares, pero sí unas herramientas de trabajo a la altura de un club profesional. También quieren aparcar dentro de la ciudad deportiva, algo que el propio Rayo Vallecano no les permite hacer.

Según han contado fuentes del club a Vozpópuli, esto se debe a que el Rayo Vallecano masculino es el único equipo con categoría profesional dentro de la entidad y por ello tiene un trato preferencial: la entidad agrupa al femenino por debajo del equipo de Falcao y junto al Rayo B o el Juvenil División de Honor, que pertenecen a la categoría de 'competiciones oficiales de ámbito estatal y carácter no profesional'. Es por este motivo que su protocolo COVID es distinto: el del primer equipo masculino está redactado por LaLiga, mientras que el del resto de equipos se basa en el publicado por el Consejo Superior de Deportes.

Por este motivo, el club ha diseñado una burbuja en torno a los jugadores del primer equipo, de manera que se busca que en el parking, nadie coincida con el primer equipo masculino. Este es el mismo motivo por el cual el Rayo Vallecano no permite, desde el inicio de la pandemia, el acceso de ninguna plantilla, a excepción de los hombres de Iraola, al gimnasio de la 'city', algo que antes sí sucedía.

La única plantilla profesional que hay es la del primer equipo masculino, de ahí que esta posea un protocolo COVID (el de LaLiga) diferente al del resto de plantillas y que utilicen estancias en exclusiva desde el inicio de la pandemia

Estas mismas fuentes del club aseguran a Vozpópuli que el comunicado de las jugadoras se debe a dos cosas. El primero, la enemistad que tiene David Aganzo, presidente de AFE, con Raúl Martín Presa, dueño del Rayo Vallecano, desde que este fuera despedido de la entidad. En segundo lugar, el enfado de las jugadoras tras haber recibido una sentencia judicial que daba la razón al club por sancionar a varias futbolistas por saltarse el protocolo COVID: el pasado enero se salieron de la burbuja y decidieron regresar a Madrid por su cuenta tras jugar contra el Barcelona.

El Rayo Vallecano dice que no cuestión de desigualdad

Según explica el Rayo, el problema no es de desigualdad entre hombres y mujeres, tal y como denuncia el comunicado de las jugadoras junto a AFE. Es cuestión de ser o no profesionales. Según nos explican, solo hay tres ligas profesionales en España: la ACB y las dos primeras categorías del fútbol español masculino. Por tanto, el club sitúa a su primer equipo femenino como una plantilla no profesional, como sucede con los filiales, por lo que no considera que la equiparación no debe realizarse con el primer equipo, sino como está en estos momentos: con el Rayo B y el Juvenil División de Honor.

Defiende que con estos equipos no hay diferencias y que de hecho, a ellas se les hace un trato preferencial: en los desplazamientos, ellas duermen en hoteles mientras que el Rayo Vallecano B o el primer equipo juvenil van y vuelven en el mismo día. Cierto es que aunque la Liga Iberdrola no se considere profesional, el club sí podría hacer de motu proprio como el Atlético de Madrid o Barcelona y elevar a sus jugadoras a esa categoría.

Es precisamente eso lo que piden las jugadoras del Rayo, que se les trate como profesionales. Por eso exigen un médico y un fisioterapeuta para que siempre estén con ellas, ya sea en los partidos como local o visitante, así como un delegado de campo, inexistente en estos momentos. Este fin de semana se vio esto como algo clave, ya que la defensora franjirroja Camila Sáez se hizo una brecha en un choque y fueron los servicios médicos del Athletic, club que jugaba como visitante, quienes la atendieron por no haber doctores locales. AFE impondrá una denuncia a raíz de este hecho, "por no cumplirse el plan de riesgos laborales”.

También piden material para entrenar, que según las jugadoras, este es proporcionado por el propio cuerpo técnico. Según el Rayo, esto es falso y señala a las propias jugadoras como autoras de un robo de material. Este hurto, según Alberto Leva, director de Matagigantes y especializado en el Rayo femenino, es real, aunque señala que no se conoce la autoría de los hechos: "La ciudad deportiva, desde que llegó la pandemia, es un bunker así que si ha desaparecido material, ha tenido que ser alguien de dentro".

Si el Rayo Vallecano no ha dado permiso a su plantel femenino para acceder al gimnasio o aparcar en el parking de la ciudad deportiva es por el protocolo COVID. Desde el club quieren mantener a los jugadores de la primera plantilla masculina dentro de una burbuja.

Las jugadoras también señalan que no tienen algunas de las equipaciones que deberían tener y siempre según la versión del Rayo, esto se debe a las crisis de suministros que existe a nivel global y a que Umbro fabrica ciertas prendas en China. Según nos cuenta Alberto Leva, esto no es la primera vez que ocurre: "Yo las he llegado a ver en una primera jornada liguera con camisetas recicladas del primer equipo masculino, que en algunos casos les estaban enormes. Aquello fue con otro sponsor, así que esto es un problema común en el Rayo independientemente de la marca que le vista".

Otro problema que señalan las jugadoras es que se les avisa de los viajes con un día de antelación y no se prepara un menú específico de deportista profesional. El club señala que esto es falso y que existe una planificación para todo el año, tanto de desplazamiento (en bus, salvo contra el Granadilla, club de Tenerife) como de alojamiento. En relación a esto, Alberto Leva nos asegura que los viajes preparados por el Rayo se hacen en condiciones poco acordes con la élite del fútbol femenino: "Cuando viajaron a Las Gaunas se hospedaron en un motel de carretera que ni estaba cerca del estadio, ya que estaba a una hora de distancia".

Para Leva, lo más grave del comunicado es que la entidad ha dejado de pagar el alquiler a algunas de sus futbolistas con las que tiene ese compromiso. Según nos cuenta, las jugadoras afectadas "viajaron a Eibar (celebrado el 3 de octubre) con la amenaza del casero de dejarles las maletas en la puerta si el club no pagaba su alquiler". Desde el club aseguran que todo está al corriente de pago con las dos jugadoras a las que les paga la renta.

Hemos intentado contactar con alguna de las jugadoras de la plantilla para profundizar en su versión, pero no hemos obtenido respuesta. Diversas fuentes nos aseguran que hay temor a las represalias de la directiva liderada por Raúl Martín Presa. "El comunicado junto a AFE lo sacaron todas a la vez para que el club no señalase a ninguna en concreto y la suspendiese", asegura Alberto Leva.

Las jugadoras además advierten al club: si esto no se soluciona pronto, será la propia Inspección de Trabajo quien lo haga. Según hemos podido saber, será difícil que el club dé su brazo a torcer, por lo que es muy probable que, si no hay acuerdo, sean los organismos estatales y jurídicos quienes zanjen esta guerra entre directiva y jugadoras.

El fútbol femenino amenaza con una huelga

El fútbol femenino quiere salir de las llamadas 'competiciones oficiales de ámbito estatal y carácter no profesional' para profesionalizarse, ya que de momento, salvo algunas excepciones con Barcelona o Atlético, ningún club considera a su división femenina como equipo profesional, porque es el propio Estado quien no les concede esa categoría. El proceso se inició el pasado 15 de junio cuando el CSD dio luz verde al acuerdo, pero de momento, no hay fumata blanca.

Desde la AFE piden al Gobierno la profesionalización del fútbol femenino, ya que "es la mejor manera de trabajar por la igualdad en el deporte, especialmente cuando se produce una situación tan evidente de desigualdad".

El problema es la falta de consenso entre los clubes para establecer los estatutos que rijan el fútbol femenino, algo que ha terminado por agotar la paciencia de las jugadoras, que amenazan con hacer una huelga si fuese necesario. Así lo han transmitido a través de AFE. Desde las plantillas femeninas se muestran sorprendidas, ya que "siendo los mismos equipos básicamente que la liga profesional masculina, es en el femenino en el que muestran su incapacidad para el entendimiento y el acuerdo"

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