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El Madrid se estrena en Champions con derrota por primera vez en su historia

Un Shaktar Donetsk mermado por el coronavirus ha asaltado el 'Di Stefano' con una brillante primera parte en el que marcaron tres tantos al conjunto de Zinedine Zidane

El Real Madrid hincó la rodilla ante el Shakhtar Donetsk (2-3) para comenzar, por primera vez en su historia, perdiendo en la Liga de Campeones, además de hipotecar el pase a la siguiente ronda y de afear aún más su imagen antes de disputar el 'Clásico' del próximo sábado.

Todo son malas noticias en Valdebebas. Segunda derrota consecutiva, tres goles encajados y sin patrón de juego. Zidane, su alineación, y este versión pobre del Real Madrid recibieron una moción de censura en toda regla. El billete a octavos empieza cuesta arriba después de ceder ante un equipo que llegaba minado por las ausencias.

La noche comenzó con varios avisos de los ucranianos antes de que llegara la primera puñalada. El mensaje fue claro, el experimento de Zidane con sus delanteros Rodrygo y Jović no sirvió. En defensa, un coladero constante con Varane y Militao compitiendo por ver quién concedía más metros al rival y en el centro del campo, agua, pese al músculo acumulado con Valverde y Casemiro.

Courtois, salvavidas

La apuesta de Zidane fue justo la contraria a la que demandaba el guión, sobre todo por la reciente derrota ante el Cádiz. El técnico francés recogió cable al descanso, confirmando que Jović no vale para ser delantero del Real Madrid, ni un apático Rodrygo, que estuvo lejos de la frescura que desprendió la temporada pasada. Cualquier jugador del Castilla merecería también las mismas oportunidades.

Pero hasta que Zidane despertó, el roto fue enorme, una paliza sin paliativos tras una primera parte primorosa de los ucranianos en el peor momento posible para el Real Madrid, a tres días de jugar contra el Barça. El único que estuvo a la altura fue Thibaut Courtois, decisivo para mantener con vida a los suyos, incluso en la segunda mitad.

Marlos se topó con el belga en un clarísimo mano a mano y Tetê -minutos después- no falló con un zurdazo raso y duro al que no pudo llegar el meta blanco. El gol no cambió la actitud de un Real Madrid que ni presionó, ni achuchó, ni demostró los galones que se le presuponen en su competición fetiche. Cuatro minutos después llegó el 0-2.

En esta ocasión, el gol lo patrocinó Militao, incapaz de meter la pierna a Dentinho y quien obligó a Varane a correr contracorriente para terminar marcándose en propia meta. Zidane no sabía dónde meterse. La baja de Ramos le hizo mucho daño a la defensa blanca, que sólo se sostuvo por el orden de Mendy.

La traca final la encendió Salomon, a dos minutos del descanso, en otra sensacional jugada del Shakthar, al que le dio igual las seis bajas con las que llegó a la capital de España. Con un banquillo lleno de juveniles, un portero de 18 años y una defensa improvisada, los de Luis Castro no solo dieron la cara, sino que firmaron uno de sus mejores partidos para llevarse tres puntos de oro.

Los cambios dieron vida a los de Zidane

En la segunda parte Zidane movió ficha. No le hizo falta saber que el Real Madrid jamás había perdido 0-3 al descanso en toda su historia en la 'Champions League' para meter un par de sustituciones. La vergüenza era tan evidente que los cambios se hicieron solos. Benzema y Vinicius hicieron creer en la remontada pese al esperpento de la primera mitad.

Modric recortó distancias con un gran chut desde fuera del área y Vinicius, en su primera intervención, logró el 2-3 cinco minutos. Todo era posible en el Alfredo Di Stéfano, que a falta del calor del público, ofrecía las voces de Ramos desde la grada como mejor aliento. El capitán no dejaba de gritar para colocar a sus compañeros.

Sin embargo, no hubo manera de meter mano al Shakhtar, que también perdonó hasta en dos ocasiones más. Los blancos la tuvieron en botas de Fede Valverde, corría el minuto 91, pero el árbitro decidió anular el gol tras consultar en el VAR la posición de Vinicius, que molestó al joven portero ucraniano aunque no tocase el balón. El 2-3 ya no se movió.

El Real Madrid terminó muriendo en el área contraria, agarrado al coraje de las grandes noches europeas, pero no pudo sino salir humillado por un equipo con pocos argumentos que agravó la crisis de los merengues en sus dos últimas temporadas en Europa. Con los tres goles de este miércoles, los de Zidane han encajado 16 goles. Casi nada. Algo no funciona en la casa del 13 veces campeón.

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