"Van a ser dos días espectaculares para los aficionados del fútbol", prometía Carlo Ancelotti antes de cumplir 200 partidos en la Champions League. El destino, caprichoso una vez más, quiso volver a enfrentar a dos de los mejores equipos de Europa de los últimos años. Real Madrid CF y Manchester City volvían a verse las caras en la máxima competición continental con una doble misión: saldar sus cuentas pendientes de temporadas pasadas (tres eliminatorias en las últimas cuatro campañas) y demostrar a quién le pertenece la verdadera etiqueta de 'favorito' de esta edición. Todo por decidir.
Ambos clubes exhibieron en batalla lo que cocinaba la previa: intensidad máxima, un ida y vuelta peligroso para las dos áreas y un emocionante cara a cara capaz de alinear, una vez más, todos los astros. Se notó que no era un partido cualquiera y, desde antes incluso del inicio, la afición merengue respondió a lo grande con la llegada del autobús de su equipo al Bernabéu. Además, un gigante mosaico 360, acorde con un tifo en el lateral que rezaba "Historia que tú hiciste, historia por hacer", pincelaba la magia restante en una de esas noches que caracterizan al Real Madrid en noches europeas.
No obstante, todo se decidirá en el Etihad Stadium. La vuelta será de vital importancia para el porvenir de la Champions después de que los dos últimos campeones de 'la Orejona' empataran (3-3) en el primero de los dos envites. Eso sí, espectáculo hubo de sobra: Real Madrid y Manchester City ofrecieron sus mejores "misiles" en un encuentro que será recordado por mucho tiempo. Sin lugar a dudas.
Minutos iniciales de desenfreno, leve ventaja para el Real Madrid al descanso
Con los veintidós jugadores sobre el terreno de juego, el francés François Letexier echaba a rodar la pelota. La ausencia en el once del Manchester City de Ederson y Kevin de Bruyne, dos de sus pilares fundamentales. cepillaba algo más de favoritismo para el Real Madrid. Sin embargo, Bernardo Silva se encargó a las primeras de cambio de anular todo tipo de suposiciones: de falta directa, que supuso una tarjeta amarilla para Tchouameni (que se perderá la vuelta) y sorprendiendo por completo a Lunin. El portugués bañaba de agua fría al 'Rey de Europa' con sólo tres minutos disputados.
Pero no hay equipo que tenga mejor despertar que el Real Madrid en Europa; y eso está más que demostrado. Una vez más, la grada empujaría al conjunto merengue hacia una nueva remontada. Camavinga marcaría el empate creyendo en sí mismo y sacando un potente disparo en el minuto 12 que desviaría Rubén Días y que terminaría superando a Ortega; y antes de que nadie pudiera sentarse, Rodrygo haría lo propio tras un contragolpe de libro. Lo lanzó Vinícius Jr. y su compañero brasileño aprovecho la velocidad punta del '7' para ganarle la partida a Akanji y finalizar la jugada con un disparo que colaba por debajo de las piernas del arquero citizen.
El ritmo acelerado reduciría niveles de cara al resto de la primera parte. A partir del minuto veinte, el Manchester City lo intentaría con posesiones largas, pero sería incapaz de generar algún espacio en la bien planteada defensa del Real Madrid. Esa fue una de las claves que permitió que el equipo merengue se fuera al descanso con una liguera ventaja: el ciborg Haaland quedó neutralizado en los primeros cuarenta y cinco minutos. Los de Carlos Ancelotti perdonaron, además, numerosas opciones para aumentar la renta en el marcador: Rodrygo, por partida doble, Vinícius Jr. y Fede Valverde pudieron abrir brecha antes del particular paso por los vestuarios.
Nada de eso ocurrió y el 2-1 luciría en el Bernabéu durante los quince minutos del descanso. Mención aparte se ganaron Toni Kroos y Camavinga: el centro del Real Madrid carburó casi a la perfección durante los primeros cuarenta y cinco minutos del choque de Champions y fue capaz tanto de anular los intentos del Manchester City como de comenzar las contras que lanzaban los merengues.
El Manchester City hizo temblar el Bernabéu, pero Valverde 'voló' al rescate
De vuelta al campo, sin cambios en ninguno de los dos equipos, el Real Madrid volvería a intentar abrir la brecha. Vinícius Jr. tendría varias oportunidades para ello, incluso Kroos se animaría a ello desde la frontal, como le gusta al alemán. Sin embargo, el paso por vestuarios serviría de mayor aliciente para el conjunto inglés, que, a pesar de no encontrar a su estrella noruega, empezó a engrasar los engranajes de otras piezas fundamentales. Por ejemplo, Phil Foden.
El mediapunta británico se inventó un golazo para igualar el encuentro. Recibió en la frontal, giró y se sacó un zurdazo a la mismísima escuadra, imparable para Lunin, en el minuto 65. Justo cuando más sufría el Manchester City y cuando parecía que el tercero del Real Madrid estaba más cerca que nunca. Y no hay dos sin tres, se dice en la jerga deportiva. El Bernabéu volvía a verse por debajo en el marcador cuando Gvardiol, lateral zurdo, se animó en ataque finalizando una buena jugada con un derechazo con rosca.
El Real Madrid bebía de su misma pócima y los aficionados blancos silbaban la reacción de los visitantes en un encuentro que parecía monopolizado. Fue entonces cuando Ancelotti propuso cambios en el equipo merengue y cuando, por antonomasia, el conjunto merengue volvió a hacer de las suyas. En el minuto 78, Valverde encontraría la volea cruzada perfecta en un centro de Vinícius Jr. para levantar una vez más a todos los aficionados madridistas. Una noche mágica con goles mágicos, como si de un cuento se tratara.
Pero faltaba una pieza para que el Real Madrid durmiera tranquilo, esa misma por la que Florentino Pérez apostó más de 100 millones de euros y que no ha defraudado en toda la temporada. El partido de Bellingham no fue para enmarcar, ni mucho menos, pero tuvo la oportunidad de oro tras el gol del 'halcón' uruguayo. Stones se interpuso dentro del área pequeña antes de que el inglés pudiera definir y el Bernabéu no pudo tomar su particular postre tras el festín.
"Queríamos ganar, salir con un resultado positivo, pero empatamos. Nada, fallamos un poco en ataque y encajamos goles que no se deben. Tenemos una semana para trabajar, con un partido entre medias. A por la vuelta", confesaba Rodrygo a los micrófonos después del encuentro. La situación es clara: cualquiera de los dos puede conseguir el billete para las semifinales y solamente el Etihad (miércoles 17, a las 21:00 horas) conseguirá la sentencia definitiva.
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