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El Real Madrid sobrevive a otra prórroga ante el Baskonia y accede a su cuarta final consecutiva

El Real Madrid volvió a tirar de fe y de orgullo para derribar este sábado tras una prórroga, como ocurrió el jueves en cuartos de final, la férrea resistencia de

El Real Madrid volvió a tirar de fe y de orgullo para derribar este sábado tras una prórroga, como ocurrió el jueves en cuartos de final, la férrea resistencia de un bravo Baskonia que tuvo el partido en sus manos y acabó sucumbiendo ante un rival que buscará este domingo su cuarta Copa del Rey consecutiva.

La madurez de un inmenso Luka Doncic, los puntos de Anthony Randolph y la sangre fría de Sergio Llull en los momentos decisivos de la primera semifinal fueron demasiados obstáculos para un equipo vitoriano que lo dio todo pero acabó desfondado en un duelo vibrante.

Al ritmo que marcaba Shane Larkin, defendido de salida por Carroll, y aprovechando el poder reboteador de Johannes Voigtmann, el Baskonia arrancó con mínimas ventajas que pudo contrarrestar de inicio Felipe Reyes bajo los tableros.

La igualdad en la pista se reflejaba en el marcador. El partido era de alto nivel, lucha a raudales y máxima intensidad en ambas zonas.

Tras su salida a pista, Andrea Bargnani dio oxígeno a los suyos con dos de los cuatro triples que permitieron a los locales finiquitar el primer cuarto con cinco de ventaja (20-15).

El Real Madrid metió una marcha más en un segundo acto casi perfecto, selló al máximo su defensa y atacó con más criterio y velocidad hasta sumar un parcial de 10-2 adornado con sendos 'alley-oops' que le devolvió el mando del partido.

Larkin reaccionó y sumó cinco puntos que fueron rápidamente respondidos por Luka Doncic. Baskonia empezó a dudar y Anthony Randolph le castigó con dos triples consecutivos que ampliaron la herida abierta en la defensa baskonista.

El estadounidense hizo mucho daño, al igual que un Doncic soberbio que dio todo un recital. La joven perla eslovena aportó 13 puntos, tres rebotes, dos asistencias y 16 de valoración en un segundo cuarto para enmarcar que los madridistas dominaron claramente (29-15) y que les permitió llegar al descanso con nueve de ventaja (35-44).

No bajaron los de Pablo Laso el ritmo en la reanudación y llegaron a gozar de ventajas de hasta 13 puntos. Baskonia, al verse contra las cuerdas, tiró de orgullo, selló al máximo sus líneas defensivas y volvió a meterse en el partido tras una brava reacción liderada por Hanga que le otorgó un 13-2 de parcial (48-50, min 25).

En el ecuador del tercer acto, empezaba un partido nuevo. Llull y Rudy Fernández golpearon con sendos triples y cada error de los vitorianos era castigado en la siguiente jugada, aunque supieron mantenerse en el partido a base de raza (64-68, min 30).

Con un 12-4 de inicio en el último cuarto, Baskonia recuperó muchos minutos después el mando en el marcador y, sobre todo, la sensación de que podían meterse en la final gracias a su mejor hombre, Rodrigue Beaubois (76-72, min 34).

El Real Madrid andaba menos fino y el Buesa Arena empujaba a los suyos como en las grandes ocasiones. Beaubois y Doncic, inmensos en ataque, mantuvieron un intenso duelo anotador del que salía mejor parado el equipo vasco, con rentas de ocho puntos a tres minutos del final y su acierto en el triple como su mejor argumento.

Hasta que, como suele ocurrir, apareció Llull y con siete puntos seguidos empató a 89 a medio minuto del final. Larkin falló el triple que le hubiera dado el triunfo y no pudo evitar la prórroga.

En el tiempo extra el base balear siguió caliente, disfrutando como nadie en esos escenarios, a lo que se sumó la oportuna aparición del mexicano Gustavo Ayón que sacó oro en dos jugadas de 2+1 a las que ya no pudo responder un Baskonia que lo dio todo y tendrá que esperar para levantar su séptima Copa del Rey.

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