El partido llegó sin morbo, o con mucho morbo, según se mire, por la ausencia de Casillas. La rotación de Ancelotti, está por ver si definitiva o transicional, quitó al Bernabéu del reciente vicio de los pitos al guardameta. No iban a silbar a Keylor Navas, el recién llegado, convidado de piedra en esta historia de capuletos y montescos. Tranquilidad por tanto mientras el madrileño, en el banquillo, comía una manzana. No se puede decir que no tenga cierta costumbre ya de ver los partidos desde allí.
Clos Gómez, el árbitro, debió pensar que un Bernabéu sin pitos es menos Bernabéu, así que dio un festival, incluyendo en la nómina tres penaltis. Dos de ellos, el que fue a favor del Elche y el último para el Madrid, parecen claros. El otro, el que resultó en el primer gol de Cristiano, fue fruto de un piscinazo infame de Marcelo que ni el propio brasileño podía creer que hubiese servido para que picase el árbitro. Los dos penaltis a favor de los blancos los tiró, de lujo, Cristiano, empeñado en esa quijotesca labor de marcar más goles que minutos hay.
En la imagen general queda un Madrid un poco mejor que en los días previos, bien es cierto que contra un rival que no se le puede comparar de ninguna de las maneras. Las rotaciones de Ancelotti no llegaron solo a Casillas, también entraron Isco e Illarra y salieron Benzema y Modric. Significativo que la plaza del delantero no la cubriese Chicharito, que parece condenado a los minutos finales, como si no fuese jugador suficiente para salir en un once.
Los españoles, que eran la novedad, volvieron a mostrarse serenos y lúcidos. Isco tiene una calidad demostrable, por su cabeza pasan cientos de jugadas que en no pocas ocasiones terminan bien ejecutadas. Le da al equipo un perfil diferente al habitual, no es un pegador sino un pasador, y eso amplía el abanico de sensaciones en el estadio.
Illarra estuvo bien, serio, con jerarquía, sosteniendo al equipo y sin fallar ningún pase. Su entrada tiene una ventaja añadida, al ser él quien debe mantener la posición permite a Kroos algo de libertad que el talentoso teutón agradece. El problema del vasco, en cualquier caso, nunca fueron estos partidos de feria del Bernabéu a los que llega un rival como de camino al matadero. Su labor es demostrar que la serenidad mostrada puede surgir también en las grandes plazas, en los días que separan a los buenos de los excelente. Esa versión, de la que nunca se ha fiado Ancelotti, está por aparecer.
El Madrid, aún en construcción, va cogiendo forma. Puede cometer errores en defensa, es difícil imaginar un escenario en el que estos terminen, pero también es posible que el ataque sea el mejor de los últimos años. En siete días le han caído cinco al Basilea y al Elche y ocho al Deportivo. Casi nada.
Ficha técnica:
Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal (Arbeloa, m.65), Varane, Ramos (Nacho Fernández, m.82), Marcelo; Illarramendi, Kroos, Isco; James (Chicharito, m.78), Cristiano y Bale.
Elche: Manu Herrera; Cisma, Lombán, Pelegrín, Edu Albácar; Rodríguez, Mosquera, Adrián (Pasalic, m.67), Coro (Fayçal, m.61), Víctor Rodrígues (Cristian, m.78); y Jonathas.
Goles: 0-1, m.15: Albácar de penalti. 1-1, m.20: Bale. 2-1, m.28: Cristiano Ronaldo de penalti. 3-1, m.32: Cristiano Ronaldo. 4-1, m.80: Cristiano Ronaldo de penalti. 5-1, m.92: Cristiano Ronaldo.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Carvajal (4) y Marcelo (17) por el Real Madrid; y a Albacar (58) por el Elche.
Incidencias: encuentro correspondiente a la quinta jornada de la Liga disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 63.500 espectadores.
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