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El Real Madrid de Florentino: Mou señala el camino y ACS lo asfalta

El próximo 25 de noviembre tendrá que sentarse ante la jueza para saber si el cambio de Estatutos que llevó a cabo antes de las elecciones se ajusta a legalidad. Si la jueza estima que no se ajusta le obligará a convocar nuevas elecciones. 

“Iker está jodido. Florito le quiere fuera ya. Y va en serio”. Este escueto what’s app, recibido hace unas semanas por un internacional español que juega en otra liga, resume la situación que ha vivido Casillas en el Real Madrid en los últimos tiempos. Las lágrimas que derramó ante la prensa resumen la impotencia del de Móstoles, que, como ocurrió con Raúl, se marcha por la puerta de atrás ajusticiado por significarse en contra de una decision del presidente, al que le unía una relación tan cínica como inexistente. 

Pero Iker no es el único que ha optado por arrojar la toalla. Hace unos meses se fue otra persona. No apareció en ninguna portada, ni siquiera hubo referencias en los medios. Era un especialista del ámbito digital fichado por el club para armar una estructura y mejorar la imagen del club con la ayuda de las redes sociales. Dimitió cansado de trabajar “en un sitio en el que hasta para poner un tweet se lo tenían que consultar al presidente”. Es el nuevo régimen del Real Madrid.  

Florentino ha convertido el mejor club de la historia del siglo XX en un cortijo en el siglo XXI: medios vetados, el club financiando a imputados en tramas de corrupción, juicios pendientes por irregularidades en las elecciones...

Florentino Pérez ha pasado del señorío y la excelencia a una dictadura obscena que practica con impunidad la manipulación de los medios de comunicación. Llamadas frecuentes a editores de programas de televisión, sospechosos despidos de periodistas, advertencias a directores de periódicos, veto a medios digitales que no se dejan domesticar… Y en último caso, si hace falta, se paga para crear medios a su medida como Diario Bernabéu. El pasado 2 de marzo Pérez tuvo que testificar en la Audiencia Nacional para aclarar la relación comercial del Real Madrid y una empresa de Alejandro de Pedro, ‘conseguidor’ de la trama Púnica, a la que el Real Madrid ha pagado 300.000 euros. De Pedro había revelado ante el juez Eloy Velasco que “Florentino me llamó personalmente y me dijo: “Me están poniendo a parir a Bale. Arréglame este tema”. 

Pérez lo negó, pero el director de este medio, creado para uso y disfrute del Real Madrid, volvió a ofrecer un testimonio que desmentía las palabras de Florentino. Javier Iglesias declaró ante el juez: “De Pedro me dijo que teníamos un cliente y que era el Real Madrid. Llamaban a y decían ‘hay cierto diario que está haciendo campaña contra Bale, vamos a intentar contrarrestar esa campaña’. O ‘ha habido un arbitraje contra el Real Madrid que ha sido perjudicial, vamos a darle un poco de fuerza para contrarrestarlo”. Periodismo a la carta. Aún hoy pueden seguir leyéndolo.

El pecado de Iker Casillas es ser bajo (según Florentino, aunque mide 1,85) y significarse contra Jose Mourinho, al que Florentino considera el “mejor técnico del mundo”. Pese a que en el Real Madrid tuvo una discreta actuación ganando tan sólo una Liga y una Copa en tres años. El mayor ‘logro' de Mourinho fue dividir a la afición blanca entre madridistas y "pseudomadridistas", o lo que en las redes sociales se ha dado en llamar piperos y la yihad. Mourinho no dudo en desafiar a la afición primero y enfrentarse al vestuario después, señalando a Casillas y Ramos como sus verdugos. Una profunda enemistad, con Iker y Sergio, que Florentino ha alimentado anteponiendo su inquina personal a los intereses del club. Es reseñable que hasta Cristiano se alinea en el bando de descreídos de Mourinho.

El Real Madrid se marcha a hacer la pretemnporada a Australia. ¿Qué hay en Australia? Allí se localiza Leighton, filial de ACS que se ha convertido en un quebradero de cabeza para Florentino por su endeudamiento  

El dedo de Mou ha señalado un camino, el de la gestión deportiva del Real Madrid, que también parece verse condicionado por decisiones insospechadamente cercanas a los intereses de ACS, la empresa constructora que preside Florentino Pérez. El último ejemplo es de rabiosa actualidad. El Real Madrid parte en unas horas hacia Australia para preparar su pretemporada. Un mercado futbolístico inexistente con ningún atractivo económico ni mediático, pero con un altísimo coste físico para la plantilla en un momento crucial de la planificación de trabajo para el rendimiento de la temporada. ¿Qué hay en Australia? Allí se localiza Leighton, filial de ACS que se ha convertido en un quebradero de cabeza para Florentino por su endeudamiento y el deterioro de sus resultados, lo que ha provocado la pérdida de capacidad para cerrar grandes contratos. En los últimos tiempos allí donde ACS necesitaba mejorar su visibilidad internacional y su posicionamiento, ha aparecido el Real Madrid al rescate de una u otra manera. Las contrataciones del costarricense Keylor Navas, del colombiano James Rodríguez, del noruego Martin Odegaard o del mexicano Javier Chicharito Hernández, se han visto rodeadas de éxitos empresariales de ACS en los países de origen de esos fichajes. 

Pero no todo han sido buenas noticias para Florentino. El primer varapalo serio que recibió fue la ratificación de la sentencia que le impedirá edificar su obra faraónica, la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, para la que incluso tenía cerrada ya la financiación con un grupo inversor de Abu Dhabi. Un contratiempo que le ha obligado a buscar nuevos modelos de negocio para financiar el club. La segunda mala noticia es que el próximo 25 de noviembre tendrá que sentarse ante la jueza Almudena Maricalva Arranz, titular del juzgado de Primera Instancia número 51 de Madrid, para saber si el cambio de Estatutos que Pérez y su junta promovieron y llevaron a cabo se ajusta a legalidad. El cambio (aumento de años de socio de 10 a 20 para ser candidato y el endurecimiento de las condiciones del preaval del 15% del presupuesto) restringieron las candidaturas a una sola: la suya. Si la jueza estima que no se ajustan a las leyes orgánicas del club, le obligará a restituir los antiguos Estatutos y convocar nuevas elecciones. 

La megalomania de Florentino le ha hecho prescindir de directores deportivos para encargarse en persona de cerrar operaciones como el fichaje de Bale por 100 millones, el de Illarramendi por 40 o traer a refuerzos como Lucas Silva, "el Busquets brasileño". Ademas de dejar claras sus preferencias en el once y despedir a Ancelotti admitiendo en la rueda de prensa posterior que desconocía los argumentos de su decisión. Florentino ha convertido el mejor club de la historia del siglo XX en un cortijo en el siglo XXI: medios vetados, el club financiando a imputados en tramas de corrupción, juicios pendientes que pueden obligarle a dejar la presidencia o leyendas del club como Raúl o Iker obligadas a salir por la puerta de atrás. Casillas ha pasado a historia, calienta Sergio Ramos...

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