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El Barcelona más guerrero se aferra a la Euroliga en un Clásico imprevisible

                                

Quizá Xavi Pascual no sea un entrenador que enamore al respetable, pero sus equipos, a la hora de la verdadera urgencia, nunca son fáciles de tumbar. Su Barcelona se llevó un gran Clásico ante el Real Madrid (72-65) después de un partido que fue una montaña rusa: con una fulgurante salida de los locales (que llegaron a ganar por 25 puntos), pero que los culés tuvieron que remontar al final cuando los de Pablo Laso se pusieron por delante en el último cuarto.

El inicio azulgrana fue espectacular (25-4 tras el primer parcial). Dominó todos los escenarios, tanto la pintura como el exterior, y no dio ni una opción a un desconocido Real Madrid (¡siete minutos sin anotar!) que no encontraba con la tecla para plantarle cara a un desbocado rival. Conducidos por un brillante Satoransky y con un resolutivo Justin Doellman como ejecutor, los catalanes fueron incrementando minuto a minuto su ventaja.

Pero, como no podía ser de otra manera, el campeón de todo se recuperó. Lo hizo a base de defensa y sobre todo de un abrumador acierto en los triples. Con la rotación capada (Pau Ribas, lesionado, no pudo jugar más a partir del descanso), el lastre de las personales de Dorsey y la falta de confianza de un Ante Tomic que está desconocido, el terreno se abonó para la reacción merengue.

Sólo Perperoglou emitía buenas vibraciones en el Barça, mientras que el Madrid, por contra, cada vez se encontraba más a gusto. Anotaba desde el perímetro con Carroll y Sergio Rodríguez y en la pintura con Ayón, aprovechando la vulnerabilidad barcelonista. Así, canasta a canasta, los blancos fueron descontando y llegaron al inicio del último cuarto únicamente un punto por debajo (52-51).

El pánico en la grada del Palau llegó cuando los madridistas se pusieron 52-58. Lejos de amilanarse, eso sí, los locales tiraron de corazón en el parquet. El descarado Satoransky y sobre todo, de nuevo, el carácter ganador de Stratos Perperoglou catapultaron a un Barcelona que hace no demasiado se veía con un pie fuera de Europa.

Ganó la partida el plantel culé y suma su sexta victoria, las mismas que un Real Madrid al que, además, supera en el average. Con Vitoria, Kaunas y la visita del Brose germano por delante, el panorama de los catalanes ha cambiado radicalmente ahora. Sus eternos rivales, con Olympiakos, Baskonia y Khimki, se pueden permitir, como mucho, un resbalón más si no quiere tener que volver a rescatar la calculadora.

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