Poco importa enardecer el ambiente, sobremotivar a los jugadores y demás técnicas de entrenador veterano cuando enfrente está el Real Madrid. Caparrós había encontrado en una portada un motivo para llamar a la revolución y llegó a confiar en que un equipo de los suyos, bien trazado y rocoso, pudiese plantar cara al gigante. La ilusión duró un minuto, el tiempo que transcurrió entre el pitido inicial y el fallo de Murillo que propició el primer gol del Madrid. Cristiano, una vez más.
Con el partido ya de cara el Madrid tiene todas las de ganar, y más aún en un encuentro con un equipo que pensaba más en resistir que en plantar cara. En cualquier caso, el equipo de Ancelotti este año se muestra muy tranquilo con el balón. Ya no quema, ya no se vertebra el mundo alrededor del contragolpe. Modric, James, Isco y Kroos, en cualquier orden, pueden tocar hasta consumir el tiempo. De ese estilo de juego el gol solo está a distancia de una genialidad o un error, y con tanto talento presente es casi imposible que no pase en varias ocasiones.
El Madrid ha caído en la rutina de la excelencia y el campo de mejora que tiene por delante es escaso. Ha encontrado un once que funciona muy bien, entra por los ojos, aunque queda la duda de si se conseguirá estabilizar cuando Bale esté a punto. Ese es el debate ahora mismo en Chamartín, uno que valora entre lo bueno y lo muy bueno, en diferentes grados de perfección. Va por gustos, pero tanto el Madrid que ha brillado en estos últimos tres partidos como el que pasó por encima del Athletic, con el galés presente, son equipos que pueden plantar cara a cualquiera que se atreva a desafiarlos.
Al final el fútbol es una ecuación que se despeja con talento. El Madrid tiene a Benzema, que es capaz de marcar uno y dar dos sin parecer nada extraordinario. O a James, que marca goles de volea con una facilidad asombrosa. El segundo en Los Cármenes entra también en su larga colección de golazos. Como Marcelo, que hace cosas que nadie espera de alguien que, en teoría, es lateral izquierdo. La lista sigue, porque Isco es un artista y Cristiano es Cristiano, con todo lo que eso supone.
La petición de Caparrós, esa que decía que solo quería que no le pasaran por encima, es normal y lógica cuando se recibe un miura de varias toneladas. El de Utrera, que es listo, bien lo sabe pues lleva 20 derrotas contra el Madrid y no pocas de ellas con exhibición de los blancos. El técnico del Granada, uno de esos equipos de zona media solvente, quiso rectificar porque se asustó con el tamaño del titular, en general los protagonistas lo ven todo más grave cuando lo dicho se pasa a tinta. En realidad, y como está montada la Liga, su aspiración era lógica, aunque no pudo ser cumplida. Perder 0-4 en casa no deja de ser perder 0-4 en casa, y eso es ser pasado por encima.
Granada: Roberto; Nyom, Babin, Murillo, J. Carlos; Iturra, Eddy (Márquez, m. 45), Foulquier, Sissoko; Cordoba (Rochina, m. 64 ), Success (El-Arabi, m.49).
Real Madrid: Casillas, Carvajal (Arbeloa, m. 38) Pepe, Ramos, Marcelo; Kroos, Modric (Khedira, m. 74), Isco (Illarramendi, m.82), James; Cristiano y Benzema.
Goles: 0-1, m.1, Cristiano. 0-2, m. 30 James. 0-3, m. 53 Benzema. 0-4, m. 86, James.
Árbitro: González González, mostró amarilla a Eddy y Modric.
Estadio: Los Cármenes
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