Dice Ancelotti que alinear a Cristiano supone salir al campo con un 1-0 a favor, pero los datos de la temporada aseguran que igual se queda corto, está más cerca de dos. Con esa premisa los rivales del Madrid se enfrentan a los doce trabajos de Hércules. Empezar por embridar al monstruo y continuar por controlar al resto de los jugadores, que tampoco falta talento en el resto. Lo normal es que les pase lo que al Levante, que lo intenten pero no lo consigan y terminen trasquilados. En este caso, con un rotuno 0-5.
El Levante no tiene cuerpo para esa pelea. Es un equipo anodino, con nulo olfato goleador y que sólo presume de estar ordenado, algo insuficiente para descolocar a un equipo tan bien pertrechado como el Real Madrid. Los jugadores azulgranas han tenido quince días para plantear un partido a sabiendas de que lo normal era perder. La realidad no les desmintió.
Y es que el Madrid saca los tanques hasta en los juegos de mesa. Tiene a Cristiano, inicio y fin de todo el operativo. Su ambición es interminable y no le entra únicamente cuando juega, también es parte de su rutina diaria, de su alimentación y entreno. Solo así se llega a donde él ha llegado, a confundirse con una máquina perfecta de golear. Ronaldo lleva 15 goles en el campeonato, aunque sólo acumula siete encuentros, uno menos que la Liga. Hay trofeos Pichichi con menos laureles que lo que ha conseguido el portugués en una quinta parte del campeonato.
Las otras dos estrellas del equipo, Bale y Benzema, se quedaron en el banquillo aquejados del mal de la selección. Sirvió su ausencia para recordar que el Madrid tiene fondo de armario, pues sus sustitutos, Chicharito e Isco, también marcaron gol. El mexicano se quedó en eso, pues su profesión no es tanto futbolista como goleador, pero el malagueño sí dio muestras de más. Es un jugador atípico en ese entorno de atletas, él tira más de ingenio y alegría, busca pases que otros no encuentran y tiene un registro infinito de controles y desplazamientos. Su gol vino de una gran jugada y un remate que jugaba a equivocar a los rivales con la posición del cuerpo, puro talento.
El Real Madrid presume de fondo de armario, pues los sustitutos de Bale y Benzema, Chicharito e Isco, también marcaron gol
También marcó James, que sigue en su proceso de aprendizaje a la posición de interior. Se puede dudar de su precio o de su necesidad, pero difícilmente se le encontrarán defectos en su trato con el balón. Es un privilegiado en el control y el disparo. Su gol, quizá el mejor de la tarde, consistió en una gran maniobra que incluía un control con el pecho y un gran remate ante una defensa que ya no sabía por donde achicar el agua.
El partido, que salió dulzón para el Madrid, se consideraba como una posible trampa. Después de la selección, que descoloca rutinas y rompe la dinámica, y antes de dos partidos trascendentales, contra el Liverpool y el Barcelona. Es difícil mantener la cabeza en Valencia cuando en el calendario se acercan dos históricos del fútbol mundial. El equipo de Ancelotti, quizá porque dormido también golea, no encontró problema para convertir el duelo en trámite.
En cuanto a la defensa, no sufrió. Cierto es que el Levante no supone un gran desafío para gente acostumbrada a las grandes plazas, pero todos tienen en el recuerdo que no han pasado muchas fechas desde que el Madrid temía a todos los equipos por su falta de equilibrio. Se empiezan a dar cuenta de que la mejor manera de apaciguar al rival es no perder el esférico, y con Kroos y Modric, uno de los mejores sobre el césped, eso no debería ser tan complicado. Casillas, siempre puesto a prueba en los últimos tiempos, no tuvo ni errores ni grandes aciertos, tras más de una década como portero del Madrid ya ha tenido que pasar docenas de partidos en los que solo fue un espectador privilegiado.
Casillas, siempre puesto a prueba en los últimos tiempos, no tuvo ni errores ni grandes aciertos
Sigue el Madrid haciendo estadísticas, remendando los problemas que tuvo en inicio. Siempre que, como ante el Levante, consiga una goleada, estará más cerca de sus objetivos, aunque es difícil olvidar que los campeonatos, en estos últimos tiempos, se vencen sobre todo contra los rivales directos. El sábado, contra el Barça, el examen vale como un trimestre entero de trámites.
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