El fútbol moderno tiene abundantes números, y a más números más récords posibles. Por eso es probable que ganar 18 partidos seguidos, antes, cuando se hablaba más de épica que de cálculo, no dijese mucho. Hoy, sin embargo, sabemos que el éxito supone igualar la mejor serie histórica que se ha dado en el fútbol español, la de Rijkaard con el Barcelona.
Para encontrarse en esa posición se necesita que todas las variables posibles conspiren a favor. Ahí entra, en primer lugar, ser un equipazo, jugar muy bien al fútbol y ser una máquina bien engrasada. También es importante que el juego se materialice en goles y en eso, el Madrid, tiene a Cristiano. Los tres goles fueron suyos, son 23 en el campeonato y está haciendo cosas nunca vistas antes.
No solo eso. Hay factores menores, menos populares pero también remarcables. Por ejemplo, al Madrid contra el Celta le benefició el árbitro. Undiano vio un penalti donde no había nada más que un piscinazo de Cristiano. Fue la manera de abrir la lata en un encuentro en el que los blancos estaban siendo algo mejores, pero no lo tenían fácil contra un equipo sólido como es el de Berizzo. Fallo pues del árbitro, y también del delantero que hizo un teatro impropio. Un futbolista tan grande no debería recurrir a pillerías para sus objetivos y aunque haya mucho predicador de que el fútbol es para listos lo cierto es que un deportista nunca debería sobrepasar ciertas líneas.
Era el partido un examen para Illarramendi, un jugador sospechoso para la grada del Bernabéu y también para su técnico, que no confío en él en las ocasiones importantes. En ausencia de Modric y con Isco sancionado tiene minutos el vasco, y cumple pero no brilla. Tiene destellos, no está tan incómodo como pareció en otros días, pero en la comparación pierde con sus compañeros. Y es con ellos con quien se tiene que medir. Es probable que siga teniendo tiempo, pues a la baja de Modric se suma James, que salió del campo cojeando.
Para los blancos perder a James es duro, pero no del todo imprevisible, pues está acumulando minutos excesivos en el año y la gasolina se agota. Es ventajista hablar desde una lesión, pero fueron muchos los que no entendieron que el miércoles disputase el partido contra el Cornellá, absolutamente irrelevante para la temporada blanca. No fue el único que salió lesionado del terreno de juego, el Celta tiene que lamentar la lesión de Cabral, que se fue en camilla y con algún problema en la rodilla. Son necesarias las pruebas, pero las sensaciones que dejaba su lesión eran preocupantes.
El Madrid, que no derrochó fútbol como otros días, tuvo el partido controlado en una zona de comodidad. El Celta, que es buen equipo, jugó bien, pero no tiene arriba la dinamita necesaria para plantar cara. A los blancos les servía con poco para ganar, atacando en la primera parte, contraatacando en la segunda. En ambas facetas se mueve bien el equipo de Ancelotti, el técnico que ha conseguido que la derrota sea ajena completamente al Madrid en los últimos meses.
Ficha técnica
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Illarramendi, Kroos, James (Arbeloa, m. 52); Bale, Cristiano (Chicharito, m. 84) y Benzema (Coentrao, m. 80).
Celta: Berizzo; Mallo, Cabral (Sergi Gómez m. 73), Fontás, Jonny; Krohn-Dehli (Santi Mina, m. 81), Raoja, Pablo Hernández; Orellana (Augusto, m. 68), Nolito y Larrivey.
Gol: 1-0, M. 35. Cristiano. 2-0, M. 65. Cristiano. 3-0, m. 81. Cristiano.
Árbitro: Undiano. Amonestó a Cabral, Jonny, James, Carvajal, Pablo Hernández, Arbeloa, Illarramendi.
Estadio Santiago Bernabéu.
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