Rafa Benítez se enfrentaba a un match ball en Mestalla. Y no lo sacó adelante. El Real Madrid ofreció media de buen juego, la primera. En la que el equipo fue solidario, especialmente gracias a la inclusión de Kovacic junto a Kroos y Modric para darle el anunciado "equilibrio", toda vez que Bale y Cristiano siguen dimitidos en labores defensivas. Un gol majestuoso concluyó ese buen rato de juego. Un gol en el que la BBC conectó con precisión y belleza. Gol de Benzema y a enfriar el partido con el balón en los pies.
Enfrente un Valencia nervioso, dudoso, sin una personalidad de juego clara. Pero con actitud y carácter. Hasta en tres ocasiones anunció el gol local su llegada, pero lo hizo a través de un penalti de Pepe a André Gomes tan claro como el ocurrido treinta segundos en el área rival a Bale. Para entonces el Real Madrid se había vuelto a ir del partido, algo ya común en esta era de Benítez en el banquillo. Y lo pagó caro. En la segunda parte tiró de carácter para sobreponerse a la expulsión del acelerado Kovacic.
El gol de Bale, dedicado a un fisioterapeuta que le ha ayudado a resolver sus problemas físicos (no al doctor Olmo), fue muy celebrado. Pero en la siguiente jugada el Valencia empataba en otra jugada que retrata el caos defensivo madridista. Benítez vino a reforzar las carencias defensivas del equipo y ayer volvió a comprobarse que a este Real Madrid es muy fácil crearle ocasiones, aunque seas un Valencia con más corazón que juego.
La defensa tibia de Benítez por parte de Ramos confirme la irreconciliable relación del técnico y el vestuario: "Vamos a apoyar al máximo al entrenador que esté, esas decisiones no dependen de nosotros"
En la jugada final Keylor Navas, que ha perdido ese aura de imbatibilidad que le adornaba en los primeros partidos de temporada, salvo al Real Madrid de la derrota en un mano a mano con Negredo. El empate final deja al madridismo de nuevo con la sensación de haber perdido otra ocasión de recortar distancia con Atlético y Barcelona. Y confirma que los de Benítez son incapaces de ganar a equipos de entidad como Barcelona, Sevilla, Atlético, Valencia o Villarreal. No ha sido capaz de ganar a ninguno de estos equipos, perdiendo incluso con varios de ellos.
Mestalla supuso además una declaración de guerra para James e Isco, quienes fueron directamente señalados por el entrenador al dejarlos en el banquillo. Como Jesé en la grada. Ahora todos saben que no hay sitio para su talento y que los elegidos son Kovacic, Lucas Vázquez o Casemiro, generososos trabajadores que permiten a la BBC sus desahogos defensivos. Hasta Benzema se retiró molesto con el cambio por Lucas Vázquez a la hora de partido.
Y mientras Butragueño lamentaba los errores arbitrales que no apreció la pasada jornada ante la Real Sociedad, Sergio Ramos, capitán del equipo, dejaba claro la posición del vestuario respecto a Rafa Benítez con una defensa tibia del técnico: "Vamos a apoyar al máximo al entrenador que esté, esas decisiones no dependen de nosotros". Ramos se mostraba políticamente correcto, pero advertía su desapego con "cada" entrenador. Muy lejos de su apoyo militante hacia Ancelotti. Rafa Benítez tiene las horas contadas. En el vestuario seguro. En la grada, no hay dudas. ¿Hasta cuándo alargará la agonía Florentino? En los despachos del Bernabéu se dice que no mucho más tiempo.
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