Las personas crecen con una docencia casi explícita: nunca hay que darse por vencido. Ni en el fútbol ni en la vida. La capacidad para reponerse y adaptarse a las adversidades es una característica esencial para luchar por todo objetivo. Resiliencia, en otras palabras.
En esta vigente edición de la Eurocopa 2024, la selección española ha demostrado que esto último es un rasgo inherente a su identidad, una lección plasmada en cada partido. Con una plantilla mayormente joven y a pesar de todas las críticas que la convocatoria recibió el día que Luis de la Fuente anunció a los 26 jugadores que forman esta expedición, España ha logrado superar a las "favoritas" -élite de la que, en un principio, no formaba parte- hasta asegurar su presencia en otra final continental. La quinta en la historia; tercera en 16 años.
La fase de grupos ya evidenciaba un equipo cohesionado, capaz de mantener la posesión del balón y manejar los tiempos del partido mientras generaba oportunidades y protegía como nadie la portería de Unai Simón. Así pasó: tres partidos inmaculados y Europa entera disfrutando del juego de una selección con entidad propia. El recuerdo de las generaciones exitosas del pasado inspiraba a los más acérrimos a pensar en una selección capaz de llegar lejos en el torneo, más aún comprobando el share que la televisión española alcanzaba con los partidos de 'La Roja'. Pero todo tiene su secreto.
El de España es evidente: resiliencia. En cada uno de los partidos; en cada nuevo reto que ha de afrontar y por muy fácil que este parezca. Lección tras lección. La primera ante Croacia el pasado 15 de junio.
A pesar de la distancia en el marcador al descanso (3-0), la selección española supo gestionar sus cartas y mantener la portería a cero. Lo mismo ocurría ante Italia (1-0), donde un único tanto de Riccardo Calafiori en propia meta no expone el dominio abrumador por parte de 'La Roja', o con la selección de Albania (1-0). Pero la clave siempre fue la resiliencia: el saber aguantar el tipo, llegar a sufrir si incluso era necesario y acabar el partido con un notable alto, como mínimo.
España se ha ganado el "favoritismo"
Porque la resiliencia va mucho más allá de ser fuerte y mirar al miedo a los ojos. La selección española también ha conseguido en todas estas semanas que el país vuelva a estar unido bajo un mismo grito. Que los seguidores del Real Madrid celebren los regates de Lamine Yamal, que los culés se levanten del sofá con la intensidad defensiva de Dani Carvajal o Nacho Fernández; que los béticos apoyen a Jesús Navas o que la hinchada del Sevilla canten los goles de Fabián Ruiz. Esa también es la España de la resiliencia. La del 2008, 2010 y 2012.
La selección "de todos" ha vuelto y con ella que toda Europa la señale como la gran candidata para hacerse con el cetro continental este domingo 14 de julio en Berlín. Delante estará Inglaterra sí. Repleta de estrellas mundiales, jóvenes promesas y con ganas de resarcirse de la fatídica tanda de penaltis ante la 'Azzurra' en la final de la última edición celebrada -2020-. Pero es que España ya sabe qué es ganar a los 'cocos' de esta Eurocopa. Más emocionante: Alemania y Francia.
El compromiso vivido ante estas dos selecciones es tal que muchas otras no hubieran salido ilesas. La anfitriona igualó el encuentro en el minuto 89 y 'Les Bleus' se adelantaron cuando no se habían jugado ni los diez primeros minutos del partido de semifinales. Eso y que tanto Alemania como Francia eran los dos conjuntos que menos goles habían recibido en la Eurocopa y que más alto se situaban en las apuestas del campeonato. Se queda fuera de la ecuación, por lo tanto, Georgia, que también comenzó el partido arriba en el marcador pero a quien España terminaría ganándole y dominándole por 4-1.
Contra Alemania en los cuartos de final se tuvo que derramar todo el sudor ausente durante la fase de grupos. La prórroga fue toda una exhibición de resiliencia. Lejos de conformarse con el empate, los jóvenes talentos españoles, liderados por un inspirado Dani Olmo, que entró en escena para suplir al lesionado Pedri, buscaron de toda manera la victoria. Finalmente, un cabezazo de Mikel Merino en el minuto 119 selló el pase a las semifinales; y con la afición en contra.
Con Francia más de lo mismo. Kolo Muani silenció a los españoles desplazados hasta Múnich, pero un virtuoso y elegante disparo de Lamine Yamal y una jugada delicada a más no poder de Dani Olmo volvieron a convertir a España en finalista de la Eurocopa. Doce años después y con el mérito de seguir apostando por todo el conjunto.
Porque esa otra de las principales virtudes de la selección española, la que le ha llevado a ser la única en conseguir el triplete histórico.
Resiliencia: el lema de por vida
Resiliencia, del latín resilio, significa volver atrás o rebotar. En física, es la cualidad de un material para recuperar su estado inicial tras una perturbación. En el fútbol, es, por ejemplo, la capacidad de un equipo para reponerse tras un gol en contra, para seguir luchando hasta el último minuto. Esta Eurocopa ha sido un escenario perfecto para que España demostrara su resiliencia, no solo en los envites de rivales formidables, sino también superándolos con clase y determinación.
Hoy, la resiliencia es una cita clave. La pandemia, la inflación y los desafíos económicos han puesto a prueba la capacidad humana de recuperación. El mayor ejemplo vuelve de la mano del deporte y de la selección española de fútbol, con toda una lección de cómo enfrentar y superar la adversidad. El testimonio es aún más prodigioso si se tiene en cuenta la edad de los jugadores que componen esta "nueva" generación de futbolistas. Pero esto es únicamente un mero número.
La joven España ha mostrado una madurez absoluta manejando el balón y el juego. Su camino hacia la final de la Eurocopa podría servir de ejemplo ilustrativo -fácilmente- de lo que supone la resiliencia.
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