Había dudas, pero finalmente Ricky Rubio ha renovado por cuatro temporadas más con los Minnesota Timberwolves. El base español firmó anoche un contrato que le unirá con la franquicia hasta 2019. En ese periodo, Rubio se embolsará 45 millones de euros, una oferta algo superior a la que rechazó a principios de octubre.
En esa fecha, la gerencia de Minnesota le ofreció un contrato valorado en unos 38 millones de euros, también por cuatro temporadas. Rubio no aceptó y se especulaba con que quería una oferta de cinco años de duración, el máximo que permite el convenio de la NBA, y más dinero por temporada.
Finalmente, Rubio y los Timberwolves llegaron a un acuerdo solo unas horas antes del plazo límite fijado por la liga, que terminaba el 31 de octubre. El internacional español, ahora en su cuarta temporada en la liga, no cobrará el máximo –serían unos tres millones más al año–, pero ha conseguido una oferta mejor de Minnesota para seguir en el único equipo para el que ha jugado en la NBA. El nuevo contrato se hará efectivo a partir de la temporada 2015-16.
“Estoy muy feliz de quedarme con los Wolves y tengo ganas de tener muchas temporadas exitosas en Minnesota”, declaró Rubio en un comunicado anoche. “Quiero que Minnesota sea mi casa por un largo tiempo. Por eso he firmado el contrato. Mi madre se va a enfadar conmigo, pero no iba a dejar mi hogar una vez que estoy en él. Esta es mi segunda casa”.
El propietario de los Timberwolves, Glenn Taylor, aseguró feliz que Rubio “es uno de los grandes pilares de nuestra franquicia, y estamos muy contentos de mantenerle aquí para trabajar y crecer con el núcleo joven del que disponemos”. Minnesota traspasó este verano a su gran estrella, Kevin Love, pero a cambio recibió de los Cleveland Cavaliers a Andrew Wiggins, número uno del último draft, y otras piezas interesantes para el futuro.
Rubio, que promedia 11,5 puntos y 7,5 asistencias en los dos primeros partidos de esta temporada, es uno de los jugadores más queridos por la afición de Minnesota. Pese a sus problemas con el tiro exterior y la anotación, su visión de juego y su casi única capacidad para pasar la pelota le convierten en uno de los bases más excitantes de ver en la NBA. Ahora tendrá que responder en la cancha a la presión de los millones firmados en las oficinas.
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