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Inglaterra gana a Irlanda y es más líder

La selección inglesa es la única selección que ha ganado sus dos partidos y, por tanto, la única que aspira a conquistar el 'Grand Slam' del Seis Naciones.

Inglaterra ganó en Dublín (6-12) a una Irlanda que cometió demasiados errores, descentrada quizá por la tempranas lesiones de dos de sus hombres clave, Sexton y Zebo, y se queda como la única candidata a hacerse con el "Grand Slam" del Seis Naciones, que se lleva el que vence los cinco encuentros. La segunda jornada del campeonato se salda con todas las selecciones con una derrota en su casillero, salvo la inglesa, que lidera en solitario la clasificación.

El "XV de la Rosa" acabó con cuatro golpes de castigo de Owen Farrell con las esperanzas de los "verdes" de lograr el Grand Slam en una edición del Seis Naciones en la que le favorecía el calendario y que los locales comenzaron la pasada semana con una importante victoria frente a Gales, en Cardiff. A Zebo, la estrella emergente de los hombres que dirige Declan Kidney, apenas le dio tiempo de tocar el balón cuando una lesión le obligó a abandonar el césped del Aviva Stadium, lleno para ver los eternos rivales. Le siguió camino de los vestuarios también por lesión Sexton, aunque para entonces Irlanda ya había cometido errores no forzados e Inglaterra, bien plantada en el campo, sumaba puntos a través de su medio apertura.

La mejor noticia para Irlanda al final del primer tiempo es que seguía viva después de los dos lanzamientos de Farrell, un marcador que no reflejaba el gran número de errores cometidos por los locales, hasta nueve fallos inusuales para estos jugadores. Tras la reanudación, Inglaterra sorprendentemente perdió un poco de la disciplina de la que hizo gala en los primeros 40 minutos. Irlanda y trató de marcar un nuevo territorio con dos tempraneras melés que levantaron el ánimo de la grada.

El sustituto de Sexton, el veterano Ronan O'Gara logró empatar el choque con dos golpes de castigo e Irlanda comenzaba a jugar con viento a favor, sobretodo tras la tarjeta amarilla que mandó al banco a Haskeell. En inferioridad numérica, Inglaterra volvió a desarrollar el "juego inteligente" que alabó Kidney al término del partido y no solo aguantó los ataques rivales, sino que logró deshacer el empate y seguir sumando. No obstante, con otros dos golpes de castigo, Farrell volvió a poner tierra de por medio y acabar con los sueños irlandeses del Grand Slam.

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