Definitivamente, España se ha ganado un sitio propio en el fútbol femenino con un soberbio papel en el Mundial del que será merecedora finalista. Otra vez Salma Paralluelo, como ya ocurrierá en el partido de cuartos frente a Países Bajos, ofició de revulsivo para doblegar la resistencia del conjunto sueco, un equipo experimentado, rocoso y sobrado de una fuerza física que combina a las mil maravillas con buenas dosis de técnica que atesoran las botas de muchas de sus alineadas.
La primera mitad estuvo dominada por la igualdad y el respeto mutuos entre ambos equipos. España no se arrugaba pero no traducía su empaque en ocasiones manifiestas de gol. Con las suecas cada vez más abonadas al juego ofensivo basado en el contragolpe, España, a manos de su portera Cata Coll, tuvo que repeler una ocasión clara de Rolfö, jugadora en el Barça, en el minuto 41 de juego.
Tras la reanudación, la estelar Alexa Putiellas daba muestras de que ya había cubierto una buena actuación y, en el minuto 56 del encuentro, era sustituida por la maña Salma Paralluelo, verdadero talismán de esta selección conjuntada por Vilda. Su endiablada velocidad y su dominio del balón fueron cercando la zaga sueca hasta que, en el minuto 80, un certero derechazo dejaba el balón en la malla de las escandinavas. Antes, ya había avisado en un par de jugadas.
Y llegó Olga Carmona
Suecia igualó mediante un gol de Rebecka Blomqvist en el 87, pero solo dos minutos después, Olga Carmona perforaba de nuevo la portería sueca con un zambombazo inapelable tras un saque de esquina con jugada ensayada. España aguantó el asedio en el descuento. Y a la final para seguir haciendo historia.
Ahora, el próximo desafío es la final del domingo. Nos enfrentaremos a la vencedora de la otra semifinal que disputan Inglaterra y Australia.
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