"Llevamos seis carreras con el mismo coche, sin poner ninguna pieza nueva", clamó Alonso en Suzuka tras bajarse del bólido. No se paró ahí: "El sábado vimos de nuevo las carencias del coche, sexto y once... Hay gente con coches mucho más rápidos..." Y por último, la frase que lo resume todo: "Llevo años estando a 50 puntos del primero". Suena fuerte porque es una crítica muy dura al pasado reciente y al presente de una escudería histórica como Ferrari, pero lo que más sorprende es que, horas después, ese discurso casi apocalípctico fue refrendado por Luca di Montezemolo, presidente de la compañía, y, de manera más que explícita, por el director de la misma, Stefano Domenicalli.
"Traeremos nuevos desarrollos en cada carrera, pero no es fácil. La garantía es el efecto del esfuerzo del equipo en trabajar muy duro, pero eso son simples palabras y no ayuda", se sinceró Domenicalli antes de partir hacia Corea, donde este domingo se disputa un nuevo GP. El problema principal, ya conocido, es la aerodinámica del bólido. Y la causa, el obsoleto y desajustado túnel del viento de Ferrari. "Creo que nuestra estructura en este sentido no es la mejor, es bastante vieja. Intentaremos mejorar la calidad de las herramientas que tenemos, entre ellas la correlación entre los datos que sacamos del túnel y del circuito; ese es nuestro plan para la temporada que viene. Todavía está abierto y estamos trabajando en nuestro túnel del viento. Vamos a usar otra instalación y en las próximas semanas definiremos cuál es el problema para ser más específicos, para ver cuál es realmente el tiempo que tenemos que pasar cerrándolo e intentando mejorar las cosas que no están al nivel máximo en este momento".
Montezemolo: "Llamaré por teléfono a Fernando para darle motivaciones para afrontar estas últimas cinco carreras con el cuchillo entre los dientes"
Luego, el director italiano pretendió restarle importancia a sus declaraciones, pero en realidad empeoró el panorama: "Es algo que ocurre también con otras cosas. En la segunda parte de la temporada he visto que hemos intentado traer nuevas actualizaciones en el coche y no todas han funcionado en la pista. Tenemos que empezar a investigar un poco mejor, no estamos adaptados a las velocidad de las nuevas tecnologías que están disponibles en el mercado".
Así las cosas, a lo que aspira hoy por hoy Domenicalli es a una sola victoria de Alonso en las cinco carreras que quedan para finalizar el Mundial. Lo que ni él ni nadie sabe es si ese solitario triunfo bastaría para conservar el actual liderato: "Creo que la situación en el campeonato es muy clara. Si no puedes mejorar el coche entonces es más difícil pelear por el título porque no podemos confiar en los problemas de los otros. No podemos confiar solo en quedar terceros o cuartos, tenemos que asegurarnos al menos una victoria y entonces veremos cuál es la situación con el resto".
El presidente, Luca di Montezemolo, menos técnico, apeló directamente a la épica, lo cual también es un indicador de lo que se cuece en Maranello, la sede de la Scuderia. "Es en estos momentos en los que quiero ver a la Ferrari que conozco. Una escudería concentrada y que mantiene los nervios robustos. Llamaré por teléfono a Fernando para darle motivaciones para afrontar estas últimas cinco carreras con el cuchillo entre los dientes, como debe hacer todo el resto del equipo" manifestó en ferrari.com, la web oficial del equipo.
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