Las jugadoras de la selección española están estudiando emprender más acciones legales por el caso Luis Rubiales, en este caso, por la filtración de sus conversaciones privadas con el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de quienes han declarado como testigos en el proceso, según ha conocido EFE a través de fuentes cercanas al equipo.
Con las recientes declaraciones de Rubiales ante la Audiencia Nacional, donde el juez Francisco de Jorge le investiga por agresión sexual y coacciones, salieron también a la luz los mensajes telefónicos entre la capitana del equipo, Irene Paredes, y Rubiales en verano de 2022. Entonces, la jugadora advertía al expresidente de la Federación de que había problemas en el vestuario -en alusión a las protestas de la selección que se saldaron con el abandono de gran parte de las jugadoras del equipo-, a lo que Rubiales respondió que "en la selección las jugadoras no quitan y ponen entrenadores".
"Es nocivo", dijo Rubiales en su respuesta, según la información, que apunta que a principios de agosto de 2022 Irene Paredes, Alexia Putellas y Patri Guijarro le pidieron en una videollamada el cese de Jorge Vilda, algo que el expresidente calificó de "chantaje".
Los testigos
Los 'problemas del vestuario' se volvieron contra las jugadoras, y el 22 de septiembre de ese año 15 jugadoras internacionales comunicaron a la RFEF su renuncia a la selección mientras no se revirtiera la situación.
Al margen de la posibilidad de emprender otras acciones legales, fuentes cercanas a las jugadoras estiman que las últimas declaraciones de testigos en la Audiencia Nacional confirman las acusaciones de coacción a Jenni Hermoso, a su entorno, a empleados de la RFEF y a otras jugadoras por parte de varios implicados en la investigación.
Los testigos corroboran las presiones de la RFEF
Dichas fuentes sostienen que la declaración esta semana de tres futbolistas internacionales, Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez, y las testificales previas de personas del entorno de Jenni Hermoso, como su hermano y una amiga, son testimonios clave en el proceso en que se investiga al expresidente de la RFEF.
Las jugadoras confirmaron al juez Francisco de Jorge las presiones que Jenni Hermoso denunció para justificar públicamente el beso que Rubiales le dio durante la entrega de medallas del Mundial que España ganó el pasado 20 de agosto en Sídney, al derrotar a Inglaterra en la final.
Estas testificales, según la información a la tuvo acceso EFE, dan testimonio de los momentos iniciales en los que la jugadora compartió sus sensaciones, confirmando el no consentimiento del beso, y su malestar e inestabilidad en las horas posteriores al incidente, para que las acusaciones por delito de agresión sexual sean firmes y que a este delito y al de coacciones puedan sumarse otros.
Una vez escuchado a Rubiales, que fue el primero en declarar el pasado 15 de septiembre, así como a los primeros testigos, la próxima declaración en la Audiencia Nacional será la del exseleccionador Jorge Vilda, citado como investigado, igual que el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, el martes 10 de octubre.
El día 16 está citado el director de la selección, Albert Luque, también como investigado. En noviembre hay otras fechas señaladas para más testificales, entre ellas la del seleccionador masculino absoluto, Luis de la Fuente, y cabe la posibilidad de que el juez cite a nuevos testigos, según fuentes jurídicas.
El juez Francisco de Jorge admitió la querella de la Fiscalía contra Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones por el beso a Jenni Hermoso tras la victoria de España en el Mundial, el 20 de agosto en Sídney, durante la entrega de medallas, después de que la jugadora denunciara que el beso no fue consentido y haber recibido presiones para decir lo contrario.
Tras escuchar su declaración, el juez prohibió a Rubiales acercarse en un radio de 200 metros a la futbolista o comunicarse con ella durante la investigación de la causa.
La dimisión de Rubiales
Rubiales, que presidía la RFEF desde mayo de 2018, dimitió de ese cargo y de los que ostentaba en la UEFA el 10 de septiembre, después de que la Audiencia abriera la investigación y de que la FIFA le suspendiera de forma provisional durante 90 días, el 26 de agosto, mientras resuelve el expediente disciplinario que le abrió por su conducta en la final del Mundial.
El expresidente también tiene pendiente la resolución del expediente que le abrió el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) tras los hechos, por dos infracciones graves.
Desde su dimisión, la junta directiva de la RFEF se constituyó en Comisión Gestora, encabezada por Pedro Rocha, para la celebración de elecciones, todavía sin fecha.
En las últimas semanas la RFEF ha prescindido de los servicios de Andreu Camps, como secretario general, de Miguel García Caba, responsable de Integridad, y de Pablo García-Cuervo, director de Comunicación, áreas que las jugadoras de la selección pidieron que se reestructuraran después del Mundial y antes del inicio de la Liga de Naciones.
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