Sergio Ramos no se cortó una vez más a la hora de tomar la palabra. Por algo es el capitán del Real Madrid. En Sevilla dio la cara para intentar explicar la derrota, pero también para destapar públicamente la guerra médica que se lleva librando desde hace tiempo en el seno de la primera plantilla. Sin morderse la lengua, Ramos señaló directamente al jefe de los servicios médicos del Real Madrid, el doctor Olmo, y le envió este aviso: "Quizá no sea este el momento ahora... no voy a mentir. Pero es una realidad. Debemos intentar ayudarnos, llegar a final de temporada y poner los problemas encima de la mesa. Y entonces, cuando hablemos, los que podemos hablar más que otros, hablaremos".
Mucho menos comedido y en privado, tiempo atrás y con Pedro Chueca aún trabajando externamente para el Real Madrid, Sergio Ramos se encaró con el doctor Olmo. Por entonces, las discrepancias entre Olmo y Chueca eran irreconciliables. Sobre todo después de que el 'doctor estiramientos' descartara al defensa para la final del Mundialito de Clubs, mientras que Chueca apostara por lo contrario: trabajó a fondo con el futbolista, lo recuperó a tiempo para disputar aquella final en la que marcó gol y fue nombrado MVP.
El mencionado encuentro entre Ramos, Olmo y Chueca en la Ciudad Deportiva de Valdebebas fue subido de tono. Según ha sabido 'Vozpópuli', el capitán estalló y reprochó en voz alta al jefe de los servicios médicos su falta de criterio en la recuperación de lesiones a la vez que defendía a sus compañeros de vestuario. Le acusó de ser el confidente del club y le recomendó que dejara de tomar medidas con los profesionales que todavía allí trabajaban. "Como sigas así te vas a encontrar conmigo, chivato", le advirtió.
El capitán estalló, reprochó al doctor su falta de criterio en la recuperación de lesiones y le acusó de ser el confidente del club
A día de hoy, la fractura entre el doctor Olmo y la primera plantilla es total. Pero la oposición a los métodos, recuperaciones y tratamientos del ya famoso 'doctor estiramientos' llega también del basket, tal y como anunciamos en 'Vozpópuli' el pasado mes de febrero. Nadie le quiere. Sergio Ramos ha capitalizado la rebelión desde que el Madrid prescindiera definitivamente de los servicios de Pedro Chueca, fisioterapeura de cámara y absoluta confianza de la mayoría de la plantilla que sigue recurriendo a él en su clínica privada. El poder de Olmo gracias al refrendo del presidente Florentino Pérez y del director general José Ángel Sánchez le permitió seguir con una purga que acabó el pasado mes de junio con los fisios Pirri y Muro, el doctor Morate y el recuperador Lozano.
Esta limpia le permitió acoger en el cuerpo médico a recuperadores, fisios y médicos de su confianza (Pimenta, Ximo Mas...). Da lo mismo. La plaga de lesiones y problemas con las recuperaciones no han cesado. El propio Sergio Ramos es uno de los mayores damnificados, no en vano desveló en Sevilla que ha sido infiltrado varias veces en su maltrecho hombro. Las consecuencias de su recaída en el Sánchez Pizjuán están por verse. Pero no es el único perjudicado. Que se lo digan a Benzema (aún sin recuperar), James, Kovacic, Carvajal... La retahíla es amplia y muy preocupante.
La rajada de Ramos evidencia además otro punto de fricción con Rafa Benítez. De hecho, el entrenador hace unas fechas ensalzó públicamente el trabajo del departamento médico. "Tenemos especialistas del máximo nivel. Este cuerpo médico en su conjunto, por los medios que tenemos, por la capacidad y experiencia que tienen y por su ilusión y dedicación, es de los mejores que he tenido", aseguró entonces el técnico madridista. Una afirmación que ningún jugador respalda y que nadie en el vestuario entiende.
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