La gimnasta estadounidense Simone Biles ha vuelto a participar en unos Juegos Olímpicos después de retirarse de la final de gimnasia por equipos en Tokio 2020 por problemas de salud mental. En su regreso, Biles ha visto como el Bercy Arena y su público de 15.000 aficionados ha vibrado de emoción al escuchar su nombre.
La norteamericana ha disputado la segunda subdivisión en la ronda de clasificación y, a falta de otras tres, su equipo ya lidera esta tabla y tiene asegurada su presencia en cinco de las seis finales. A pesar de hacerse daño en el tobillo izquierdo y competir con una venda de compresión, Biles ha ofrecido una masterclass de gimnasia con sus ejercicios, con un triple giro y dos saltos mortales en barra y la puntuación más alta en la rutina de suelo y de salto.
La gimnasta se merecía un debut por todo lo alto en estos Juegos Olímpicos de París después de haber pasado por momentos realmente duros. Simone Biles tocó el cielo olímpico en Río 2016, con cuatro medallas de oro y una de bronce. Sin embargo, durante los próximos años le tocó vivir un auténtico infierno.
En 2018, la gimnasta reveló que había sufrido abusos sexuales por parte del médico del equipo estadounidense Larry Nassar, actualmente condenado en prisión por abusar de ella y otros cientos de gimnastas durante los años que estuvo en el cargo. Entonces se convirtió en un emblema de la lucha contra estos delitos sexuales o también la discriminación racial.
Con todas estas cuestiones, Simone Biles optó por 'apretar los dientes' y llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio como una de las principales figuras del evento. Antes de la final por equipos, la gimnasta publicó en su cuenta de Instagram un mensaje que mostraba una pequeña parte de la batalla que estaba viviendo. “Muchas veces siento de verdad como si cargara sobre mis hombros el peso del mundo. Sí, ya sé, hago como si nada y hasta parece que la presión no me afecta, pero, narices, a veces es demasiado difícil”, comentó.
Sin embargo, todo lo que llevaba dentro llegó a su tope y explotó. Después de realizar el primer ejercicio de la final, Biles no pudo contener más la situación y decidió retirarse por su salud mental. Tras lo sucedido, la gimnasta más laureada de todos los tiempos, incluyendo la categoría masculina, reconoció que mentalmente no estaba en un buen momento: "Desde que entro al tapiz, estoy yo sola, confrontando los demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi bienestar. Tenemos que proteger nuestros cuerpos y nuestros mentes y no salir ahí hacer lo que el mundo quiere de nosotros". Simone Biles también explicó que no estaba disfrutando en los Juegos y sentía que estaba compitiendo por los demás: "Que haya perdido la pasión por algo que amo, eso me duele en lo más profundo. Es muy desafortunado que me haya ocurrido durante los Juegos Olímpicos, pero en la vida hay más cosas que la gimnasia".
A sus 27 años, Biles ha llegado a París después de vencer a esos "demonios" y ha mostrado a todo el mundo una imagen de fortaleza, sobreponiéndose a las dificultades y dando prioridad a las cosas que tienen mayor importancia.
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