Una vez decidida la Liga por arriba, resta una jornada de marcapasos en la pelea por eludir el descenso. El Rayo Vallecano perdió casi todas las opciones de permanencia tras un partido pésimo en Anoeta, y lo dejó todo en manos de un Getafe que arañó un valioso empate frente al Sporting y al que le vale hoy con ganar al Betis en Sevilla para quedarse en Primera y condenar a los otros dos contendientes.
Desde la ciudad del sur de Madrid, eso sí, se observa con recelo como béticos y sportinguistas, cuyas aficiones están hermanadas, se dedicaban cómplices mensajes en las redes sociales durante la semana. Que los verdiblancos no pierdan será sinónimo de que la lucha por la última plaza fuera del azufre se aviva.
Los azulones creen que desde Gijón se ha elevado la tensión competitiva de un Betis ya salvado. Además, no han hecho ninguna gracias las declaraciones de Marcelino, técnico asturiano del Villarreal, advirtiendo que no quiere que baje el Sporting, su rival esta tarde pero también su equipo de toda la vida. Declaraciones inoportunas en las horas previas a un duelo que cerrará la temporada de los gijoneses, que necesitan la victoria y el favor de los andaluces.
El Rayo tiene, en el mero cara a cara, la papeleta más sencilla, recibiendo en casa al colista Levante, pero su cruz es que luego tiene la obligación de mirar al resto de campos: depende del tropiezo de los otros dos conjuntos metidos en harina si no quiere descender a Segunda por primera vez desde el año 2011.
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