Hablar de Lawrence Stroll no es poca cosa. Según la revista Forbes hablamos de un señor con 2.500 millones de dólares en su cuenta corriente, aunque Ferrari es más amable con él y le llama "nuestro mejor cliente". Y es que papá Stroll es el mayor coleccionista de Ferraris del mundo. En su garaje descansan criaturas tan bestiales como un F40, un 250GTE o un exclusivo Enzo FXX. Incluso en su día desembolsó más de 24 millones de euros por un Ferrari 275GTB. Cuál John Hammond de la vida, a Lawrence Stroll no le gusta reparar en gastos.
Pero, y aquí es donde entra el joven Lance, qué mayor satisfacción para un padre enamorado del automovilismo que ver a su hijo competir en Fórmula 1. Ese fue el objetivo de Lawrence, y no ha reparado en gastos hasta conseguirlo. Por supuesto, Ferrari no puso ningún problema para aceptar al hijo de su mejor cliente en su academia de jóvenes pilotos. A pesar de que solo tenía once años y apenas había demostrado nada, la carrera de Lance Stroll estaba lanzada.
Piloto a puerta cerrada
Desde entonces, el paso del piloto canadiense por las categorías del automovilismo europeo ha ido de la mano de Prema, uno de los equipos más reputados del mundo y que practicamente fue comprado por los Stroll. Con los mejores técnicos y un coche imbatible, Lance Stroll arrasó en la Fórmula 4 italiana. Bueno, si lo tuvo, su compañero francés Brandon Maisano le batió constantemente pero por fortuna para Stroll no fue inscrito en el campeonato por el equipo, quedando sus puntos invalidados.
En su salto a la Fórmula 3 la cosa no cambió. Prema entrenaba solo con Stroll a puerta cerrada en test de duración interminable. Llegaron a estar hasta dos semanas ininterrumpidas encerrados en un circuito, mejorando el coche, utilizando tecnologías ilegales en las carreras y a la que nadie más puede acceder. Unas jornadas agotadoras para los mecánicos que en ocasiones se veían abortadas abruptamente: cuando con todo ya preparado los mecánicos recibían una llamada del joven Stroll diciendo que esa mañana no le apetecía probar.
Por supuesto, Stroll ganó la Fórmula 3, aunque fuese al segundo intento y con un coche que ganaba medio segundo a los demás solo en las rectas. Ya en la primera carrera del campeonato, cuando su compañero Nick Cassidy iba a ganar y fue ordenado a dejar pasar a Stroll, se pudo intuir lo que venía. Prema ganó el campeonato con 400 puntos de ventaja sobre el segundo y Lance por fin consiguió el bagaje necesario para optar a la superlicencia.
UN PILOTO PELIGROSO
Si algo ha quedado patente también en la carrera de Stroll ha sido su absoluta indiferencia y falta de respeto por la integridad física de sus compañeros. El joven canadiense ha protagonizado accidentes espectaculares, uno de ellos con el mismo Max Verstappen, piloto con el que debutó, y en el que se lesionó la muñeca. Poco después, estuvo a punto de incrustarse en el bosque de Monza tras cerrar el espacio de Antonio Giovinazzi, actual líder de la GP2 y piloto con muchos más méritos que Stroll.
Este incidente le conllevó una sanción de una carrera sin correr, algo que no pareció afectarle mucho. En su reaparición, en Spa, volvió a causar un accidente similar con su compañero Rosenqvist, que se jugaba el título de campeón. Stroll lo encerró y terminó causando un tremendo accidente con él y con Jensen, lo que le acarrearía una nueva carrera de sanción. Pese a que Rosenqvist se jugaba el campeonato y Stroll no, el equipo Prema reaccionó con furia ante este nuevo castigo en el que perdían sus opciones de título.
Salto a Williams
Por desgracia para los Stroll, ni todo el dinero del mundo puede comprar un asiento en Ferrari. Por eso a mediados de 2015 Lance dejó la academia de Maranello y se marchó a Williams, equipo donde debutar sería más fácil. La llegada tempranera de Verstappen a la Fórmula 1 trajo consigo consecuencias y la FIA obligó a los pilotos a ser mayores de edad para obtener la superlicencia. Ese era el único trámite pendiente para el debut de Stroll, que además venía muy bien a Williams para no tener que suprimir su publicidad de Martini.
Con los 18 años cumplidos el 29 de octubre, todo estaba listo. Al parecer los Stroll aportarán entre 70 y 80 millones de euros a Williams para que éste vuelva a ser un equipo de élite. Además, papá Stroll ha construido un nuevo simulador para el equipo con una condición, que el pequeño Lance pueda probarlo en solitario durante un año. El otro piloto será Valtteri Bottas, piloto que ya lleva cuatro temporadas en el equipo. Veremos si a los Stroll les cuesta más doblar el brazo de la Fórmula 1 a base de dinero o si, por el contrario, hoy mismo comienza la peor pesadilla de Bottas. Que le vaya preguntando a los antiguos compañeros de Lance.
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