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Simeone hace de Mourinho, pero nadie le critica; Cristiano se lesiona, pero nadie dice lo que tiene

No se esperan sorpresas este viernes (22.30 horas) en el Calderón en la vuelta de la Supercopa de España. La serie histórica de derbis es demasiado larga como para que queden ases en la manga. En el Bernabéu, el martes, y a pesar de fichajes y bajas, la vida siguió igual. El Atlético pensó en la defensa, sin ninguna intención de retener el balón. Por si fuera poco, el resultado (1-1) fue positivo para sus intereses, así que se espera más de lo mismo: defensa, casta, coraje, más defensa, más coraje. Poco fútbol ofensivo, nada de posesión.

Tampoco cambiará la aproximación del Real Madrid, que necesita un gol y atacará desde el principio para buscarlo. Suele jugar al ritmo del Atlético y solo un tanto de los blancos en el principio del partido podría cambiar un guión a todas luces previsible. La inversión de los últimos años, cientos de millones sobre el césped, siempre ha tenido problemas para encontrar huecos en la defensa atlética.

“No creo que se vaya a cambiar el estilo del partido de lo que hemos hecho antes”, reconocía Ancelotti en la previa. El italaino anuncia más intensidad, y eso puede significar algún cambio en la alineación. Quizá Di María, porque todo en  el caso es estrambótico. No es posible conocer el planteamiento de Simeone, que decidió no comparecer ante los medios. Sus mensajes ya los había dado después de la ida. Hace y deshace con los medios como quiere, responde a lo que le apetece y suelta sus mensajes sin tener en cuenta las preguntas. Sigue el argentino, también en esto, la doctrina de su admirado Mourinho.

Queda por saber si Cristiano, la joya de la corona, estará en el campo. El luso se despidió del partido de ida en el descanso, según Ancelotti con un pinchazo en el muslo, nada significativo, asegura el italiano que puede jugar, quizá de titular. Su estado físico es uno de los grandes enigmas del fútbol actual. Terminó la temporada pasada horroroso, no fue un factor ni en el final de liga ni en Lisboa, nada le salió en el Mundial.

Es difícil saber cuál era su dolencia real, pues se contaron varias cosas y ninguna fue oficial. Por eso ahora, después de un mal partido, y con un nuevo problema físico, crecen las dudas. El oscurantismo es la constante en el Madrid, una tendencia que se contagia con rapidez. Dentro de poco el fútbol español va a parecer la procesión del silencio.

También queda por conocerse el titular en la portería blanca. El luso dice haber elegido ya, pero de momento prefiere mantener el suspense. No se sabe quién jugará en el Calderón ni si ese portero será el propietario del arco durante la pretemporada.

Y todo con aroma de late night. El martes se jugó a las 23.00 con la excusa de la Liga de Campeones. Sin esa excusa se ha puesto a las 22.30, que sigue siendo tardísimo, más aún sabiendo que es un partido que tendrá entrega de premios y que puede tener una prórroga. El fútbol de madrugada, locuras de verano.

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