Se suele decir que el fútbol pertenece a los futbolistas, pero la realidad siempre dibuja un panorama bastante distinto. Los entrenadores, con su labor táctica, física y psicológica, conducen a sus equipos al éxito o al más estrepitoso de los fracasos. La percepción con respecto a los entrenadores ha variado mucho en los últimos años, especialmente en la etapa de fútbol moderno que vivimos, donde están más preparados que nunca.
Acudiendo al primer nivel del fútbol europeo podemos ver con claridad cómo la labor de los entrenadores está modificando la trayectoria (no siempre para mejor) de muchos conjuntos, incluyendo transatlánticos. El ejemplo más claro es el Fútbol Club Barcelona, que encamina una temporada en blanco con una imagen y despliegue táctico impropia de su historia y del plantel que tiene. Todo ello responde a la nulidad de Xavi Hernández en el puesto.
En el otro extremo de la balanza está el Real Madrid. Una plantilla sobresaliente, con infinidad de buenos jugadores, pero que está siendo asediada por las bajas. Sin ser un técnico con un libreto abrumador, la labor de Carlo Ancelotti resulta imprescindible para el devenir del proyecto blanco.
Por ello, los entrenadores están ganando mucho peso en el desarrollo del nuevo fútbol. La campaña 2023/2024 está siendo el mejor campo de pruebas posible para el futuro más inmediato de varios clubes de postín. El 30 de junio es una fecha marcada a fuego en el calendario de muchos directores deportivos para ponerse manos a la obra de cara a la planificación.
Baile de entrenadores
Un buen puñado de entrenadores dejarán sus sillones en busca de otro mejor, o que se ajuste más a sus ideas, lo que provocará uno de los mayores terremotos tácticos de los últimos años en el continente europeo. El más llamativo y deseado es Xabi Alonso.
El entrenador donostiarra, cuya temporada con el Bayer Leverkusen está siendo de sobresaliente, dejará la disciplina del conjunto alemán este próximo estío por razones evidentes. Está llamado a lo más alto. Pero, ¿dónde podría encajar mejor Alonso?
En un primer momento, se habló del Real Madrid en sustitución de un Ancelotti que parecía tenerlo hecho con la selección de Brasil. Sin embargo, la renovación del transalpino y el inesperado adiós de Jürgen Klopp del Liverpool voltearon por completo su situación. Una marcha, la de Klopp, que en principio se traducirá, tal y como ha asegurado él mismo, en un año sabático. Pero en esto del fútbol nunca se puede ser tan tajante.
Con media Europa detrás de él, su eterno rival en la Bundesliga, está sufriendo las consecuencias del gran fútbol que está desplegando el Leverkusen.
El Bayern de Múnich está a ocho puntos del líder, lo que ha llevado a la directiva a prescindir de Thomas Tuchel, actual entrenador bávaro, la próxima temporada. Seguirá dirigiendo hasta el final de la presente campaña, dando pie a una situación similar a la de Xavi Hernández. Viendo sus malas salidas de Chelsea y PSG, además del Bayern, veremos qué gigante le hace hueco en su banquillo.
Desde Múnich ven con buenos ojos la llegada de Alonso, que no sería más que otra forma de minar a un rival doméstico más pequeño, como hiciera en el pasado pescando en la plantilla del Dortmund.
Engrosando la lista de entrenadores despedidos está José Mourinho, cuyo presente con la Roma quedó fulminado hace unas semanas. Aunque su nivel está lejos de sus hitos con Porto e Inter, seguro que hay varios equipos interesados en contratar sus servicios. Al luso, como sucede con su expupilo donostiarra, también se le ha situado en la órbita muniquesa. La opción del equipo nacional de Portugal parece desvanecerse, pues el trabajo de Roberto Martínez y la ilusionante generación que tiene ante sí los ibéricos de cara a la Eurocopa y el próximo Mundial le cierran las puertas a Mourinho.
Otro parado de larga duración que puede volver a la acción es Hansi Flick. El de Heidelberg copa la lista de candidatos para sustituir a Xavi Hernández en el banquillo del Camp Nou. El campeón de Europa con el Bayern parece de los pocos entrenadores de primer nivel dispuestos a lidiar con las dificultades que entraña un club como el Barcelona, a nivel social, deportivo y financiero.
Hay otros casos, que bien por desgaste o por final de era, podrían detonar bombas informativas. Tras siete temporadas en el Manchester City, Pep Guardiola siempre ha dicho que la motivación es su única gasolina. Cuando deje de notar convencimiento entre sus jugadores con sus ideas, cogerá sus bártulos y se irá. ¿Será este 2024?
Míchel, otro ilustre de los banquillos esta temporada, elegirá destino a placer, si desea dejar a un Girona al que, probablemente, coloque en puestos de Champions League. Como ven, la temporada 2024/2025 se antoja clave para saber qué dinastías se cimentan, cuáles se consagran y qué equipos se estrellan. Bendito fútbol que ha empezado a mimar a sus entrenadores.
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