La UEFA ha anunciado este lunes distintos castigos para Sebastian Constantin Coltescu y Octavian Sovre, los dos árbitros rumanos que fueron acusados de racismo por Pierre Webó durante el partido de Liga de Campeones entre Paris Saint-Germain e Istanbul Basaksehir del pasado mes de diciembre.
En el caso de Sebastian Constantin Coltescu, que actuaba como cuarto árbitro en aquel partido, ha sido acusado de "comportamiento inapropiado" e inhabilitado para ejercer cualquier labor de arbitraje hasta el próximo 30 de junio.
Además, Coltescu deberá realizar un curso de educación al igual que Octavian Sovre, aunque en el caso de este no ha sido inhabilitado y solo ha recibido una reprimenda oficial también por "comportamiento inapropado".
"Deben estar formado de forma adecuada"
"Los árbitros UEFA deben estar formados de forma adecuada y específica para tomar mejores decisiones sobre la elección del idioma y las palabras que se utilizarán en las competiciones de la UEFA. En el contexto internacional, el uso correcto del lenguaje es fundamental para evitar situaciones como las ocurridas en el citado partido", esgrimió el organismo en un comunicado, que también ha sancionado con un partido a Pierre Webó, técnico asistente del Basaksehir.
El partido se disputó el pasado 8 de diciembre y quedó suspendido por el plante de los jugadores turcos, acompañados por los franceses, tras escuchar un presunto insulto racista del cuarto árbitro en disputa con Webó.
El que fuera exfutbolista de Osasuna, Leganés o Mallorca denunció el insulto del colegiado, a gritos aún en el césped, después de ser expulsado. "¿Por qué dice negro?", le decía al colegiado rumano Ovidiu Hategan, con el visitante Demba Ba también en la polémica. El jugador le recriminó también esa forma de hablar.
Todo ocurrió a los 15 minutos de partido y tras una larga discusión en el área técnica, los jugadores turcos decidieron retirarse a vestuarios con la amenaza de no volver. Los jugadores del PSG, liderados por Neymar y Mbappé, pidieron explicaciones al cuarto árbitro y apoyaron la decisión de no jugar.
El duelo se disputó finalmente al día siguiente con arbitraje del neerlandés Danny Makkelie. Antes del partido, los jugadores de ambos equipos rodearon el círculo central del campo, con la rodilla en el suelo y el puño levantado, al igual que los tres árbitros. Posteriormente, el PSG ganó por goleada (5-1).
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