El futbol se ha hecho grande porque durante dos horas se vive un espectáculo que hace vibrar y en el que el público forma parte de él. En el teatro, los actores no interactúan con los espectadores. Menos aún en el cine. Sin embargo, en el fútbol al aficionado se le considera 'el jugador número 12'. Como bien dicen, el público ayuda a ganar partidos. Precisamente por ello, se puede decir que este público forma parte del espectáculo.
En países como Inglaterra o Argentina, el partido puede llegar a ser lo de menos. Los cánticos, los gritos, el colorido de las gradas... Las aficiones son lo que merece la pena. Muchas veces el partido aburre, pero son los seguidores quienes logran que un partido mediocre se convierta en un verdadero espectáculo.
El Real Madrid ha tenido, desde el famoso escándalo de la portería, un aliado con los Ultras Sur. No han protagonizado ningún escándalo dentro del Bernabéu. Han dado calor a los jugadores y 'miedo' a los rivales, pero nada merecedor de castigo. Decir que su comportamiento ha sido ejemplar, quizás no sea la palabra correcta, pero sí que a través de él han aportado mucho al club y al equipo. Uno va al Bernabéu y ve los tifos, los ánimos el minuto 7, los cánticos... Quizás no sea políticamente correcto decirlo, pero, sí los Ultra Sur han dado mucho al Real Madrid.
Quienes están provocando el caos en el Bernabéu y en el club bajo el lema de los Ultras Sur no son los verdaderos hinchas madridistas. Son tipos que se quieren aprovechar del nombre para vivir a su costa. Es por ello que el presidente, Florentino Pérez, debería proteger a los líderes que desde hace tiempo dirigían el fondo sur y dejarse de inventar fondos juveniles.
El Real Madrid debería apoyar a quienes durante más de quince años se han volcado para animar el Bernabéu y crear un clima de fútbol en un estadio tradicionalmente frío. Sin los Ultras Sur, '90 minuti no son nada largi'...
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