Después de 22 años en el Barcelona, 12 desde que debutó en el primer equipo, Víctor Valdés se despide del club catalán a través de una carta con el matasellos de Augsburg (Alemania). El guardameta catalán, que deja entrever, si no por qué se va, sí por culpa de quiénes, no ha querido ningún homenaje público.
Hace justo un año, Valdés convocó una multitudinaria comida de despedida en el restaurante Can Ferran, en Sant Quirze de Vallés, con la presencia de toda la plantilla, a excepción de Piqué y Alves, que no podían. Lógicamente, sorprendió que oficializara su marcha cuando teóricamente aún no había cerrado un acuerdo con el Barça, aunque la presencia de los técnicos, con Jordi Roura a la cabeza, dejó claro que la dirección deportiva también daba su salida por segura. De hecho, tal y como informamos en 'Vozpópuli', Valdés ya había pasado reconocimiento médico con el Mónaco.
Sin embargo, el Barcelona se negó a traspasarle un año antes de la finalización de su contrato y el portero no tuvo más remedio que cumplirlo. Valdés dice en su carta que lamenta no haberse podido despedir jugando al fútbol como le hubiera gustado y se encuentra en Alemania, donde se recupera de una rotura del ligamento de la rodilla que le obligó a someterse a una intervención quirúrgica. "Así es la vida a veces y este año ha sido cruel conmigo en ese sentido", escribe.
Víctor empieza sus agradecimientos por "Oriol Tort, José Antonio Pozanco, Juan Manuel Asensi, Ursicinio López, Albert Benaiges, Antonio Olmo, Juan Carlos Pérez Rojo, Pep Segura, Quique Costas, Joan Vilà, Jordi Castel...", a quienes califica como "los maestros deportivos" que hicieron de él, el deportista que siempre soñó ser. "Son personas que consiguieron formar un niño de diez años en un portero que defendiera la portería del Camp Nou, diez años después. ¡Gracias a todos!", indica.
En el plano profesional, Valdés agradece a Louis Van Gaal "por demostrar tener el valor necesario para apostar por el talento que solo sus ojos saben ver", cree que el holandés "inició la construcción de un Barça histórico, del que he tenido el privilegio de formar parte".
También tiene palabras de gratitud hacia Frank Rijkaard, porque le dio "la confianza necesaria" y le permitió alcanzar la gloria, "tocando la Copa de Europa en París con mis propias manos". Dice Valdés sobre el holandés: "Mi vida estará siempre en deuda contigo".
A Pep Guardiola le agradece haberle abierto la puerta "para jugar a un juego que desconocía" y también por haber sido su guía durante el camino "que uno debe seguir buscando el éxito", algo que encontraron juntos. "Siempre nos quedará eso y créeme, será eterno", escribe en catalán.
También agradece las enseñanzas del malogrado técnico Tito Vilanova, fallecido el mes pasado. "Allí donde estés, te doy las gracias por habernos enseñado no solo el camino para seguir ganando como equipo, sino también la fuerza y el carácter necesarios para afrontar la vida", asegura.
Valdés recuerda a todos los compañeros con los que ha tenido "el placer de compartir el trabajo que supone llevar ese escudo en el pecho día tras día" y por haberle hecho sentir importante dentro del grupo durante todos estos años.
Finalmente, el meta se despide de "las personas más importantes" para él en estos doce años como profesional en el Barça: los seguidores. "Aquellas personas que pasara lo que pasara, estabais ahí siempre para darme el aliento que un luchador necesita en todo momento, estabais ahí orgullosos de verme en cada celebración, apoyando en cada partido, enviando esa energía positiva que nunca dejé de notar, la que me llevó en volandas durante todo este tiempo, porque sin eso, yo no hubiese sido capaz de hacerlo solo", asegura.
Valdés anunció que su ciclo en el Barça había finalizado y no deseaba renovar su contrato con el club. Intentó irse un año antes de acabarlo, pero el Barça se negó. Ahora se despide de su club de toda la vida en una simple carta. Una carta en la que, entre otros, no hace referencia a su último técnico, Gerardo Martino, aunque lo más significativo es que obvia cualquier agradecimiento a los mandatarios Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu. Por supuesto, tampoco a Zubizarreta, el director deportivo que se reconoció responsable de su no renovación.
"Gracias, gracias y mil veces gracias. Y os pido por favor que no dejéis de apoyarme. Per sempre, FORÇA BARÇA!", son las últimas líneas de la carta de Valdés. Si su marcha debería hacer reflexionar a más de uno, con esta carta de despedida el portero deja claro quiénes debería hacerlo.
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