Tomás Roncero es una de las caras más conocidas del madridismo en los medios de comunicación. Tanto en el As como en 'El Chirniguito' no ceja de defender al equipo de su alma de lo que entiende son ataques externos en su contra. No es solo futbolero, pues el baloncesto también está entre sus aficiones, y recorre España visitando peñas del Real Madrid.
Eres un periodista marcadamente madridista, es una de tus señas de identidad ¿te dejaban ser así cuando estabas en un periódico generalista como El Mundo?
La verdad es que no. No es que hubiese una prohibición expresa pero antes en la prensa había una autocensura asumida y estaba mal visto que un periodista deportivo se significara. Evidentemente en la redacción todo el mundo lo sabía, y yo siempre estaba diciendo que íbamos a ganar y eso, pero a la hora de escribir… Yo hacía bastante baloncesto y en esas crónicas se podía notar cierta pasión, pero no era explícito como ahora. Un seguidor podía entender que yo tenía simpatía por el Madrid, pero si me tocaba hacer un Estudiantes-Joventut también ponía pasión, para que no se notara, porque sabía que estaba mal visto. El último año en El Mundo un superjefe me recomendó que me olvidase del Madrid, me dijo que podía hacer mil cosas, que iba a hacer Juegos Olímpicos y Mundiales pero que me olvidase del Madrid. Era una bicoca para cualquier periodista deportivo, pero no hablar del Madrid para mí era una losa muy fuerte. De eso se enteraron en el As y por eso me llegó la oferta.
¿Aún sigues el baloncesto?
Sí, y de hecho tengo trato con algunos jugadores del Madrid, con sus responsables y con Herreros. Lo tengo como un capricho, de hecho en el As de vez en cuando escribo opiniones sobre baloncesto. No lo sigo como en aquella época de El Mundo, porque era mi especialización y me pasaba el día con ello, viajando mucho con el Madrid y la selección. Ahora tengo más distancia, pero sigo muy encima, me leo todas las crónicas, los partidos del Madrid los veo siempre. No desconecto.
¿No crees que el fútbol se ha comido el resto del deporte?
Es que es, más que nunca, un boom de masas. Siempre lo ha sido, se le ha llamado el deporte rey, pero en los últimos quince años ha habido un crecimiento espectacular. Se ha incorporado todo el mundo, para empezar la mujer, yo cuando era niño era una minoría y si ahora vas al Bernabéu mínimo hay un tercio de mujeres. La sociedad está cada vez más interesada en el fútbol. Es cierto que es un riesgo, aunque luego si hay un gran partido de tenis o una carrera importante también le gusta a todo el mundo. Los grandes acontecimientos tienen su seguimiento, aunque el fútbol tenga ahora una mayor preponderancia.
¿No ha perdido el periodismo con la identificación de los redactores con los equipos?
Es un riesgo que existe, la identificación con la camiseta. Yo siempre hablo de lo mismo, creo que es compatible el periodismo, buscar la información, con el hecho de que tus seguidores sepan cuál es tu equipo. No es incompatible. Yo recuerdo cuando era pequeño que siempre decíamos “este periodista, por como canta el gol es de este equipo”, y daba casi rabia no saberlo públicamente. Es casi más noble decir el equipo, lo cual no quita que si luego hay que dar alguna información se de. Yo recuerdo en El Mundo, en 1999, que tuve acceso junto a Jesús Alcaide a bastante información de lo que estaba ocurriendo en el último tramo de la presidencia de Lorenzo Sanz, que era escabrosa, peliaguda y conflictiva, porque trataba de irregularidades de la gestión. Yo aquel año publiqué todo aquello, y eso que ya se sabía que yo era del Madrid porque entraba en una tertulia, El Penalti, con gente como Luis Gómez, Jaime Lisssavetzki o Lorenzo Díaz, gente de nivel, y yo ya estaba significado como simpatizante del Madrid. Desde la Séptima (Copa de Europa) decidí dejar de callarme. Pero no por eso dejé de sacar unas informaciones que incluso fueron importantes para que Florentino ganase las elecciones, porque la gente entendió que la gestión no era limpia. Se puede ser de un equipo y separar la información de los sentimientos. No es fácil, no te voy a engañar, pero no hay que perder el norte de lo más importante que es seguir buscando información. Mientras no dejes de hacer eso es compatible.
"Se puede separar la información de los sentimientos, aunque no es fácil"
¿No se le da demasiada importancia a la anécdota y el detalle en el periodismo actual, por encima del juego?
Es que ahora es un fenómeno de masas, más para todos los públicos. Antes era para gente más especializada, más entendida, donde no accedía todo el mundo. Ahora en una comida familiar mis hermanas o mis sobrinas hablan de fútbol, también porque se ve desde un punto de vista más sociológico, más lúdico. Te tienes que adaptar, aunque depende del escenario. No es lo mismo un periódico que una radio o una televisión. La televisión pide imágenes y por eso tiende más al detalle. En un periódico hay más profundidad. Hay sitio para todo y no hay que excluir nada ni pensar que se está devaluando el periodismo, simplemente se está adaptando a los tiempos. Siempre habrá sitio para un buen análisis futbolístico.
En 'El Chiringuito' ¿es posible ser tertuliano y ser tranquilo, moderado?
Sí se puede ser, no todo el mundo es así. La gente me dice “tú y la Barceló las tenéis tiesas” y es verdad, pero luego hay gente con otro tono. Quim Domenech, que es uno con los que tengo debates más tensos, es de otra manera, más irónico, no levanta la voz. No necesariamente hay que ser vehemente, pero es un programa muy vitalista en el que la emocionalidad tiene barra libre siempre que no se pase al insulto. Si yo insulto he traspasado la línea. Por mi carácter soy muy vehemente, apasionado, pero sin traspasar esos límites. Gente inteligente, que sabe usar el lenguaje, es compatible. De hecho ahí están.
En ocasiones has llegado a llorar en directo ¿cómo es eso posible en un programa, con los cámaras delante y tanto movimiento alrededor?
Solo me ha pasado dos veces que recuerde. Con el penalti a lo panenka de Ramos, porque estaba hasta el gorro de los palos que estaba recibiendo el chaval después de lo del Bayern y me dolió muchísimo y este año en Lisboa porque coincidió que pude ver la final con mi hijo, que por casualidad estaba sentado al lado de mi sitio en la tribuna de prensa y nosotros ni lo sabíamos. Fue un cúmulo de circunstancias, mi padre había tenido una operación muy dura unos meses antes que casi se va de este mundo y yo me acordé de él, porque se había quedado vivo para ver al Madrid ganar la Décima. Se me juntó todo eso y, al final, somos humanos, y en ese momento no piensas ni en las cámaras ni en la gente, sueltas lo que tienes dentro. Se me va a poner fama de llorón, pero va a ser difícil que me vean llorando más porque no soy de lágrima fácil, para que yo llore se tienen que dar circunstancias especiales. Las emociones se dieron así ya está, no soy muy amigo de llorar, prefiero que me vean fuerte.
Dice Florentino que algunos medios, el As incluido, quieren mandar en el Madrid.
Creo que él se equivoca porque sabe que esos medios de los que habló, especialmente As y Marca que son los que nombró, somos medios que hablamos todo el día del Madrid, que es una manera de darle publicidad a su producto. La primeras páginas, salvo excepción, suelen ser del Madrid y en el 95% de las veces con contenidos ultrapositivos. Si hay alguna cosa con poso crítico no es malo. Lo malo es mentir, no la crítica. Leyó una información, que no era de As, y quiso salir del paso pero terminó sacando todo lo que tenía dentro. Yo sé que no es fácil ser presidente del Madrid y estar en el ojo de la crítica, pero todos los presidentes lo han estado, lo recuerdo en Mendoza, o Lorenzo Sanz, Calderón… Florentino no tiene una crítica severa, todo lo contrario, generalmente se habla bien de su gestión, pero cuando hace algo mal los medios lo recalcan. Aquí en el As tenemos una línea con bastante libertad y si algo no gusta se dice, pero es compatible con reconocerle los aciertos. Lo que no puede es decir a todo “sí, bwana”, lo que hacemos es decir, esto está bien y esto mal, ya está.
"Florentino no tiene una crítica severa, generalmente se habla bien de su gestión"
Relaño es una de las personas más importantes del periodismo deportivo español en las últimas décadas ¿Cómo es trabajar con alguien así? Es evidente que hace un periódico de autor.
Es una experiencia, un aprendizaje diario, entiendes que lleve tanto tiempo como director. Tiene una personalidad muy acusada, es un hombre bastante independiente, lo que no es fácil, en lo que cree lo lleva adelante. No da bandazos, no es un veleta, no se mueve por interés, igual que está contigo tomando algo y te cuenta una historia luego llega al periódico y lo hace con la misma naturalidad. Es cierto que sabe mucho de fútbol, sus artículos de El País de los lunes impresionan muchas veces, da gusto leerlo. A pesar de que tiene muchos años no ha perdido el hambre, llega al periódico con la ilusión del novato. No le ves con ganas de irse a casa, es muy vitalista y contagia, como los entrenadores de fútbol, es exigente pero si respondes es alguien con quien se puede hablar y con sentido del humor. Solo exige gente trabajadora, que se sea seria y veraz. Por eso el periódico funciona bastante bien. Yo le conozco de verdad desde hace quince años, antes no tenía trato con él, y para mí es una gran experiencia.
Durante años estuvisteis defendiendo en el periódico que hay un contubernio de despachos contra el Real Madrid, el villarato. ¿No se pierde la fe en el fútbol cuando se cree que los partidos están preconcebidos desde despachos?
Yo mantengo que existía el villarato, pero no es en los despachos. La gente no acaba de entender bien qué es el villarato yo hablo con árbitros y exarbitros y sé perfectamente como va esto, es una cuestión de autocensura. ¿Qué es la autocensura? Tú estás en una empresa y sabes lo que le gusta a tus superiores, no necesitas que te metan en un despacho y te digan nada, tú lo ves, y si eres inteligente sabes a dónde va la corriente. Esto viene del año 2004, cuando todos los presidentes de clubes importantes se alinearon con Gerardo González para que fuese presidente de la Federación. Dos días antes de la votación el Barcelona con Laporta dejó con el trasero al aire a sus compañeros de viaje y se alió con Villar. Gaspart, que casualmente, todo es casualidad, sigue en la Federación como uno de los peces gordos, le dijo a Laporta “Joan, sé listo, que si votas a Villar al Barça le va a ir muy bien”. Solo le dijo esa expresión, blanco y en botella leche. Y pasados los años ya no es cosa de Roncero, Relaño o el As, un directivo del Barça de la época, Godall, lo legitimó. Fue hace tres años, la lió cuando dijo que ellos sabían tener un trato bueno con la Federación y eso va bien en todos los sentidos. Se le escapó, Godall hizo una justificación del villarato. Pero es lógico, es la historia de la vida, si tienes buen trato con todos los que mandan y les cuidas, tendrás mejor trato que si eres beligerante. Ha habido árbitros que se han dado cuenta que en la Federación, especialmente por Sánchez Arminio [presidente del comité de árbitros] causa indiferencia equivocarse a favor del Barça y está mal visto hacerlo a favor del Madrid. Así le pasó a Tristante Oliva que cuando se equivocó a favor del Madrid se fue a galeras, acabó con depresiones y de delegado del Murcia mientras que los que se equivocaron a favor del Barça fueron internacionales y pitaron finales de Copa. Es lo que hay y espero que con el tiempo cambie. Pasará cuando no estén Sánchez Arminio y Villar, que son gente que no disfruta cuando gana el Madrid. Lo que hay que hacer es meter tres más que el rival, que con eso no hay error arbitral que valga.
¿Sigue existiendo el villarato?
Para mí sí, claramente. Insisto, mientras estén Villar y Sánchez Arminio va a existir, porque son gente a quienes no les gusta el Madrid, es humano. Si yo mandase en la Federación seguro que al Barça no le iría muy bien, es lógico porque los gustos personales influyen en las decisiones.
¿Qué opinas del paso de Mourinho por el Madrid?
Como todo en la vida tiene cosas buenas y malas. Creo que lo hizo muy bien los dos primeros años, creo que invirtió una tendencia muy negativa contra el Madrid donde había una preponderancia deportiva y mediática del Barça con Guardiola. A pesar de empezar con el 5-0 del Camp Nou Mourinho lo supo contrarrestar. Dijo cosas que eran verdad, como los ataques a la UEFA o los árbitros o el trato de favor que tenía el Barça, pero en el Madrid por la prudencia institucional nadie abría la boca. Para mí esos dos años chapeau, además ganó una Liga al Barça de Guardiola batiendo todos los récords. Para mí ahí, perfecto. El último año creo que equivocó el discurso, además él sospechaba que se iba, aunque tenía contrato hasta 2016. Cuando mentalmente sabes que te vas a ir desconectas, el último año ya no era Mourinho, en lugar de atacar a los enemigos externos miró hacia dentro, con Casillas, Ramos, no fue a Zúrich porque sabía que no iba a ganar… ese tipo de cosas que me hicieron despegarme emocionalmente de él, lo cual para mí fue una pena. El del último año fue negativo y dejó secuelas. Yo me quedo con lo bueno, con los dos primeros años, pero creo que esa etapa estaba llamada a su fin.
Como periodista no te molesta ese juego de Moutinho, intentando poner a los medios a su favor, utilizarlos…
Eso lo hacía Clemente con la selección, hacía creer al mundo entero en las ruedas de prensa que todo el mundo iba en su contra y luego él reconocía en privado que lo hacía para blindar al equipo. Mourinho igual, juega su partido en las ruedas de prensa para que los jugadores tengan menos presión. Lo sabemos, nadie se lleva a engaño, sabemos que es un juego. Por eso también el último año delegó en Karanka, no hay que darle importancia, es su manera de entender esto."Los dos primeros años de Mourinho invirtieron una tendencia negativa contra el Madrid"
¿Qué te parece lo que ha pasado Casillas?
No me gusta, no me parece justo. Es verdad que tuvo un enfrentamiento personal con Mourinho, que como era el entrenador, el jefe, podía apostar por otro portero, Diego López, que tuvo un rendimiento bastante aceptable además. Pero eso no quita para que se respete a un jugador tan importante en la historia del Madrid, que con seguridad es el portero más importante de la historia del fútbol español. Zamora no ganó lo que ha ganado Casillas con España, Casillas le ha dado al Madrid Champions y también grandeza a la entidad. Me parece injusto, aunque es solo una parte del Bernabéu, pero es una herida que no se curará, lo sabemos todos. Esa gente se equivoca, puedes no aplaudirle si quieres, pero no concibo que a un jugador del Madrid se le abuchee cuando está jugando. Entiendo que después del Schalke haya pitos al final, pero durante un partido hay que animar a los tuyos. Casillas lo tiene asumido, no hay vuelta atrás.
"Si Juanito no hubiese sido futbolista habría estado con nosotros en la grada en las grandes remontadas europeas"
En tú ideal de madridismo está, sin lugar a dudas, Juanito, al que nombras con frecuencia y está muy presente en tus artículos. Sin embargo, en lo deportivo, es un jugador que nunca ganó una Copa de Europa ¿por qué te llama tanto la atención alguien que deportivamente no es tan especial?
Efectivamente a nivel deportivo Juanito no es de los grandes iconos, de los que se recuerdan por darnos una Copa de Europa o una Liga con un gol increíble en el último minuto, pero Juanito tiene algo que va más allá de los resultados y tiene que ver completamente con la emocionalidad y la identidad, el orgullo por una camiseta. En mi generación teníamos la sensación de que Juanito estaba jugando porque le había tocado, pero si no hubiese sido futbolista habría estado con nosotros en la grada, de pie en las grandes remontadas europeas. Juanito era uno de los nuestros, estaba representándonos en el terreno de juego y por eso nos identificábamos con él. Normalmente los futbolistas son, como se dice ahora, muy profesionales y en un mundo muy profesional las emociones se reducen. Te gusta ver alguien como tú, que ríe, llora, se emociona y grita, que se comporta como tú. Y encima juega en el Madrid, es de los mejores, es uno de tus ídolos, es una coincidencia tan inusual que por eso se le sigue recordando en el minuto siete de cada partido, cosa que no pasa con ningún otro jugador, es algo sanguineo, emocional. Posiblemente, como en todas las pasiones, es algo casi cegado, pero es Juanito y por eso es una leyenda que perdurará siempre.
Hace unos meses en el As hicisteis una ouija para contactar con él ¿cómo lo explicas?
Para mí fue tremendamente injusto el trato que se le dio por parte de la gente. Bueno, por parte de alguna gente, tampoco fue todo el mundo. Nos juntamos seis o siete personas que todos tenemos como primer mandamiento en la vida ser juanitistas, no éramos dudosos, nadie en ese grupo era de otra corriente para aprovechar la coyuntura. Como siempre estábamos evocando a Juanito antes de cada intento de remontada se nos ocurrió hacer algo diferente. Yo hablé con ellos y dijimos que era una posibilidad hacer una Ouija y que él, simbólicamente, nos dijese cómo íbamos a quedar. Esa era la pretensión y en el reportaje no se ve a nadie riéndose, nos lo tomamos en serio porque es la manera de decirle a Juan “¿cómo estás?”. Yo siempre lo digo, para mí Juanito no ha muerto, no es una falta de respeto sino todo lo contrario, una manera de demostrar nuestro afecto a Juan. Juan siempre estará presente y nos va a ayudar a remontar. Yo hablé con la familia y estaban más molestos por los comentarios de la gente que habían generado, algunos muy hirientes, que por nosotros, que saben cómo sentimos el tema de Juan y que no somos dudosos. Ellos sabían que lo habíamos hecho con buena intención y que de haber estado Juan nos habría dado un abrazo. La gente que criticó ni sabe quién es Juanito ni lo que significa. Con el tiempo piensas que no deberías haberlo hecho, pero como lo hicimos con el corazón no me arrepiento.
La pasión está por encima del fútbol ¿a ti te gusta más el fútbol o el Real Madrid?
Me gusta el fútbol, pero el Madrid por encima de todo. Cuando no juega el Madrid me gusta y lo veo, pero lo veo con un desapego y una frialdad que me asusta, me falta algo que hace perder el sentido, me lleva a pensar que estoy perdiendo el tiempo. Con un partido corriente sin el Madrid pienso que he tirado hora y media, si está el Madrid, aunque sea un partido horroroso, lo veo con una tensión y unos nervios que hasta pierdo la capacidad de valoración. El hecho de que esté el Madrid me motiva, me tiene en tensión todo el día. Si me dices que desaparece el Madrid también desaparece una parte de mí, del sentido de mi existencia. Yo creo que el Madrid es el motor que cada día me mueve, mi cabeza está bullendo continuamente sobre lo que hace el Madrid y el calendario del Madrid. Reconozco que eso me ayuda a existir, al Madrid lo tengo por encima del fútbol.
"El Madrid me ayuda a existir, para mí está por encima del fútbol"
Vas mucho por actos de peñas del Madrid, donde eres un ídolo ¿te gusta o es solo trabajo?
Para mí es maravilloso. Sé que hay gente que me critica por eso. Jamás he pedido nada, me toca las narices cuando se dice eso, en este país lo de “difama que algo queda” es verdad. Yo voy a las peñas porque me invitan, e incluso a alguna que me ha ofrecido dinero le he dicho que yo al Madrid no le cobro, porque ellos son el Madrid para mí. Si me invitan me pagan el desplazamiento y el alojamiento. Y punto, nada más. Y yo encantado, porque a mí estar con ellos me llena el depósito para el resto de la semana, cuando voy a una peña, si me pilla agotado, físicamente o mentalmente, por algo de trabajo o personal me animo. No siempre son sitios estupendos, muchas veces son pueblos perdidos que me ha costado llegar dios y ayuda llegar, pero yo voy por la tarde, estoy con ellos cinco o seis horas, me acuesto a las dos y me levanto a las cinco para coger el primer tren que haya para estar con mi familia. Y eso lo hago desde hace 14 años. La gente cree que es muy fácil, pero cuando se lo explico se dan cuenta de que es cansado, de que igual es mejor estar el viernes por la noche en casa viendo una película. Es una cosa que tiene un desgaste físico, pero a mí emocionalmente me hace venirme arriba, soy la persona más feliz del mundo, estoy como un niño con zapatos nuevos, creo que ellos se dan cuenta y por eso se vuelcan conmigo y tenemos complicidad. Además puedo decir que he ganado amigos para toda la vida, hay 60 o 70 que son amigos personales, amigos de mi familia y que no hubiese conocido si no fuese por las peñas. Solo por eso ha merecido la pena, y yo sigo, no me canso, me siguen llamando y si tengo hueco mi agenda estará disponible para ellos.
Hay fotos tuyas con una bandera de Ultras Sur ¿te arrepientes?
Lo que pasa es que en eso hubo una utilización perversa del asunto. Yo estaba en la peña madridista de Mérida y durante dos horas, ahí estaban veteranos que lo puede corroborar, estuve haciéndome fotos con niños, niñas, ancianos, veteranos y noveles. Un grupo de chavales vino con eso y yo ni me fijé en lo que ponía la bandera, en ese momento no me dijeron nada tampoco. Lo hice con buena fe y no pasó a mayores. Curiosamente esa foto empezó a dar vueltas unos meses después. Yo no creo en las casualidades, interesaba que saliese. Quien la hizo rular pretendía hacerme daño, pero los que estuvieron allí saben que no había nada propagandístico. Desde entonces sí me fijo, porque voy de buena fe pero la gente no siempre va con la misma buena fe. Ahora miro y si veo alguna proclama polémica, no solo de Ultras Sur, digo que no. Me hago foto con bufandas o banderas, pero deportivas. Cuando te expones te puede ocurrir, para mí ha quedado como una anécdota.
¿Qué opinas de Ultras Sur?
Lo que opino es que es un grupo en el que hay una minoría que afea a la mayoría. Ultras Sur durante muchos años era el elemento que hacía que el Bernabéu diese ánimo. Y siempre, siempre, lo digo sin excepción, había estado apoyado por el club. Pero el club ha decidido dar un viraje en el último año. Yo lo hablé con el club, que hasta ese momento apoyó a los ultras. Cuando vieron que la violencia se desataba de manera peligrosa vieron que había que pararlo. Hay que quitar a los violentos y no cargarse a los chavales que animan y no son violentos. No es “hay que cargarse a los Ultras Sur” sino “hay que cargarse a los Ultras Sur malos y violentos”. Hay que quitar a la gente que no le gusta el fútbol y utiliza el fútbol como vehículo para cosas que son asquerosas. Cuando se generaliza se cometen errores. Allí había gente chunga, pero gente normal también, muy madridista que se dedicaba a animar. Supongo que en un momento eso ha sido difícil de definir y el club ha optado por hacer una nueva grada de animación. Hay que seguir animando, ya está.
"De los Ultras hay que quitar a los violentos, no cargarse a los chavales que animan"
La selección es tu otra gran pasión ¿Qué te parece la crítica a Del Bosque?
Soy muy de Del Bosque, pero quizá después del Mundial hubiese sido más inteligente dejarlo. El cargo de seleccionador nacional es el más expuesto de todos, más incluso que el de entrenador del Real Madrid, porque al final es verdad el mito de que cada español tiene un entrenador dentro, con sus gustos y caprichos. Al final que haya una sola persona que tenga la potestad de decidir sus favoritos a la gente le fastidia. Del Bosque ha demostrado su valía con creces, pero en las selecciones nacionales se vive del presente. Yo estaba en 2010 en el campo, viendo como eliminaban a Italia, y los italianos lloraban y explicaban a sus hijos cómo no pasaban a octavos, que es luego lo que nos pasó a nosotros. Son fases de la vida que tienes que asumir que se acaban y por eso quizá Vicente, si se hubiese ido, hubiese conseguido que esa gente que ahora está siendo tan crítica y tan dura hubiese sido más positiva y constructiva. Creo que lo está intentando. Para mí se equivoca el día de Holanda, porque aunque sea un amistoso es una cuestión de honor y orgullo, después del 5-1 de Brasil había que jugar con un equipo de gala y demostrarles a los holandeses que aquello fue un accidente. Pero Del Bosque quiso contentar a todos los convocados. Reconozco que lo veo difícil, y eso que yo soy muy patriotero y muy españolista, siempre a favor de la selección. Y ojalá me equivoque, porque quiero mucho a Del Bosque, pero no veo el futuro fácil.
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