Qué bonito es el fútbol,, pero qué duro puede ser a veces. El Villarreal llegaba a esta vuelta de semifinales de Champions con ganas de darle la vuelta al resultado de la ida y dar una sorpresa que les llevase a la final de la liga de campeones.
El conjunto entrenado por Unay Emery plantó cara durante los primeros 45 minutos con un incisivo juego que les llevó a empatar la eliminatoria. Pero amigos, este Liverpool es muy Liverpool y en la segunda mitad únicamente tuvieron que dar tres zarpazos para frenar cualquier sorpresa groguet.
Un vendaval amarillo
El 'submarino amarillo' salió al partido pisando fuerte. Demostrando que aún tenía algo que decir en esta eliminatoria y sobre todo, dando a entender a los 'Reds' que si quieren clasificarse para la final de la Champions League tendrían que pelear con uñas y dientes.
Pues bien, el equipo español se plantó a los tres minutos en el área británica para marcar el primero e instaurar el miedo en el cuerpo de los jugadores de Kloop. Coquelin, en un remate, pega 'mordido' al balón dentro del área, con tanta fortuna que deja el esférico a Dia para que remate a placer dentro del área. El partido ya estaba patas arriba.
Pero lejos de echarse para atrás, el equipo groguet siguió fiel a la hoja de ruta que les marcó Emery: una presión intensa con rápidos rearmes tras pérdida e incisivos en el campo del Liverpool. O lo que es lo mismo, darle a su rival de su propia medicina.
Esta receta anuló al equipo 'red' y permitió al conjunto español disfrutar de buenas ocasiones para igualar la eliminatoria.
Cuando ya los jugadores de ambas escuadras estaban mirando el túnel de vestuarios y todo apuntaba que no se movería el marcador en los primeros 45 minutos llegó un centro perfecto de Capoue que remata solo de cabeza Coquelin para marcar a placer el segundo y llevar a la locura a los aficionados del Villarreal. La Cerámica se caía, su equipo había logrado lo más difícil, igualar la eliminatoria.
De un vendaval a otro vendabal
El Liverpool que salió a jugar en la segunda parte sí se asemejaba más a lo que nos tiene acostumbrado: un equipo férreo, directo y rocoso. Por su parte, el Villarreal, cargado de ilusión, salió a tratar de repetir los brillantes primeros 45 minutos que ejecutaron, pero los de Kloop no estaban dispuestos a dar cabida a la sorpresa y salieron a asediar la portería custodiada por Gerónimo Rulli.
Y es que, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Tras unos primeros 15 minutos de tanteo entre ambos equipos, llegó el gol 'red'. Fabinho robó el balón, se fabricó el espacio y tras un disparo seco batió al guardameta del Villarreal por debajo de las piernas a Rulli. Los de Emery de nuevo a rebufo.
El vendabal británico no cesó y siguió empujando para alcanzar el gol de la tranquilidad. Tal era este que pocos minutos después del primero gol del 'pool' llegó el segundo gracias a un gran centro lateral de Alexander-Aranold para que Luis Díaz remate a placer batiendo a Rulli nuevamente por debajo de las piernas.
Pero esto no había acabado, ya que los zarpazos 'red' seguían llegando a la portería groguet. Un balón largo que deja a Sadio Mané a campo abierto provoca una salida tardía de Gero Rulli hasta casi el centro del campo, el jugador del Liverpool regatea al portero y a Foyth para marca a puerta vacía y sentenciar la eliminatoria.
Este último tanto británico ya era definitivo. Los de Emery pelearían hasta el último minuto pero no conseguirían darle la vuelta a esta eliminatoria. Este Villarreal se ha ganado el respeto de todos y cada uno de los integrantes del planeta fútbol.
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