La mujer de Alberto Gazón (IU), de 27 años, Anna Ruiz, llevaba trabajando desde hace unos años en La Princesa de Madrid como médico residente en la especialidad de medicina familiar y comunitaria. Justo en su último día como residente ha tenido un problema con un paciente que le ha puesto su primera reclamación, tal y como ha contado en las redes sociales.
“Hoy es mi último día como residente de MFyC, y me ha llegado mi primera reclamación. De un paciente a quien no le puse antibiótico para una infección que no precisaba de ese tratamiento, pero que luego fue a un médico privado y sí que se lo puso. Aún sin seguir precisándolo”, escribió el pasado 18 de mayo.
A continuación se puede leer otro mensaje en el que se queja y muestra su desaprobación con este tema de los antibióticos que tanto preocupa a la mayoría de los médicos: “Seguiré sin recetar antibiótico cuando no sea preciso, porque hay que tener un uso racional y responsable de estos. Es una lástima que algun@s compañer@as cedan a la presión”.
Anna Ruiz deja de ser médico residente para ser adjunto
La reclamación del paciente llega justo el último día en el que Anna Ruiz acababa su residencia. A partir de ahora la mujer de Garzón, que está embarazada, pasa a una mejor vida al convertirse en médico adjunto, lo que conlleva un salario más elevado que el de un residente y el tener un puesto fijo, aunque si se es adjunto interino, se debe presentar a unas oposiciones.
La nueva situación laboral, como médico adjunto, le vendrá muy bien ya que en unos meses ella y Garzón se convertirán en padres y además, acaban de firmar una hipoteca para comprarse un piso de 200.000 euros en Rivas, tal y como se ha sabido este lunes.
Anna Ruiz se ha despedido así de su residencia en las redes sociales: “Dicho esto, he sido muy muy feliz siendo Residente, he aprendido mucho de compañer@s y pacientes, ¡y espero seguir haciéndolo! A las que entran, mucho ánimo, es una lucha dura, pero bonita”.
Con estas palabras también ha querido recalcar “la lucha dura” que es ser médico residente, a la que ya se había referido en otras ocasiones: “23 horas, sin dormir, sin parar, sin filtros, sin ganas nada más que de coger mi cama. Del señor Felipe de Borbón no digo nada, porque cuando una persona de su responsabilidad y posición quema puentes en vez de tenderlos, pierde absolutamente mi consideración. Yo seguiré trabajando (de verdad) por hacer un país mejor, aún con estas pintas”, escribió el pasado 4 de octubre. O este otro mensaje: “24 hours non-stop. Menos mal que la compañía es buenísima y que ya queda poco”.
Éste era otro mensaje que escribió hace dos años por Navidad: “Ha sido un día duro, he dormido dos horas, hemos lidiado con muchos dramas y muy pocas alegrías. Yo no sabía hasta hoy cuántas personas se ponen enfermas en Navidad, lo que sienten, el miedo y la pena de no haber podido aprovechar esos días que son de alegría obligada. Hemos tenido una cena rápida y unas horas de madrugada que pasaron demasiado lentas. Pero me alegro mucho de haber vivido esta experiencia, y más con un equipazo así. Gracias compas, y feliz navidad”.
24 hours non-stop. Menos mal que la compañía es buenísima y que ya queda poco.
Una publicación compartida por (@menta_ycanela) el Ago 6, 2016 at 11:19 PDT
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación